NÉMESIS: VENGANZA MORTAL I

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El día es cálido, el cielo despejado es interminable y el manto verde del bosque se une con él en una hermosa y delgada línea que perdura en el infinito, el ruido de las aves se asoma a mi ventana dándole color y armonía a mi desordenada habitación. El paisaje verde y natural se plasma frente a mis ojos, su simple pero original belleza fortalece mi decaído espíritu; de lo poco que recuerdo de la reunión con Henniel y Andrómeda, es que la Duquesa dijo algo sobre vengar a Helen, no sé si la misión de hoy tenga algo que ver con mi antiguo escuadrón.

Mis pensamientos vagan entre los hermosos recuerdos y la habitual nostalgia, ver a mis antiguos compañeros sería algo sumamente estupendo; lo digo porque tengo muchas ganas de besar a Rayan y abrazar a David, pero las mismas, e incluso más fuertes de matar a Isabela. Imagino que ella tuvo que contarle a los chicos sobre mi traición, en una parte tiene razón pero no me importa, ella acabó con mi mejor amiga y merece morir.

Me alejo de la ventana y me acuesto en la cama, saco mi libreta de apuntes y me decido a escribir un poco sobre cómo me siento.

***

"Querido diario. En realidad mis sentimientos son un laberinto sin salida, no sé si sentirme mal por traicionar a mis antiguos amigos o sentirme furiosa y con deseos de venganza por lo que hizo Isabela, sé que en muchas ocasiones mi resentimiento ha aflorado en este cuaderno, pero no estaré en paz conmigo misma y en paz con el recuerdo de Helen hasta que vea morir con mis propios ojos a la maldita Isabela.

Mi odio crece y mi rencor lo supera, muchas veces he pensado cómo acabaría con su vida, aunque ella es mejor que yo en el combate, pero necesito asesinarla. Lo sé, el rencor y el resentimiento es lo peor que hay pero o sea, no soy ninguna heroína o bella damisela en peligro pura de corazón, soy una chica común y corriente."

***

Creo que ya es hora, coloco el diario sobre las sábanas y me levanto de la cama para ir a trabajar, con un poco de pereza estiro mi cuerpo y salgo de mi reconfortante habitación, a paso lento bajo las escaleras hasta llegar al primer piso; espero por unos cuantos minutos y siento la sombra de la imponente nave interdimensional, una escalera retráctil hecha de cuerdas y tablas cae desde la escotillas, la agarro e inmediatamente esta asciende.

Todo se encuentra oscuro, una luz blanca aparece de la nada y logro ver la salida de la zona de ingreso aéreo, camino por un estrecho pasillo iluminado de cristales tenues de color rojo; al llegar al extremo veo la amplia recamara de operaciones; creo que esta no es la misma nave de siempre.

Los chicos están sentados a los alrededores de una gran mesa que proyecta un tablero holográfico de operaciones militares, veo varios puntos rojos y zonas estratégicas marcadas en el mapa, Marshall al verme me saluda y me invita a sentarme a su lado; algo poco peculiar aparece frente a mis ojos, el comandante Bitemen se encontraba hablando con la Duquesa Henniel mientras los chicos se limitaban a esperar las órdenes.

–Ahora que están todos, procederé con el protocolo de la misión. – Dice el comandante Bitemen. –Gracias a los diversos informes de nuestros infiltrados en el continental y los constantes sabotajes informáticos, hemos descifrado y descubierto un punto débil en el sistema nuclear de defensa del Continental; los territorios humanos son defendidos por un reactor central en la tierra, que controla las defensas del virreinato oeste y parte del virreinato norte, que ahora están bajo su dominio.

Nuestros científicos llegaron a la conclusión sobre cómo funciona el programa, supone una serie de ondas electromagnéticas enviadas desde la tierra, las cuales mantienen las defensas automáticas con un sistema de frecuencias gamma, este toma las ondas emitidas por los reactores, focalizando sus cualidades radioactivas en puntos determinados, su poder destructivo es capaz de desintegrar cualquier cosa en un radio de 500 metros.

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