Todo pasó muy rápido, tanto que solo puedo recordar un dolor punzante atravesando mi pecho. La oscuridad contrasta con la calidez de mi sangre produciendo una sensación de agonía y temor. Creo que moriré.
–¡Anee!
¿Es la voz de Marshall? No lo sé; todo se escucha tan lejos. Un rostro triste deja caer sus lágrimas en mis mejillas, no logro distinguir quién es, sólo hay un destello blanco que se apaga lentamente.
Sus lágrimas se sienten como pequeñas punzadas derritiendo la gélida superficie de un glaciar. Ahora todo está oscuro, ya no logro sentir mi propia sangre, no puedo palpar el suelo lleno de cadáveres. Sólo estoy yo enfrente del infinito, desvaneciéndome...
–No vas a morir Anee, quédate con nosotros.
Una fuerza extraña recorre todo mi cuerpo, como si fuese una corriente eléctrica que invade mis venas, poco a poco el dolor y la sensación de que me estoy quemando por dentro se hace más fuerte, ya no puedo soportarlo más.
–¡Aaaaaaah!
Lo primero que veo es un trozo de cristal de color verde incrustado en mi pecho, trato de quitármelo pero mis manos están amarradas a los bordes de una cama, ¿Qué está pasando? Observo el panorama que me rodea y logro divisar un techo de madera sostenido por unas paredes de barro un poco agrietadas.
–¡¿Dónde estoy?! ¡Ayuda!
Escucho varios ruidos, creo que alguien viene a socorrerme; una cara familiar aparece de la nada, su sonrisa expresa una sensación de alivio y felicidad. Apurado Marshall retira el trozo de cristal y cubre la herida con un vendaje, seguido corta las sogas que atan mis manos.
–¡Shimg! –Grita emocionado.
Ella llegó desesperada y al verme estalla con un llano alegre, corre para abrazarme pero Marshall la detiene.
–¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Dónde están los demás? ¿Y Andrómeda? ¿Qué está pasando?
–Calma Anee, trata de descansar un poco. Acabas de despertarte de un coma.
–¿De verdad?
–Sí, ¿Qué es lo último que recuerdas?
–Creo que... Rayan intentó matarme.
–Crees bien, él te disparó.
–¿Que sucedió después?
–Hubo un breve enfrentamiento pero pudimos escapar con una perla.
–Gracias por no abandonarme.
–Nunca lo haría, eres mi amiga.
–¿Desde cuándo estoy aquí?
–Desde hace una semana. Has estado en coma todo este tiempo por la acción química del cristal.
–Esta es mi última pregunta... ¿Por qué mierda tenía las manos atadas?
–Eso es obvio, el cristal cuando termina su sanación produce una reacción muy violenta, humana tonta eso deberías saberlo, es medicina básica.
–¡El tonto eres tú! ¿Cómo mierda yo voy a saber eso?
–Lo sabrías si leyeras lo que te regalo.
–Eres un hijo de perra, pero gracias por salvarme...
–¿Qué serías sin mí humana?
–Ya deja de molestarla Marshall, deja que se recupere. Estoy muy feliz Anee, me alegra que hayas sobrevivido; lo siento por lo de Rayan, debe ser muy duro que tu novio te quiera matar. – Dice Shimg.
–Él no era mi novio.
–Ya no pienses en eso humana, ahora hay algo más importante en qué pensar. – Dice Marshall.
–Lo sé...
–Es mejor que hablemos de eso cuando ella se recupere del todo. Descansa Anee.
Marshall y Shimg salen de la pequeña habitación e inmediatamente poso mi vista sobre el techo,por más que quiera no puedo dejar de pensar en Rayan, él me disparó, ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué intentó matarme? ¿Será que me odia por todo lo que sucedió? ¿Por abandonarlo? Todo es tan confuso...
El mismo odio de siempre me consume, Andrómeda pagará por todo y Mark también lo hará, si no fuera por él mi plan habría funcionado, maldito traidor, pero... ¿Rayan tendrá que pagar algo? Mi mente dice que lo odie pero mi corazón aún lo quiere. No sé ni como sentirme.
*Seis meses después*
Al alzar la vista puedo notar el hermoso cielo despejado, en tierra no hay casi árboles pero sí un inmenso pastizal que se mueve con el viento; a unos cuantos metros diviso un camino de piedras que termina en frente de una mansión de madera con estilo victoriano, todos ejercemos la marcha y al llegar Marshall toca la puerta. En pocos segundos una humanoide de cabello rubio, tez blanca y unos enormes ojos amarillos nos recibe, Marshall le da un beso en la frente y ella nos permite el paso.
–Podemos vivir aquí mientras pensamos qué hacer. – Dice Marshall.
–No podemos seguir viviendo como fugitivos, tarde o temprano nos van a encontrar. En todos los poblados hay carteles de nosotros, temo que nuestra suerte se acabe. – Digo.
–Anee tiene razón, nunca estaremos seguros mientras Andrómeda esté en el poder. – Comenta Shimg.
–La única forma de sobrevivir es hablar su mismo idioma. No digo que la matemos, por ahora... Pero podemos boicotear su avance; ella no está haciendo ningún cambio, todo está peor que antes, los pueblos que se le oponen terminan destruidos y yo no me pienso quedar con los brazos cruzados. Si vamos a ser fugitivos, démosle razones de peso.
–He estado hablando con varias personas del mundo clandestino... Ya saben, gente que no comparte sus ideas. – Comenta Marshall. –Y hay un rumor de que se quiere formar un grupo que se oponga a sus políticas. Al final tenías razón Anee, Andrómeda resultó ser una dictadora peor que Dominisht.
–¿Estas hablando de una guerrilla? – Pregunta Shimg.
–Sí, sé que es una idea un tanto disparatada, pero podría funcionar y nos mantendrá seguros.
–Yo creo que podría funcionar ¿Sabes? De frente nunca podríamos vencerla, pero ocultos entre las sombras, puede que haya una oportunidad. – Comento.
–¿Están conscientes de todo lo que implica? Lo más probable es que nos maten.
–Prefiero morir luchando que vivir con miedo. Esto no es vida Marshall, ni siquiera podemos dormir bien por culpa de sus malditas patrullas imperiales.
–Anee tiene razón. – Dice Shimg. –De todas formas, tarde o temprano nos encontrará y seremos ejecutados. Somos seres para la lucha. Prefiero morir en el campo de batalla que ejecutada por esa perra.
–Me gusta ese espíritu. – Comenta Marshall. –Me pondré en contacto con los disidentes.
–Siento haberlos arrastrado a esto.
–No te preocupes Anee, si no te hubieras opuesto, yo de todas formas lo habría hecho. – Dice Shimg. –Y sé que Marshall también.
–Juntos le pondremos fin a esta dictadura. ¡Somos la resistencia!
–¡Somos la maldita resistencia! – Grita Marshall.
–Resistir o morir, no tenemos más opción. Prepárate Andrómeda, iremos por ti.
CONTINUARÁ...

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El Nuevo Edén
Ciencia FicciónEn un futuro no muy lejano la humanidad está al borde de la extinción, la crisis ambiental desatada por las constantes guerras nucleares destruyó gran parte del planeta, dotándolo de un aire tóxico que eliminó la mayoría de plantas y animales, dejan...