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MAGNUS

Le cojo la mano a Alec con mucho cuidado y le echo agua oxigenada en los nudillos. Alec aprieta los dientes pero no aparta la mano. Comienzo a quitarle la sangre con la toalla y veo que la heridas son superficiales. El alivio me recorre el pecho y una vez ya tiene las heridas limpias le pongo una venda. Le cubro toda la mano y parte de la muñeca para que la venda no se caiga. Después cojo un rotulador dorado brillante y escribo mi nombre en letras mayúsculas en la parte de arriba del vendaje.

- ¿Y esto? -Dice Alec mirando lo que he escrito.

- Para que la próxima vez que alguien te moleste, sepa que tendrá que vérselas conmigo también.

- Pero si le he pegado yo. -Dice riendo.

- Lo sé, y viendo tu mano no me quiero ni imaginar como le habrás dejado la cara a ese tipo, pero aún así quiero que todos sepan que somos uno. -Le digo sinceramente.

Alec se acerca a mí y me besa la mejilla.

- Te quiero. -Susurra y se acerca a mis labios.

- Te quiero. -Respondo y le atraigo hacia mí para pegar nuestros labios. Nos besamos durante unos minutos y cuando nos separamos veo que Alec tiene los ojos brillando como dos estrellas azules.

- Tengo algo para ti. -Me dice y se pone de pie. Me da la mano y yo la acepto mientras salimos del baño y me conduce hasta nuestra habitación. Me siento en la cama y él, tras coger su guitarra, se sienta en el sillón frente a la cama.

- Esta es la canción que estaba componiendo, en realidad la compuse en un día, llevaba meses sin componer y al conocerte me volví a inspirar. Espero que tu guste. -Tras decir eso empieza a tocar unos acordes dulces y lentos.

Me sorprendo al ver como la guitarra con la que hace vibrar el escenario con melodías rompedoras es capaz de crear algo tan distinto y hermoso. Conforme avanza la canción me doy cuenta que hay partes en las que va más rápido y sube de volumen para luego volver a la calma. Casi sin darme cuenta pienso que es como los besos que nos damos, una mezcla de pasión, deseo, amor y tranquilidad. Cuando acaba, deja la guitarra junto al sillón y me mira.

- ¿Te ha gustado? -Pregunta.

- Me ha encantado, es genial, Alec. -Le digo. -¿Cómo se titula?

- Perfect Strangers. -Responde.

- ¿Perfectos Desconocidos? -Pregunto confundido.

Él se levanta y se sienta junto a mí.

- Te dije que serías el primero en escucharla y también serás el único. La canción la compuse para ti. Dicen que el arte no pertenece a quién lo crea sino a quién lo inspira y tú me inspiraste para crear esta melodía. Representa lo que somos y lo que siento por ti. Al principio fue todo muy rápido y éramos casi desconocidos, pero creo que estar juntos es nuestro destino. No sé por cuanto tiempo, ni como avanzará esta relación, pero si sé que ahora el único sueño de mi alma eres tú. Y por eso esta canción representa dos palabras que hasta ahora no me había atrevido a decirte; Te amo, Magnus. -Mientras intento memorizar las palabras de Alec e intentar decir algo, él se va poniendo sobre mí y me empuja hasta que quedo de espaldas al colchón.

- ¿No dices nada? -Pregunta con una media sonrisa.

- Me has dejado sin palabras, tan sólo se me ocurre una cosa que decirte; Aku cinta kamu, Alec.

- ¿Qué significa? -Me pregunta.

