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|Jinhwan POV|

Abrí mis ojos sólo para encontrarme con la oscuridad de mi habitación con apenas una delgada línea de luz colándose por el pequeño espacio abierto entre las cortinas. Bufé y tomé mi móvil para revisar la hora: las 10:00 pm. Las clases iniciaban en tres horas.

Volteé para ver a Hanbin; quien aún dormía. Sus labios estaban entre abiertos, boca arriba, con el cabello alborotado en conjunto haciéndolo ver un poco tranquilo y adorable.

La primera impresión que tuve de él fue que era el típico chico atrevido que tenía sexo con todo lo que se moviera. La realidad es que aunque la primera impresión importa, nunca es bueno hacer un juicio rápido. Hanbin resultó ser todo lo contrario.

No niego que es un poco enamoradizo, incluso más que las chicas, pero no a un límite extremo. Éste cree en el amor verdadero, es fiel y por no menospreciar, antes mi mejor amigo era muy mencionado y halagado por ser un buen amante. Él es muy abierto conmigo y tanta así es la confianza que me contó todos los encuentros sexuales que tuvo. En realidad, son contadas con los dedos de las manos, pero en todas, tuvo a sus acompañantes rendidos a sus pies y obsesionados por él. Eso sin mencionar lo guapo que es...a veces quisiera tener tanta seguridad como él, pero siempre termino inseguro sobre mí mismo.

Con vagos pensamientos sobre B.I, me dirigí a la ducha para que la tina se llenara. Saqué todo lo necesario para poder tomar un baño; entré tratando de ser silencioso ya que Hanbin tenía un sueño algo ligero.

Los dedos de mis pies tocaron el agua en la tina de color crema una vez estuvo llena y me sumergí. Apenas sentí como la temperatura del agua me contagiaba, vino como un rayo a mi mente una sola persona...la única persona que entraba a mis pensamientos sin permiso y repentinamente. La única persona que era capaz de hacerme sentir muchas cosas a la vez.

June. June. June. Me repetía miles de veces que tenía que hacer frente a la situación de la manera más madura posible, sin perder dignidad, estando cuerdo y no darle rienda suelta a mis sentimientos. Pero por otro lado mi corazón me pedía que fuera hasta donde él y lo besara, lo tocara, le recordara lo mucho que lo amo, lo mucho que lo extrañaba, que no me importaba que se hubiera ido porque eso era pasado. Era un gran dilema, ¿no? Si los dos tienen buenas razones, válidas y muy tentadoras, ¿a quién obedecía? En mi interior Jinhwan se debatía en una guerra sin fin, una guerra con buenos argumentos.

Le extrañaba, sí, pero me había dejado...sin rastro, con un montón de amor, ¿qué tenía que hacer? No lo odiaba...pero sí que me estaba guardando muchas cosas para decirle.

Con esa intensa pelea mañanera y con un Junhoe aún fresco en mis pensamientos, mi sesión de baño terminó. Sentí que estuve como una hora, si no es que más...pero no. Sólo quince minutos que se me hicieron eternos.

Logré ver que Hanbin estaba en un octavo sueño, pero tenía que despertarle, si no, no alcanzaría ni a desayunar y prepararse. Antes de hablarle, abrí las cortinas dejándole paso total a los rayos del sol.

-Narizón -lo moví suavemente.

Mi amigo saltó asustado, abrió los ojos, luego los cerró y después los apretó con fuerza.

-¡Me quedé ciego! -exclamó.

-Perdóname, ¿si? -hice un puchero cuando Hanbin abrió sus ojos de nueva cuenta.

-Maldito manipulador adorable. Te odio.

Me eché a reír mientras me ponía de pie y pasaba a secar mi cabello.

-Te levanté para que te asearas y alcanzaras a desayunar. Yo te invito, amigo -sonreí.

-No me llames así -se quejó.

SOL |Junhwan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora