Capítulo 24: ¿Me regalas una sonrisa?

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Mis deseos continúan a flote, todo está tranquilo y espero que siga así. Ahora lo que quiero conseguir es... una cita. Sí, hemos salido claro, pero ¿Solos? No que yo recuerde, no podría olvidarme de una salida con Tere. Necesito una cita verdadera con mi novia. Qué bien suena la palabra "novia" y más cuando es oficial. Sé que hace poco salimos todos juntos, pero lo voy a lograr, quiero escuchar otro "sí" de su boca, por favor. Solo espero no parecer apresurado.

El timbre suena y da el aviso que la hora de clases termino, me levanto de mi banco acercándome al de ella.

―Hey, Tere. ―Sonrío y ella levanta la cabeza, me mira un instante, se sonroja, pero luego baja su visión―. Quería preguntarte algo. ―Me siento en el banco de adelante.

―¿Sí? ―dice tímida mientras guarda sus útiles.

―Salgamos.

―¿Salir? ¿Otra vez? ―responde indecisa.

―Sí, pero no me refiero a todos ―lanzo directo. Aunque se forma un silencio y no responde. Continuo mirándola, creo que parezco acosador, levanto la vista―. No hemos tenido una cita aún, así que pensé, bueno, si no tenías problema, salir solo los dos.

―Los dos... solos ―repite y la miro, ella vuelve a bajar la vista―. No sé.

Al menos no es un no.

―Sé que la vez que arreglamos una salida, ni siquiera nos encontramos, pero planeo ir a buscarte, mejor.

―Ah, ¿sí? ―pregunta a lo bajo.

―Sí.

―Bueno. ―Se nota pensativa y continua sin mirarme, pero acaba de aceptar. Yo, feliz.

―¿Qué te parece el cine? ―sugiero.

―¿El cine? ―Me vuelve a observar, parece emocionada―. Sí, me gusta el cine. ―Una pequeña sonrisa, más un gran rubor y sus nervios, me muestran su indecisión, pero a la vez su ilusión. Le interesa la propuesta y eso me hace más feliz.

―Genial, este fin de semana, entonces.

―S... sí.

¡No puedo esperar! Quiero que sea pronto.

Como una ráfaga de viento, el tiempo pasa y otra cosa que quería se cumple ¡Es sábado!

Camino hasta la casa de Tere, con una sonrisa en el rostro, alegría a mí alrededor, se forma con cada paso que doy. Llego y toco el timbre. Dicen que cuando uno está contento, los momentos pasan rápido, por eso voy a disfrutar cada instante.

Es verdad que pasan rápido, pero el mundo se detiene cuando la veo salir por la puerta. Un vestido amarillo con un pequeño saco beige, es la belleza en persona, al menos para mí, si lo es, es perfecta. Si sigo así, voy a babear como idiota ¡Contrólate, Len! Me sonrojo.

―¡Hola! ―Sonrío saliendo de mi hipnotismo de enamorado.

―Ho... hola ―exclama de manera tímida.

―¿Vamos? ―Le ofrezco mi mano y ella la agarra aun con sus nervios a flote.

Caminamos de la mano como la otra vez y no me la suelta en ningún momento. Todo el recorrido se mantiene callada y yo respeto su silencio hasta llegar al lugar del cine. Habrán sido unas cuantas cuadras, pero hay que admitirlo, yo también estaba nervioso.

Mi novia la miedosa (C.G #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora