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MAGNUS

Un armario a rebosar de ropa y una gran experiencia en parejas y no sé qué ponerme, aparte de que parece que el corazón se me vaya a salir del pecho en cualquier momento.

Estas últimas 72 horas han sido las más largas de toda mi vida. El lunes y el martes estuve inmerso en el restaurante y Ragnor se dio cuenta de que me pasaba algo. Tuve que decirle que eran imaginaciones suyas. Sé que no me creyó pero por lo menos no volvió a preguntar.

Hoy el restaurante no abre así que llevo desde que me levanté preparando la casa para mi cita con Alexander.

Cociné unos raviolli de queso con salsa de almendras y de postre tarta de chocolate con nata.

Veo en el reloj que en cuarenta minutos llegará Alec y yo aún no sé que ponerme. Vacío el armario sobre mi cama y finalmente me decido por unos pantalones verde oscuro y una camisa dorada de manga corta con lentejuelas. Tras peinarme y resaltar mis ojos con un lápiz negro reviso todo por vigésima vez y veo a Presidente Miau en el sillón y medio dormido. Decido sentarme junto a él e intentar calmar mis nervios, a pesar de que sé lo que significa estar nervioso por una simple cita, y eso me aterra aún más.

Pasan veinte minutos de la hora a la que había quedado con Alec y ya creo que no va a venir, que simplemente se ha arrepentido y no quiere nada conmigo, cuando suena el timbre. Doy un respingo al levantarme del sofá y despierto a mi gato. Me acerco a la puerta y la abro para encontrarme con un Alec sin aliento, vestido con unos vaqueros gastados, una simple sudadera blanca y las mejillas ruborizadas como si hubiese estado corriendo.

- Siento llegar tarde, de verdad, pero Clary se ha empeñado en aprender a tocar una canción con la guitarra, le he dicho que tenía que irme y se ha puesto a decir que no quería ayudarla y he tenido que quedarme porque no podía decirle a dónde tenía que ir...

Se queda sin aire e inspira con fuerza antes de mirarme fijamente y como no digo nada añade:

- Mejor me voy, seguro que tienes cosas mejores que hacer que estar conmigo... -Dice dándose la vuelta.

- Alec. -Le llamo y él se vuelve para mirarme.

Le agarro los cordones de la sudadera y le acerco a mí.

- Llevo todo el día esperándote, no pasa nada porque que hayas tardado, ahora estás aquí. -Le sonrío y me inclino para besarle. No puedo creer lo mucho que he extrañado sus labios en estos tres días.

Cuando nos separamos miro a nuestros pies y veo a Presidente Miau acurrucado sobre las botas de Alec. Me río y cierro la puerta. Me doy la vuelta y veo a Alec acariciando al gato con una amplia sonrisa.

- Le caes bien. -Le digo.

Se pone de pie y me mira.

- Me alegro. -Dice.

Nos sentamos en la mesa y empezamos a comer. Al cabo de unos minutos le pregunto:

- ¿Te gusta?

- Es lo mejor que he probado en mi vida, ¿lo has hecho tú? -Dice alegremente.

- Sí.

- Pues me encanta. -Dice sonrojándose levemente.

- Me alegro. -Me como unos cuantos raviollis y le miro.- ¿La banda, la formaste tú?

- Sí, se me ocurrió que sería divertido, pero sin duda nunca pensamos que llegaríamos tan lejos. -Explica con brillo en los ojos.

- Se nota que te gusta tocar.

- ¿Por? -Pregunta confundido.

- Te brillan los ojos cuando hablas de la banda.

- Mi hermana Isabelle dice que me brillan los ojos cuando hablo de cosas o estoy con las personas que me importan.

My Boyfriend Is A Rock StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora