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MAGNUS

Me despierto y compruebo el reloj: las 9 menos diez. Bien, tengo que llegar al restaurante a las 10. Me meto en la ducha y dejo que el agua me despierte por completo.

Cuando salgo me miro en el espejo y veo el brillo de mis ojos dorados, realmente parecen cosa de magia ya que mis pupilas son casi verticales; parezco un gato. Cuando era niño me gustaban porque creía que me daban súper poderes o algo así, cuando fui creciendo los odiaba tanto por hacerme diferente que los escondía tras mi flequillo, pero ahora me he dado cuenta de que son un arma de seducción genial, ninguna mujer se ha resistido a mi mirada y pocos son los hombres que lo han hecho.

Mientras me visto comienzo a recordar la lista de parejas que he tenido, la verdad es que me lo he pasado muy bien durante mis veintiocho años. He estado con mujeres y hombres buscando alguien con quién de verdad me sienta feliz, pero parece ser que el destino prefería que fueran relaciones de una noche con las que me lo paso genial y finalmente me he acostumbrado a vivir sin las ataduras que se supone que implican una relación de pareja. De las tres relaciones un poco más serias que he tenido, dos han sido con hombres. Hace años cuando Catharina me decía que yo era gay, le decía que no, pero ahora me he dado cuenta de que tenía razón...

Termino de pintarme la raya de mis ojos con lápiz azul y salgo del piso antes de que mis pensamientos me despisten.

En cuanto llego al restaurante noto el caos reinar en todo el establecimiento y veo que están montando un escenario al lado de las mesas.

Entro a la cocina y veo a Catt, Ragnor y un escuadrón de cocineros que no conozco de aquí para allá preparándolo todo. En realidad tenemos todo el día para preparar el local y cocinar todo con tiempo de sobra, creo que no son necesarias estas prisas.

Lo bueno es que Catharina nos dijo a Ragnor a mí que había contratado camareros, por lo tanto, si lo tenemos todo preparado cuando la banda comience a tocar, podemos verles desde la parte de atrás de la cocina, que queda justo a un lado del escenario.

Me uno al ajetreo y así van pasando las horas entre ingredientes, platos y nervios.

ALEC

- ¿Ya estáis todos listos? -Pregunto mientras me cuelgo mi guitarra del hombro y cojo las llaves de nuestra furgoneta.

- Sí. -Responde Clary y sale por la puerta con los demás tras ella.

Cierro la puerta y bajo las escaleras. Cuando ya tenemos todo preparado, arranco y meto la dirección del restaurante en el GPS.

- Vaya. -Exclama Simon cuando mira la entrada del Heavenly Fires.

- Esto es alucinante. -Le secunda Izzy.

Y tienen razón: el nombre del restaurante está en letras doradas sobre un fondo negro, la puerta es trasparente y se ve casi todo el interior, que cuando entramos, vemos que está decorado con los mismos tonos dorados y negros en las paredes y las mesas y el escenario que han montado es, sin duda, mejor que el de la discoteca.

El tipo que me llamó me dijo que preguntara por Catharina cuando llegásemos y eso hago cuando llego a un pequeño mostrador junto a la puerta.

- Sí, les está esperando tras el escenario. -Me responde sin quitar la vista de los papeles que tiene ante él.

Cuando vamos donde nos indica, vemos a una mujer con el pelo azul comprobando algo con su móvil.

- Hola.

Ella levanta la vista y sonríe cuando nos ve.

- Hola, soy Catharina, la dueña del bar y antes que nada, en calidad de fan, dejadme deciros que sois estupendos. -Exclama con una cálida sonrisa.

My Boyfriend Is A Rock StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora