Fiesta de sangre

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El avión aterrizo en el aeropuerto de Roma ya entrada la noche, el aeropuerto se encontraba casi vacío, solo algunas cuantas almas esperaban su vuelo, Azael no pudo detener una pequeña risa al pensar que no tenia caso que viajaran puesto que ya nada seria como antes.

Un auto esperaba por ellos, rápidamente subieron y comenzaron el camino, poco a poco la civilización se quedo atrás, continuaron por largo rato y tomaron un camino que estaba escondido, no había nada a la vista mas que arboles y la obscuridad.

Cuando el auto se detuvo bajaron y ante ellos se encontraba una pequeña casita, toda ella estaba cubierta por plantas y flores, parecía salida de un cuento de hadas pero era todo lo contrario. Por dentro la casa estaba vacía, caminaron a donde debería esta la cocina y descendieron por una escalera que se encontraba en el suelo, la pequeña escalera conducía a un enorme corredor de piedra, caminaron por aquel angosto lugar hasta llegar a un enorme cuarto donde aguardaban un gran numero de personas.

La Sra. Jonhson sintió un escalofrio recorrerle la espalda al ver a toda esa gente. Todos y cada uno de ellos llevaba puesta una capa negra y los pies descalzos. El cuarto era de piedra negra y en algunas partes se podían ver algunos cráneos inscrustados en la misma, la poca luz que existía provenia de una pequeñas antorchas en cada esquina, y el aroma que predominada era azufre y a carne podrida. El teror comenzaba a apoderarse de ella cuando el saludo al unisono de todos la saco de sus pensamientos. Todos los presentes levantaron la mano derecha en la cual tenían tatuda un pentagrama, acto seguido todo se quitaron la capucha de la capa y esperaron a que Azael hablara.

_El momento ha llegado y ustedes son el ejercito que nos llevara a la victoria-lentamente comenzó a despojarse de la cara ropa y camino entre la gente- es momento de que nuestro reino salga de la oscuridad, es momento de que nuestro padre venga por lo que le pertenece.

Todos comenzaron a gritar y a quitarse las túnicas dejando una alfombra negra sobre el suelo.

_Es tiempo de que muestren su verdadera forma y le digan al mundo que su fin ha terminado.

Azael tomo lugar en el fondo del cuarto en lo que parecía un trono hecho de huesos humanos que se encontraba el lo alto de un gran altar.

La Sra Jonhson volvió a sentir pánico pero el verdadero terror se apodero de ella cuando Azael dirigio su mira a ella y la señalo.

_¡Tu!, siempre a mi servicio pero no a mi lado, tu aquella que teme en lugar de estar agradecida, tu...

El miedo se hizo presente en todo su cuerpo pero este la traicionaba, sus piernas no respondían se convirtió en una estatua.

_Normalmente pediría algún voluntario pero creo que hare una excepción y no derribare un soldado, derribare al enemigo. Traigan a la traidora.

Los gritos inundaron el cuarto y las manos se abalanzaron sobre la Sra Jonhson jalándola y arrastrándola por todo el cuarto hasta llegar a los pies de su señor. Azael la tomo del cuello y la levanto para quedar frente a frente con ella.

_Siempre supe que eras débil e insegura, no mereces vivir en nuestro reino, mereces morir pero no mereces que yo lo haga. Adios Sra. Jonhson- Le dio un beso en la mejilla y la arrojo a su ejercito-.

El cuerpo de la pobre mujer fue atrapado por un sin numero de manos que la tocaban, arañaban, no pudo hacer mas que gritar y sacudirse para poder escapar de sus captores pero fue inútil, poco a poco su ropa fue desapareciendo de su cuerpo y quedo totalmente desnuda y cubierta por algo de sangre, mientras intentaba nuevamente poder liberar alguna extremidad vio a Taylor acercarse lentamente, pensó que la ayudaría pero se percato que el también estaba desnudo y tenia la mirada fría. Los forcejeos pararon tanto en ella como en los captores, todos miraban a Taylor mientras se acercaba mas y mas a ella, ambos se vieron fijamente, ella sabia que era su final pero sabia que no el de todo el mundo.

_¡DIOS AYUDANOS!-.

Tan solo acabo de decir estas palabras cuando las manos capturas jalaron de ella y la desmembraron, la sangre broto sin piedad, la carne alimento de aquellos buitres fue, se veía a cada uno disfrutar cada parte de su victima mientras todos comenzaban a tomar sus verdaderas formas.

Azael simplemente sonrió y tomo asiento en su altar.

ANTES QUE EL DIABLO SEPA QUE HAS MUERTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora