ALECTras dar un paseo por las calles de San Francisco, nos despedimos de Catt, Ragnor y Magnus, quien vuelve a pillarme desprevenido al besarme delante de todos antes de irse.
Aguanto en el camino de vuelta una charla por parte de mi hermana sobre que ella siempre sabía cuando estaba mintiéndole y que de todas las personas con las que pensaba que estaba saliendo, sin duda, no se le había ocurrido que fuese Magnus y que está "súper feliz por mi".
Gracias a Jace que le dijo que ya había quedado claro no me desmayé en esa furgoneta. Izzy puede ser muy pesada cuando quiere.
Entro a mi habitación y me quito la chaqueta. Algo cae al suelo. Me agacho para cogerlo y veo que es un papel doblado. Lo abro y leo lo que pone:
"Mañana a las 11 en los jardines de la calle 7, tengo una sorpresa.
Un beso, Magnus."
Sonrío y guardo la nota en mi mesilla de noche. Tras quitarme la ropa y ponerme unos pantalones de pijama, preparo la alarma para no quedarme dormido y me tiro sobre el colchón para dormirme a los pocos minutos.
Al despertar huelo a café y al llegar a la cocina veo a Clary sentada en una de las banquetas, despeinada, sujetando una taza de café y en pijama.
- Buenos días. -Le digo mientras preparo tostadas y me servo un poco de café para despertarme del todo.
- Buenos días. -Dice con voz ronca. Me giro y cuando la miro, veo que tiene los ojos rojos y bolsas bajo estos.
- ¿Qué te pasa? -Le pregunto preocupado.
- Nada.
Tomo asiento a su lado y la miro.
- Vamos, dímelo.
Ella suspira y bebe un trago de café.
- Jace está diferente. Últimamente casi no me hace caso, está distante y lo peor es que parece no darse cuenta. Anoche le dije que si no quería seguir conmigo y se puso furioso, empezó a decirme que de dónde me sacaba esa idea tan estúpida y cuando le dije lo que pensaba me dijo que estaba alucinando, que seguimos igual y que todo está bien. Pero yo no lo siento así y no sé qué hacer. -Una lágrima rueda por su mejilla y se la quita rápidamente. -Lo siento, no quiero amargar tu día.
- Eh, no pasa nada, Clary, eres como mi hermana, sabes que siempre puedes pedirme ayuda con lo que sea. -Le sonrío y me levanto para estrecharla entre mis brazos.
- Gracias. -Dice en un susurro cuando la suelto.
- Puedo hablar con Jace, si quieres. A lo mejor a mí me escucha. -Le sugiero.
Ella asiente y hace una mueca que parece una sonrisa. Miro el reloj y me alarmo, si no me visto llegaré tarde.
- Pero ahora no, tengo que irme. -Me voy corriendo a la ducha y cuando salgo, me pongo unos vaqueros y una de mis camisas blancas. Me armario se reduce a cazadoras de cuero negro, vaqueros negros, camisas negras y blancas, y botas.
Me peino como puedo, cojo el móvil y las llaves y salgo al salón. Clary esta en el sofá, ahora con mejor aspecto y cuando me mira, sonríe.
- ¿A dónde vas? -Me pregunta. Y recuerdo que es una cotilla.
- He quedado... con Magnus. -Me sonrojo. -¿Estoy bien?
Ella se levanta y se acerca a mí. De repente me alborota el pelo y asiente.
- Ahora estás mejor, me alegro por ti.
- Gracias. Tengo que irme o llegaré tarde. -Le digo y voy hacia la puerta. Ella viene tras de mí y se coloca en la puerta cuando yo voy bajando las escaleras.
- ¡Saluda a tu amorcito de mi parte! -Grita entonces y no puedo evitar reír.
MAGNUS
Llego al lugar dónde he quedado con Alec diez minutos antes. Espero que le guste lo que he planeado para hoy. Pensaba ir cosa por cosa, pero sé que en cuanto le vea, voy contarle todo lo que quiero hacer hoy. Pero, ¿y si no vio la nota? Mierda, en eso no había pensado... Pero me relajo cuando le veo salir por una de las angostas calles que llegan aquí. Como normalmente va de negro, excepto su camisa. Y yo, con una camisa de estampado floral y unos pantalones azul con varias cremalleras plateadas, y mi pelo y ojos cubiertos de purpurina y delineador. Cualquiera que nos viera, pensaría que somos como la Luna y el Sol.
Me ve y una sonrisa aparece en su ya de por sí, precioso rostro.
- Hola. -Dice cuando estamos a pocos pasos de distancia.
Camino hacia él y coloco mi mano bajo su barbilla para darle un largo beso.
- ¡Wow! ¿Vas a saludarme así cada vez que nos veamos? -Pregunta sorprendido.
- ¿No te gusta?
- No, me encanta, lo digo porque entonces, voy a quedar contigo todos los días. -Dice con una sonrisa.
Me encanta cuando deja a un lado su timidez habitual y dice lo que realmente piensa.
- No tengo ningún problema en que lo hagas. -Le respondo y el ríe, haciendo que los hoyuelos de sus mejillas se marquen de una forma adorable.
- ¿Cuál es esa sorpresa?
- Bueno, el día entero es una sorpresa. -Me mira confundido y sigo hablando. -Primero, vamos a dar un paseo en los trenes antiguos que hay por estas calles, no sé si has subido alguna vez pero son geniales. Después vamos a ir de picnic a un pequeño bosque que hay cerca de aquí y como sé que hoy tienes que actuar, iré a ver tu actuación. ¿Te apetece?
- Me parece el mejor plan que podías hacer, pero no entiendo el motivo. -Dice Alec sonriendo pero confuso.
- Hace una semana que nos conocimos. -Le digo tranquilo.
- ¡Es cierto! Se me ha pasado volando, han pasado tantas cosas que aún me cuesta acostumbrarme. -Se pasa la mano por el pelo mientras habla.
- Vamos, o perderemos el tren.
- Okey.
Caminamos hasta el andén de dónde sale el tren. Es un tren antiguo, con algunas columnas entre los asientos y en el borde, todo lo demás abierto. Los asientos son espacios para dos de color marrón colocados en filas, cada uno mirando a un lado o al otro. Subimos y nos sentamos en un extremo. Al ser temprano sólo hay dos parejas más en el tren, de modo que el espacio donde estamos es prácticamente solo para nosotros.
El tren arranca y comenzamos a atravesar calles con balcones llenos de flores, casitas de ladrillo y pequeñas tiendas de golosinas con toldos a rayas.
- Esto es precioso. -Dice Alec, y noto que entrelaza sus dedos con los míos. Le miro y le veo con los ojos brillantes.
- ¿Nunca habías visto estos lugares? -Le pregunto con asombro.
- No. Pero me alegro de verlos contigo.
Le sonrío y veo sus mejillas ponerse rojas.
- Creo que una de las cosas que más me gustan de ti es ver con la facilidad que te sonrojas. -Le digo.
- ¡No seas malo! -Me grita avergonzado.
- Sin duda, me encantan todas las cosas de ti, pero verte sonrojar es de mis preferidas.
Le paso un brazo por la cintura y le beso en la mejilla provocando que Alec se ría un poco.
Seguimos bromeando el resto del trayecto y cuando nos bajamos, le conduzco caminando a través de un parque para llegar al bosque donde haremos el picnic.
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My Boyfriend Is A Rock Star
FanfictionAlexander Lightwood es el guitarrista de una banda famosa de San Francisco. Magnus Bane es la promesa de la cocina experta del restaurante con más éxito de esta ciudad. Cuando se conozcan, toda su vida cambiará y en poco tiempo no podrán vivir sin e...