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Anteriormente:

<El chico movió sus piernas sacándolas del auto, como en cámara lenta. Sacó su cabeza y con la mirada gacha quitó sus gafas, acomodándolas en su traje. Después de unos instantes, éste elevo su rostro y me miró.

June. >

Me quedé helado. Su mirada estaba puesta en mí...sin ninguna expresión. Volteó a ver a Hanbin por unos segundos y después me miró de nueva cuenta.

-No tenemos que hacer esto tan grande. Al B.I no le pasó nada, ya dijo que no pasa nada -habló el otro chico trajeado.

-Cállate.

Su voz. Su maldita voz sigue siendo igual: con un poder innato para ser un líder. Por un momento desconocí la razón por la que el chico sabía el nombre de mi amigo, pero lo dejé pasar ya que no podía concentrarme en tal cosa.

Las veces que June gritaba o se enojaba, de verdad que daba mucho miedo. Él en realidad siempre fue alguien tranquilo, de apariencia inocente...pero aún conserva su carácter. Aunque no hablara mucho, con el porte que se cargaba, muchas oportunidades para ser presidente de clase y representante general de instituto se le presentaron...pero no las aprovechó por el hecho que no quería ser como su padre en absoluto.

June quería ser libre. Le gustaba mucho la pintura y las artes, pero siempre tuvo conflictos familiares ya que su padre no le permitía hacer lo que a él le nacía ser.

-¿Estás bien? -preguntó a Hanbin. Mi amigo sólo asintió con la cabeza con una inmensa tranquilidad-. No veo el problema aquí.

Ahora sí que me lo estaba diciendo a mí. Nuestras miradas conectaron durante largo tiempo. Yo me había quedado como una estatua, sin embargo, él no se inmutaba.

-No pasa nada, enano -se acercó Hanbin a mí, abrazándome.

-Te pudo hacer daño...

-No, no pasa nada...sólo fue el susto ya te lo dije. Vámonos -estiró mi brazo.

-No hasta que te pida disculpas -dije sin dejar de mirarle.

-No es necesario...

-Dije que NO hasta que pida disculpas, Hanbin.

Éste vió que lo decía en serio. Esa atmósfera incómoda se hizo presente. La tensión podría cortarse con un cuchillo.

-No lo haré -anunció, firme, seguro, bien plantado.

Intentó meterse al auto de nueva cuenta pero yo lo tomé del brazo evitando que se fuera.

El contacto me hizo arder; ese dolor tan placentero y conocido al tocarlo se presentó de nuevo. Tanta familiaridad, tan como hogar, como si aquí fuera donde debería estar. Aquí es donde quería estar.

Se detuvo, volteó a verme como octava mil vez en el día. Su mirada me mataba lenta y dolorosamente. Extrañaba que me volviera a ver aunque fuera de esa manera tan fría.

Todos los que estaban presentes miraban la escena con nerviosismo. Hanbin se había quedado quieto, sin atreverse a interferir.

-P-pide disculpas -susurré, con la mano temblando por el tacto.

June tomó mi muñeca con mucha fuerza, lastimándome y apartándola.

-Lo siento.

Con la mirada le indicó a los otros dos chicos que venían con él que regresaran al auto. Estos tenían su boca casi en el suelo. Pero de inmediato salieron del trance en el que estaban y subieron al auto a toda prisa.

SOL |Junhwan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora