17

1.4K 115 15
                                    

ALEC

Tras decirles a mi hermana y a los demás que me voy a vivir con Magnus, todos me dicen que me echarán de menos y yo les recuerdo que seguiremos viéndonos casi a diario ya que estamos en la misma banda.

- Y hablando de la banda. -Dice Jace. -Luke dice que mañana nos tiene que decir algo importante y que vayamos una hora antes.

- ¿Por qué últimamente Luke te lo dice todo a ti? -Le pregunta Clary.

- Supongo que le caigo mejor que vosotros. -Sonríe pero al ver la cara de su novia, se pone serio. -Bueno, supongo que es porque yo siempre cojo el móvil y tú, Clary, podrías estar días con el móvil haciéndole compañía a los cereales y no enterarte. -Una sonrisa burlona aparece en su rostro.

- ¿Y qué hay de los demás? -Dice la pelirroja enfurruñada.

- ¿Te refieres a Simon, quién no sabe lo que significa cargar el móvil, a Isabelle, para quién el móvil es un reproductor de música o a Alec, que anda en una nube de amor y responde a las llamadas ocho horas más tarde?

- ¡Oye! -Le replico, a pesar de que lo que dice es cierto.

- No he dicho ninguna mentira. -Jace coge a Clary de la mano y se meten en su habitación.

- Pues yo iré cogiendo mi ropa. -Me meto en mi habitación y Magnus me sigue.

Con la ayuda de mi novio consigo recoger mi ropa, mis discos y algunas otras cosas en dos horas. Llevo una maleta en cada mano y la guitarra colgada a la espalda. Magnus se ha empeñado en ayudarme de modo que le he dado mi portátil y una carpeta con todas mis partituras, incluida la de mi nueva canción. Volvemos al apartamento de Magnus en metro y cuando ya he dejado mis maletas en la que ahora es nuestra habitación, voy al salón y me encuentro a Presidente Miau sobre el sofá mirándome. Cuando voy a acariciarle, me fijo en que tiene una pequeña cajita amarrada al cuello. La cojo con cuidado y la miro; está envuelta en papel dorado brillante y unas letras negras decoran la parte de arriba: Para mi estrella del rock, Alexander Lightwood. Sonrío y al abrirla me encuentro con un llavero con dos llaves y una placa. Las llaves son la del portal y la del piso que ahora comparto con Magnus y la placa tiene un nombre grabado: Garbancito.

Comienzo a reírme y Magnus sale de la cocina con dos copas de lo que parece champán.

- Veo que ya has visto el llavero. -Se sienta junto a mí y me ofrece una copa.

- Me encanta, Magnus. Aunque si lo hubieses de forma más sencilla también me habría gustado. -Le digo ya que no me gusta que se tome tantas molestias.

- Las cosas sencillas no van conmigo. -Dice y me mira con sus ojos rodeados de lápiz negro y purpurina. -Bienvenido a nuestra casa. -Dice y me da un pequeño beso.

- Por nosotros. -Alzo la copa y él hace lo mismo, haciendo que ambas copas choquen en el aire.

- Por nosotros. -Repite y bebemos el champán.

Entonces recuerdo que el viernes iba a ir al restaurante la crítica ex novia de Magnus.

MAGNUS

- ¿Qué tal el viernes con Camille? -Me pregunta Alec.

- Podría decirte que bien porque no se quejó de nada y dio a entender que el restaurante estaba perfecto, pero en lo refrente a ella, nada nunca es lo que parece. -Le respondo suspirando.

- ¿Cuándo sale el artículo?

- Mañana. En menos de veinte horas, el restaurante podría hundirse o bien hacerse famoso y que Catt, Ragnor y yo, pasemos a ser los chef más conocidos de Estados Unidos, al menos durante seis meses, hasta su próximo artículo.

- Entonces mañana no podremos volver a pasar desapercibidos. -Exclama Alec.

- ¿Por qué lo dices?

- Mañana es lunes, saldrán en todas las revistas y periódicos los resultados de los premios, se inventarán más de un rumor a partir de mi discurso de amor y tú serás el cocinero más famoso, como has dicho. Seremos la pareja del momento.

- Es verdad, entonces mañana tendré que ponerme más purpurina y tú por favor no te pongas uno de tus jerséis con agujeros. -Le pido.

- No sé como te lo tomas todo con tanta calma. -Me dice.

Yo le atraigo hacia mí y le beso la mejilla para después empujarle de espaldas contra mi pecho hasta que quedamos los dos recostados en el sofá con el aire otoñal entrando por la terraza medio abierta.

- Porque ya te tengo a ti para estar nervioso por los dos. -Susurro y beso su cuello haciéndole estremecer.

ALEC

Al día siguiente me despierto con la cama vacía a mi lado y oigo el agua de la ducha en el baño. Casi al momento, Magnus sale de entre una nube de vapor ya vestido con un pantalón dorado y una camisa negra, lo que para ser él es bastante aburrido. Pero lo compensa con lápiz de ojos lila brillante y el pelo peinado en un montón de puntas de color rojo y dorado.

- ¡Wow! -Exclamo.

- ¿Me he pasado con la purpurina? -Pregunta pero no me da tiempo a responder. -No, nunca es demasiada purpurina.

Contemplo como se pone una chaqueta de cuero marrón y me levanto de la cama.

- Te he elegido un conjunto, está en el baño.

- ¿Porqué tanto arreglo? -Le pregunto y me acerco para abrazarle.

- No quiero asustarte, pero hay como una docena de fotógrafos en la entrada y no dudo que cuando vayas al piso de tu banda, al bar esta noche, al restaurante o simplemente a la esquina a comprar pan, nos seguirán y quiero que salgamos fabulosos en las fotos.

Me río un poco e intento no preocuparme demasiado. Voy al baño y tras darme un baño, miro el conjunto que me ha dejado Magnus. Son unos vaqueros negros, una camisa sencilla blanca y una cazadora azul eléctrico. Ambas cosas son mías, pero la chaqueta supongo que es de Magnus, yo nunca tendría algo de un color tan brillante en mi armario, aunque debo admitir que cuando me miro al espejo, la combinación es muy bonita.

- ¡Alec! ¡Será mejor que vengas! -Magnus me llama desde el salón y cuando llego frente a la tele, me quedo paralizado.

En las noticias están poniendo una grabación de los premios, una grabación de mi discurso.

- Parece ser que la estrella revelación del grupo The Five Black Angels, mantiene una relación de pareja con el que es uno de los mejores cocineros de San Francisco y parte de los Estados Unidos. Por las palabras que daba Alexander Lightwood en los Choice Awards el pasado sábado, habían tenido una pelea. ¿Se habrán reconciliado o la presión de la fama les habrá separado como a tantas parejas de la actualidad?

- ¿Pero se puede saber...? ¡Qué les importará a los reporteros nuestra vida!

Estoy enfadado por que los medios se metan siempre en la vida de los demás y me horroriza la idea de que a partir de ahora nos persigan a toda hora.

- Y aún no has visto el artículo de Camille. -Dice Magnus mientras me tiende un periódico abierto por una página donde hay una foto que me quita el aliento en un segundo.

My Boyfriend Is A Rock StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora