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ALEC

Cuando dejamos de caminar me percato de que estamos rodeados de árboles. El camino que hemos ido dejando atrás está casi oculto por árboles y plantas.

- ¿Nos hemos perdido? -Le pregunto a Magnus.

- Tranquilo, sé exactamente donde estamos, y lo mejor es que dudo que nadie más sepa llegar a este lugar. -Me guiña un ojo y se acerca a un árbol.

- ¿Cómo estás tan seguro?

- Porque yo lo encontré de casualidad y me costó encontrar la salida. -Me contesta.

- Supongo que traes aquí a tus citas a menudo. -Digo intentando que mi voz suene tranquila.

- Aunque no lo parezca, tener citas ha sido algo bastante escaso en mi vida y las pocas que he tenido no han sido aquí. De hecho, es la primera vez que vengo aquí acompañado.

Me alegro en secreto de ser el primero en estar aquí con Magnus y entonces saca una gran cesta de un agujero medio oculto tras el árbol. Le miro extrañado.

- Tranquilo, lo puse ahí esta mañana, me pareció buena idea. -Saca una manta, la extiende bajo un árbol y se sienta en un lado.

- Ven aquí. -Da una palmada a su lado y yo me acerco. Me siento junto a él y sonrío al ver que comienza a sacar sándwiches, copas y una botella de algo de color beige.

Me da un sándwich y sirve dos copas. Cuando me entrega una, la miro indeciso.

- ¿Qué es esto? -Muerdo el sándwich y descubro que es de delicioso queso con lechuga.

- Bailey's con caramelo.

- ¿Tiene alcohol?

- Un poco, ¿no bebes? -Me pregunta.

- No, sí bebo, pero no estoy muy acostumbrado.

- Ah, un poco no te hará mal, además está buenísimo. -Me asegura.

Lo pruebo y descubro que es verdad, sabe mucho a caramelo y es fresco.

- Mmm, tenías razón. -Le digo y bebo otro trago.

Nos acabamos los sándwiches y Magnus saca de la cesta una caja azul de cartón. La pone sobre mi regazo y mi mira.

- ¿Qué es esto?

- Ábrelo.

Le hago caso y abro la cajita para encontrarme con un montón de bombones. Un sonido entre risa y sorpresa sale de mi boca antes de poder darme cuenta.

- ¡Adoro los bombones! Son lo mejor del mundo. ¿Cómo lo has sabido? -Le pregunto con curiosidad.

- A lo mejor hablé con tu hermana. -Me confiesa con una sonrisa. -Me contó que cuando eráis pequeños, cogíais cada uno el mismo bombón sin saber de que era y así, los probabais todos y al final elegíais el que más os había gustado. Pensé que sería divertido.

- Es la mejor idea que he oído nunca. -Le digo cogiendo un bombón y dándole uno igual.

Los probamos y ambos tenemos que admitir que esta muy rico.

Cojo mi copa para beber un trago y veo que está llena otra vez, al igual que la de Magnus.

- ¿Intentas emborracharme? -Le pregunto enarcando una ceja.

- Tal vez. -Dice con una sonrisa traviesa.

Nos comemos otro bombón y pienso que no voy a beber más de estas dos copas.

Y así lo hago, pero para cuando nos terminamos todos los bombones, noto el leve efecto del alcohol en mí. Es poco, y Magnus parece estar perfectamente, pero yo no estoy acostumbrado a beber casi nada.

- Mira el fondo de la caja. -Me dice Magnus. Le hago caso y me sorprendo al ver lo que hay escrito.

"Te quiero, Alexander."

Levanto la vista y aparto la cesta, las copas y la caja, de modo que ya no nos separa

nada. Me quedo mirándole, consciente del rubor de mis mejillas.

- Di algo. -Me pide.

Me acerco a él y me pongo de rodillas, acariciando su mejilla con mis dedos. Le doy un pequeño beso y noto sus labios fríos, supongo por lo que hemos bebido.

- Te quiero, Magnus.

Puedo ver como la poca cordura que tiene normalmente, que no es mucha, desaparece de sus ojos y me atrae hacia él agarrando mi chaqueta para besarme. Sus besos saben a caramelo y al chocolate de los bombones. Es una mezcla adictiva que junto con la pasión de sus labios junto a los míos hacen que no pueda dejar de besarle.

Poco a poco nos vamos recostando sobre la manta hasta quedar yo sobre su cintura, apoyado en mis rodillas y Magnus debajo de mí, acariciando mi espalda con las manos.

Me quito la chaqueta y la camisa a la vez y busco los botones de la camisa de Magnus mientras él me besa y pone sus manos a los lados de mi cara para pegarme más a él.

Una vez me deshago de la prenda, comienzo a darle pequeños besos desde el hombro hasta el cuello, donde me demoro un poco, haciéndole una pequeña marca en la piel.

- Alec. -Jadea y yo le callo volviendo a besarle.

Esta vez son mis manos las que encuentran el borde de su pantalón, pero antes de poder quitárselo sus manos agarran las mías.

- Alec, escúchame. -Le miro confuso y veo el deseo en sus ojos.

- ¿Qué? -Temo haber hecho algo mal y me arrepiento de ser tan inexperto en casi todo.

- No creo que debamos hacer esto... así no. -Veo que le cuesta decir lo que está diciendo.

- Ah, pensé, bueno que... da igual, lo siento. -Me levanto y me siento a su lado.

- No es eso, Alexander, estoy deseando que esto pase, pero no creo que la mejor manera sea estando tú borracho.

- No estoy borracho. -Noto la inseguridad en mi voz.

- Lo suficiente como para no pararte a pensar. Te aseguro que he estado a punto de perder el control, Alec y no sé que me pasa cuando estoy contigo, pero prometí esperarte y voy a cumplirlo. -Me dedica la sonrisa más sincera que he visto jamás y me da un beso en la comisura de los labios. -Aún así, podemos seguir besándonos, pero por favor, no me muerdas el labio o te juro que voy a romper mi promesa y van a tener que arrestarme por violarte en medio del bosque. -Lo dice riendo, pero veo en sus ojos algo que me segura que habla en serio.

- Lo intentaré. -Le digo y vuelvo a cubrir sus labios con los míos.

My Boyfriend Is A Rock StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora