Los rayos de sol atraviesan por poco las cortinas de mi habitación; me levanto de la cama y camino en dirección a la ventana, la abro y entra todo el viento, respiro profundo hasta que mis pulmones se llenan y extiendo los brazos para recibir el nuevo día que viene y el final de mis forzadas pero estupendas vacaciones.
Corriendo salgo del cuarto y entro al pasillo para disfrutar los últimos momentos de libertad absoluta que tendré, con mis brazos me apoyo en los barandales y salto con mucha fuerza, caigo varios escalones más abajo y repito la hazaña hasta llegar al primer piso; me quito mi pijama enfrente del baño y lanzo al aire toda mi ropa, no me doy cuenta en donde cae pero felizmente me dirijo al estanque de la casa, con un salto entro y me sumerjo para poder disfrutar al máximo mi baño.
La ropa humanoide que me puse es una remera ajustada y unos pantalones que tienen una especie de minifalda pegada a la cintura; me pongo el traductor en el oído y cepillo mi cabello enfrente del espejo que me regaló Andy. Mi cabello azul está un poco descolorido, cuando llegue a la tierra conseguiré más tinte para devolverle ese azul eléctrico que tenía antes, ya se me pueden ver las raíces rubias... en fin, lo primero que haré es comprar tinte azul.
–¡Humana! – Siento que Marshall gritó desde la sala.
–¡Ya voy Marshall, espérame cinco minutos!
–¡La última vez que dijiste eso tuve que esperar una hora! Estúpidos humanos y sus mentiras.
–Solo me faltan los zapatos, tranquilízate amargado... ¡ya está! ¡Bajo enseguida!
Salgo del cuarto apresurada y corro por las escaleras para encontrarme con Marshall, mi estómago en ese instante ruge para recordarme que no he desayunado. Él estaba vestido con ropa militar de su planeta (una ligera armadura de un metal verde opaco que cubría su torso pero dejaba sus brazos descubiertos y una especie de jean flexible escamado del mismo color de la armadura) en su espalda tenía colgado un escuche para las flechas de cristal y en su mano derecha el arco, su mirada impaciente me invita a salir de la casa.
–¿Qué tanto te demoras? Ya vámonos que Andy nos necesita.
–Marshall... tengo hambre. – Sonrío mientras lo miro a los ojos.
–¿Me ves cara de mamá terrícola o qué? – Eleva su miraba para evitar que lo convenza.
–Por favor. ¿Si?
–Ten una fruta y no molestes más. – Se da la vuelta y del bolso que estaba en el suelo saca una fruta de color naranja y me la lanza.
–¡Gracias! Ya no te odio tanto. – Rio mientras muerdo la cítrica fruta.
–Vámonos, hoy conocerás un nuevo estilo de transporte. – Sonríe y saca una pequeña perla de color rojo de su bolsillo. – Se llama túnel dimensional. – Arroja la perla al suelo y en ese instante se abre un portal negro del tamaño de una persona. –Es transporte casi inmediato.
Marshall se lanza al portal y es absorbido instantáneamente por este, yo un poco temerosa salto dentro de él y siento como mi cuerpo se deshace por completo y se vuelve a armar en un lugar completamente distinto (es una sensación similar a la que experimenté en el agujero de gusano) un poco mareada por el viaje me sostengo de una pared para evitar caer y cuando mi vista se aclara de nuevo observo un gran cuartel subterráneo.
–Bienvenida de nuevo a la acción. – Dice Andy Nell mientras me extiende su mano.
–Gracias...
–Sígueme, conocerás a tu nuevo equipo.
–Te caerán bien, son buenos chicos. – Dice Marshall.
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El Nuevo Edén
Science FictionEn un futuro no muy lejano la humanidad está al borde de la extinción, la crisis ambiental desatada por las constantes guerras nucleares destruyó gran parte del planeta, dotándolo de un aire tóxico que eliminó la mayoría de plantas y animales, dejan...