18.2

414 30 7
                                    

Anteriormente:

<Me acerqué a su rostro y besé su mejilla de manera coqueta. Después moví mis labios hasta su oído y pegué estos lo suficiente como para sentirlo estremecer—. Dejaré que me tomes...>

Bobby pareció sorprenderse por mi repentina propuesta, pero a la vez parecía agradarle ya que ahora se encontraba relajado.

—No tienes que hacer esto...

—También lo quiero, ¿sabes?

—Si empezamos, no querré detenerme.

—No quiero que te detengas.

—Hanbin...

Parecía nervioso, pero también lucía como si le agradara la idea. Demonios, ¿qué más necesitaba?

A mi mente llegó una idea y sonreí maliciosamente. Era obvio que necesitaba motivación...y yo podía dársela.

—Bobby, en realidad quiero esto —susurré en su oído.

Éste dejó salir un suspiro y con eso comprobé que quería seguir, así que tendría que comenzar yo.

Lentamente comencé a mover mis caderas, con suaves movimientos circulares sobre él. Mi trasero rozaba con su entrepierna de una manera tan caliente. Me regresé a su rostro buscando algún tipo de reacción, y a Bobby parecía gustarle, pero aún lucía con dudas y con miedo.

Hice los mismos movimientos pero ahora causando más fricción. Ya no era roce, ahora sí tenía mi trasero totalmente pegado a él. Su cuerpo comenzó a reaccionar, y en especial su miembro que de a poco se endurecía debajo mío.

—Hanbin...—suspiró, aún sin tocarme.

—Vamos, Bobby...—gemí en su oído sin detenerme en los movimientos de cadera.

Quería y necesitaba que me tocara, o al menos que me correspondiera. Me estaba sintiendo rechazado...y yo no soy negado por nada ni por nadie o me dejo de llamar Kim Hanbin.

Esta vez creé una especie de patrón en mis movimientos: ahora eran de adelante hacia atrás y luego circulares.

Pude notar las manos de Bobby desesperadas por ser colocadas en algún lugar, lo notaba desesperado por tener más contacto físico.

Desistí de lo que estaba haciendo y opté por usar lo último que tenía: si Bobby no reaccionaba más, tendría que rendirme.

—Ha...Hanbin...—jadeó.

—Te confesaré algo —metí mis manos dentro de su camisa. Maldita la hora en la que toqué su cuerpo...ahora me encontraba extremadamente caliente y curioso por ver y tocar esta zona. Su abdomen estaba marcado y el tacto era simplemente grandioso. Tenía que animarlo, lo tenía que lograr—. En mis antiguos encuentros sexuales, yo fui el activo...—se estremeció—, pero ahora no sé si quiero ir arriba —mordí el lóbulo de su oreja al mismo tiempo que comencé a dar ligeros sentones sobre su erección.

Ahora sí reaccionó y abrazó mi cadera haciendo más rudo el contacto. Me movió a su antojo con el fin de complacerse más, pero lo que no sabía es que también me estaba dando un inmenso placer a mí.

—Yo me quise detener —amenazó.

Intenté replicar algo pero no me dió tiempo ya que mi acompañante me tiró sobre la cama poniéndose encima mío.

Con necesidad se colocó en mi cuello y comenzo a besarlo, morderlo, chuparlo. Tomó mis muslos y los levantó haciendo que abrazara su cadera. Se hizo espacio entre mis piernas y se restregó contra mí, eso logró hacerme sentirlo. A estas alturas, tanto él, como yo, nos encontrábamos duros.

SOL |Junhwan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora