La llegada al vaticano fue complicada pero sin ninguna baja. La Basilica de San Pedro ya no existia. En su lugar se encontraba una enorme escalera que en su punto mas alto tenia un trono enorme construido con huesos humanos y en el se encontraba Azael triunfante.
La sorpresa de Jesus y Lucia no fue ver ahi a quien sabian que encontrarían sino fue ver a sus dos compañeros junto a este. Se encontraban cada uno a un costado sosteniendo una enorme lanza y siendo los guardianes de su ahora señor.
Azael bajo la mirada a donde sus invitados se encontraban y los saludo con un entusiasmo casi real.
_Bienvenidos mis queridos amigos.
_Vaya crei que eramos todo menos amigos- se burlo Jesus-.
_Claro que somo amigos. Estas acompañado de una de mis mas poderosas campañas que bueno se volvio rebelde y santa. Y tu Jesus amigos de antaño, aquel que me robo mi juguete y que amenazaba con hacerlo otra vez pero no lo pudo lograr. Ves, somos amigos, malos, pero amigos. Veo que traes juguetitos. Mmm... yo tambien los tengo. ¿Quieres jugar?.
_No. Podemos discutir esto sin mas sangre Azael- se adelanto Lucia a hablar-.
_Querida, eres bella y ese es tu fuerte. No deberias hablar, en especial cuando es claro que no era lo que tenian en mente- señalando a todos los soldados que estabas tras ellos-.
_Cambiamos de parecer. Queremos discutir esto de manera pacifica con su majestad- dijo muy seria y sin sonar retadora-.
_Claro, hablaremos- dijo este tranquilo-.
_Me alegra poder hablar contigo- contesto igual de tranquila que el-.
_Lucia. Hablaremos despues del juego- mostro todos sus dientes en una enorme sonrisa y con un ademan ordeno que el ataque comenzara-.
Jesús jalo a Lucia y todos los soldados se solocaron frente a ellos mientras los demonios hacian formación para quedar al otro extremo de donde se encontraban ellos. Todos se miraban unos a otros quietos atentos a cualquier movimiento, respiración.
_Acabemos con esto. Taylor.
_¡Adelante!.