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|Junhoe POV|

En este momento me encontraba instalándome por completo. Mi ropa estaba lista, mis pertenencias, pinturas, dibujos y todo lo demás muy bien acomodado. Me gustaba que mi espacio tuviera mi propio ambiente, mi esencia.

Casi estaba feliz, pero la verdad es que no lo estaba en absoluto...no me gustaba mudarme. No me gustaba tener que empezar de nuevo y menos en éste lugar; me dejaba un mal sabor de boca y me ponía triste, pero no sé la razón.

Antes de irme a Rusia, tuve un accidente en donde perdí parte de mi memoria y ahora sólo recordaba cosas, hechos y personas importantes o que estuvieron cerca mío un largo período de tiempo.

Hace un par de horas cuando llegué a Corea, mi cabeza comenzó a doler, pero de acuerdo a mi doctor, eso iba a ser normal ya que Corea formaba parte de mis recuerdos. Y es lógico que ver un lugar, sentir un olor, etc, en el que ya había estado, se me hiciera tan familiar. Sentía un aura incómoda, algo muy muy molesto y me desagradaba.

Perdido en mis pensamientos, un ruido en mi puerta me hizo reaccionar; me quedé quieto observando la madera un par de segundos. ¿Quién podría ser? Bobby y Jungkook hubieran abierto.

—¿Quién es? —grité, pero no obtuve respuesta.

Me acerqué con algo de nervios y abrí.

—Hola...

|B.I POV|

Estaba preocupado. ¿Qué le había pasado? Pero tal vez necesitaba descansar y pensar, así que decidí dejarle un momento en lo que se calmaba.

—¿Crees que esté bien? —preguntó V, con un tono de preocupación en la voz.

—Lo va a estar, vas a ver que sí.

—Vale...—suspiró—. Gracias por acompañarme aún con Jinhwan en el estado en el que se encontraba.

—Está bien. Creo que a veces todos queremos estar solos, ¿no? Además no podía dejarte...TE PERDERÍAS —le sonreí.

—Probablemente sí.

Reí y lo empujé de las caderas suavemente. Entramos a una puerta de vidrio que conducía a otro largo pasillo, y por estar tan perdidos en nuestra platica, chocamos contra dos chicos. Dos apuestos chicos de traje, perfectamente peinados, uno con una linda sonrisa y otro con aires de prepotencia y con un olor a fragancia cara pero deliciosa.

—Hey, ¿a dónde? —preguntó uno de ellos.

—Buscábamos las oficinas del director para hacerle un comentario sobre un problema que tiene mi amigo —lo miré sonríendo.

—¿Y en qué puedo ayudarle, señor mudo? —respondió de nueva cuenta el tipo, con cierta ironía dirigiéndose a V.

—P-pues yo es que...—tartamudeó V.

—Ah, con que hablas. Digo, al parecer tu compañero es el que tiene que hablar por ti, ¿no?

—Para empezar: tiene nombre y es V. ¿Tienes algún problema con eso, niño bonito? —ataqué.

—Uy, perdón —levantó sus manos con una estúpida sonrisa en la cara que se ensanchó aún más.

—¿Y a ti qué te importa? Vinimos a hablar con alguien importante, no con un intento de comediante —dije de mala manera.

La verdad es que el tipo ya se estaba pasando de payaso. Puso nervioso a V, quien no se atrevió a hablar después de llamarlo "mudo" y casi inútil indirectamente.

—Verás, guapo, yo soy delegado. Quería ayudarte, pero te pones tan a la defensiva. Vas a arruinarte el lindo rostro si sigues arrugando tu frente. Vamos, una sonrisa para Kook, ¿bien? —guiñó el ojo.

SOL |Junhwan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora