El Nuevo Edén

ESTRELLA NEGRA: CONTRAATAQUE HUMANOIDE

Un enorme agujero de gusano de color negro aparece frente a nosotros, la nave es absorbida al instante, absolutamente todo se expande hasta desaparecer, la sensación de deshacerme en el aire me invade de nuevo y quedo atrapada en un pequeño trance, me encuentro en una infinidad oscura, mi mano derecha desaparece frente a mis ojos y en un santiamén me encuentro sentada en la silla de armas.

El cielo cubierto toxinas me da la bienvenida a casa y la alarma nos recuerda ponernos las máscaras antigases antes de salir. De verdad odio esas mierdas. Una pequeña escotilla se abre desde mi asiento y emerge la odiosa máscara de vidrio, la tomo con todo el desagrado del mundo y ajustó sus correas en mi cabeza, con un ligero toque en uno de sus costados se activa y empieza a purificar el aire.

–Odio estas máscaras. – Digo.

–La triste realidad hermanos, lo peor es que con estas máscaras no puedo darme el toque... – Dice Lewis con tono triste. –Te voy a extrañar amiguita. – Levanta su cigarrillo blanco y lo coloca entre sus orejas.

–Tómalo como una rehabilitación, hippie. – Dice Mark.

–Ya veo cuánta razón tengo al decir que los humanos son seres estúpidos, ¿Qué clase de especie contamina su casa? Por la diosa Tinie los humanos volvieron excremento su mundo, con razón se quieren ir al nuestro; ya no sé si es buena idea darle cabida a los humanos en Endryu... – Dice Marshall con un tono pensativo.

–No todos los humanos somos así Marshall, los estúpidos fueron nuestros ancestros que consumían y contaminaban sin cesar, ellos dejaron el mundo así para nosotros...

–Que no se te olviden las malditas guerras hermana. Nos destruyeron...

–Por primera vez el hippie dice algo inteligente.

–Humanos hagan silencio, en poco tiempo llegaremos a ciudad Belén...– Dice Andrómeda. –Nos dejaré a las afueras, luego procederemos a utilizar los túneles. – Dice Marshall.

– Concéntrense en la misión. – Dice la Duquesa Henniel.

La nave se detiene, queda suspendida en el aire y va descendiendo poco a poco, cuando toca el suelo las compuertas se abren, mostrando el grisáceo firmamento y la árida tierra de mi "dulce hogar" y como siempre, el usual, el cementerio de árboles y ramas secas se extiende a lo largo del paisaje.

Los humanoides observan con desagrado el deteriorado lugar, puesto que no es nada comparado a los hermosos paisajes de su planeta, Marshall saca un pequeño frasco transparente de forma cilíndrica, se agacha y quita la tapa para recoger un poco de arena, al contemplar la muestra la guarda en su bolsillo y observa por más tiempo el fúnebre lugar. Estos bosques muertos me recuerdan a Rex...

–Andrómeda, lanza en túnel dimensional, ya quiero salir de aquí... tantos árboles muertos me dan escalofríos. – Dice Marshall.

–Tú no me das órdenes, plebeyo.

–Solo porque seas de la baja nobleza tienes derecho a tratarme como inferior.

–¿Quieres luchar? – Andrómeda extiende su brazo izquierdo y de su manga emerge una daga muy delgada.

–Chicos no hay necesidad de pelear.

–No intervengas humana, este es un problema gumanoid. – Dice Marshall mientras apunta con su arma de rayos cristalinos a Andrómeda.

–Recuerden quien es el enemigo, basta de tonterías. – Dice la Duquesa Henniel. –Andrómeda, tienes que tratar mejor a tus iguales, y ya lanza el túnel, tenemos que cumplir una misión.

–Sí Duquesa. – Saca una perla roja de su escote y la arroja al suelo.

Un túnel parecido al que había utilizado Marshall emerge al quebrarse la perla, Andrómeda es la primera en lanzarse y le sigue Mark, la Duquesa Henniel me da la orden se avanzar y me acerco al túnel, la misma maldita sensación de deshacerme y armarme invade mi cabeza y cuando emerjo en el otro extremo un leve mareo me hace perder el equilibrio, seguido caigo de rodillas al suelo pero Mark me extiende su mano para ayudarme.