- Te amo, Alec.
Me alegro de habérselo dicho por fin y él se agacha hasta unir nuestros labios en un fuerte beso. Le rodeo la cintura con los brazos y le pego a mí para estar lo más cerca posible de él.
Alec cuela sus manos por debajo de mi camisa y noto sus fríos dedos ir desde mis hombros hasta mi cintura.
Muerdo el labio inferior de Alec y él suelta un gemido al mismo tiempo que abre la boca y yo hago que el beso sea más profundo. Nuestras lenguas bailan como si fuesen una sola y busco a tientas la cremallera del chaleco de Alec. Una vez que la prenda desaparece, paso mis manos por los hombros y los abdominales de Alec hasta llegar a la cintura y acariciarle la espalda provocándole escalofríos.
Rompo el beso para quitarme la camisa y en cuanto vuelvo a mirar a Alexander, este se abalanza sobre mí y comienza a besarme más rápido. Después va dejando un rastro de besos desde mis labios hasta el cuello, donde me muerde. Pienso que mañana tendré una marca y eso me hace sonreír. Los besos de Alec van bajando por mi pecho lentamente mientras yo intento mantener el poco control que me queda. Sus caricias son inocentes y que para él, esto sea totalmente nuevo, me resulta adorable a la vez que terriblemente sexy.
Cuando noto las manos de Alec inseguras sobre el borde de mis pantalones, levanto la cabeza de golpe.
- Alexander. -Le agarro del brazo y le hago mirarme. Sus ojos destacan brillantes en la poca iluminación de la habitación y tiene las pupilas tan grandes que están rodeadas únicamente por un fino aro de color azul oscuro. -¿Quieres...? -Le pregunto. Él asiente y veo que tiene las mejillas más rojas que nunca.
- ¿Estás seguro de esto? -Digo en un susurro.
- Sí. -Me responde con la voz ronca. Suena seguro de sus palabras pero sus manos tiemblan apoyadas en el colchón.
- No tenemos que hacerlo aún si no quieres, Alec. Dímelo ahora o no podré frenar lo que pase a partir de este momento.
Una sonrisa que no le había visto nunca aparece en su rostro; una sonrisa traviesa.
- No quiero que lo pares. -Me responde.
Olvido todo lo demás al oír esas palabras y me giro de manera que quedo sobre Alec, mis rodillas a los lados de su cintura y mis labios fundiéndose con los suyos. Imito el recorrido de besos que hizo Alec y cuando llego a sus vaqueros se los quito.
Vuelvo a besarle, noto los latidos de su corazón, su respiración entrecortada y sus pestañas moviéndose sobre sus ojos cerrados.
Me quito los pantalones y me agacho para besar el cuello de mi novio.
- Magnus... -Gime Alec.
- Dime qué quieres, Alexander. -Le susurro al oído.
- A... A ti.
Sonrío y me deshago de la ropa que nos queda. Comienzo a prepararle con cuidado pero él se tensa.
- Alec, mírame. -Le pido y beso sus labios. Él abre los ojos y las pestañas le forman sombras en sus sonrojadas mejillas. -Relájate, mi amor. -Vuelvo a besarle y se relaja mientras corresponde a mi beso.
Después vuelvo de nuevo a su cuello y Alec comienza a jadear más fuerte.
- ¡Magnus, por favor! -Dice de forma entrecortada y me separo de él provocando que suelte un quejido de protesta.
- Aún no, garbancito. Ahora viene lo mejor. -Me mira con sus enormes ojos azules, que ahora son casi negros y me coloco de mejor forma. Me inclino sobre él y hablo sobre sus labios:
- ¿Estás preparado? -Él asiente y sonríe nervioso.
Por un momento cierro los ojos por la abrumadora sensación y al volver a abrirlos y centrarlos en Alec, le veo mordiéndose el labio y con los ojos cerrados con fuerza.
- ¿Alec, éstas bien? -Le pregunto algo preocupado.
- Sí... Magnus, sigue... -Dice volviendo a abrir los ojos.
Me agarra del brazo y me pega a él para besarme. Mi lengua se junta con la suya y me rodea con los brazos mientras hago lo que me pide.
Le muerdo el labio inferior y él gime.
- Magnus...
- ¿Sí? -Sonrío en el beso y él hace lo mismo mientras contesta.
- Ve más... Rápido... -Dice entre beso y beso.
Le hago caso y agarro sus muñecas con mis manos para comenzar a besarle bajo la oreja. Alec lleva sus manos a mi nuca y me lleva de nuevo a sus labios. Toma el control del beso y yo hundo los dedos en su pelo.
Acabamos casi a la vez y me acurruco a su lado mientras le rodeo la cintura con mi brazo. Cuando levanto la cabeza y le miro, me besa en la mejilla.
- Esto ha sido... -Dice con timidez.
- ¿Genial? -Sugiero sonriendo.
- Sí. -Veo como el sueño se va apoderando de él y digo:
- Y aún me quedan muchas más cosas que enseñarte, cariño. -Pero no sé si llega a oírme ya que se ha quedado profundamente dormido.

Holaa. En este capítulo hay algo relacionado con nuestro Will Herondale, a quién lo adivine le dedicaré un capítulo.😊 ¡Feliz lectura!💞

My Boyfriend Is A Rock StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora