Capítulo 21. "Enlace Prohibido"

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    Amanda.

    Entramos a casa

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    Entramos a casa. Estoy tan nerviosa por la presencia de Zein aquí. Tiff y Alessa parecen estar en sus habitaciones ya que en la sala de estar no hay nadie y no parece haber tampoco nadie en la cocina ni en ningún rincón de la planta baja. Sé que debo hablar con las chicas ahora mismo, porque siento que si espero por otro momento habré perdido el valor y el impulso de encararlas. No quiero vivir una mentira y ellas merecen saber lo que sucede y que su seguridad también está en juego.
    — ¡Alessa, Tiffany, vengan abajo un momento, por favor! —les pido a ambas alzando la voz.
    Miro a Zein con una cara de preocupación. Yo sé que tengo esa cara. Él mantiene distancia entre nosotros para que yo tenga la oportunidad de explicar a las chicas lo que pasa y que no se lleven la sorpresa tan bruscamente.
    — Espero que lo entiendan —comento.
    — Deberían. Pero pase lo que pase no vayas a sentirte culpable.
    Asiento. Instantes después veo bajar a Tiffany con rostro de sorpresa tras verme con Zein, aunque no parece estar sorprendida en forma negativa, sino en forma neutral.
    — ¿A qué se debe esta novedad? —Termina de bajar las escaleras.
    — Quiero que Alessa esté aquí para hablar sobre eso.
    — No me asustes. ¿Pasó algo malo?
    — En parte —respondo cortante.
    Veo venir a mi hermana y antes de pisar el primer escalón de arriba nos mira a Zein y a mí con un gesto frío, soberbio y acusador. Tomando en cuenta que no sabe nada, trataré de ser directa para que no tenga tiempo de calentar su cabeza con ideas chuscas.
    Zein está a mi lado manteniendo cierta distancia para no evidenciar nada antes de tiempo. Mi hermana desciende despacio hasta llegar a la parte baja.
    — ¿Ahora traes a tu nuevo novio a casa? —Alessa me está destazando con solo mirarme.
    ¿Cómo supo eso? ¿Será que me vio en la playa con Zein?
    — ¿Por qué hablas de esa forma? —le pregunto.
    — Stephen estuvo aquí y me lo dijo.
    — ¿Estuvo aquí? Pero ¿qué estaba haciendo en casa?
    — Vino a despedirse de Tiffany.
    ¿Por qué tenía que venir precisamente a despedirse se mi prima?
    Fijo la mirada en Tiffany para ver si tiene algo que decirme. Se pone notablemente incómoda y no puede dejar la mirada puesta en un solo lugar.
    — Sí, Amanda, él vino y se despidió de mí. Pero no lo tomes a mal, solo fue algo amistoso.
    Aunque haya sido algo amistoso, me pregunto por qué vino a despedirse ¿A dónde va? ¿Por qué se va? Miles de ideas recorren mi mente tratando de no obviar que se fue por lo de hace unos días.
    — ¿A dónde se fue?
    Tiff sigue incómoda con la conversación mientras Alessa solo está ahí parada como una simple espectadora que finge no estar interesada y que, para lograrlo, mira un punto fijo de la casa con tal de no hacer contacto visual conmigo.
    — No me lo dijo. Tampoco me dijo la razón, pero creo que tu deberías saberla.
    Y tiene razón, yo la sé, o eso creo. Podría incluso habernos visto en la playa. Claro, seguro pudo ser eso. Si antes no se había despedido de nadie y si justo hoy decide hacerlo, debe ser porque algo vio o escuchó. Voy a seguir comportándome como si no sospecho nada, hasta que pueda intuir la verdadera causa de su partida.
    — Es muy extraño. Se fue así de la nada, sin dar mayor explicación.
    — A ver, Amanda —Alessa reacciona con indignación—, mejor dile de una vez a nuestra querida prima la verdadera razón de su partida.
    Ella debe saberlo todo, por eso me habla tan directamente. Quiere que yo misma me eche al fuego. Pero era a eso a lo que venía, a decir la verdad.
    Inspiro hondo y tomo el valor necesario.
    — Chicas, tengo que hablar con la verdad.
    Hay un desconcertante silencio. Todas las miradas están puestas sobre mí, incluso la de Zein. Desearía no tener que pasar por esto. Desearía que nada me importara y que no sintiera la necesidad de darle explicaciones sobre mis actos a nadie. Pero soy Amanda, la que hace lo correcto.
    Es un fastidio.
    — Zein y...
    — Amanda y yo somos novios —Confiesa Zein tratando de salvarme. Me toma la mano y siento una fortaleza enorme. Alessa no se sorprende, sigue igual, pero Tiffany casi se desmaya al escuchar la declaración de mi ahora novio asesino, egoísta, delincuente, y más.
    — ¿Nadie dirá nada? —pregunto.
    — No hay nada que decir por mi parte —Alessa se da la vuelta y regresa a su habitación.
    Tiffany aún no ha salido del asombro. Se pone una mano sobre el pecho y la otra sobre la boca. Tiene una cara como de no poder creer nada de lo que ha oído. Quisiera que esto no hubiera sucedido así, pero soy tan insegura de mí misma que, desde el inicio, estuve entre la espada y la pared, y es justo ahora que elijo tomar una decisión.
    Tiff sacude la cabeza y conteniendo el llanto, me cuestiona.
    — Así que fue por eso. Por eso se fue Stephen. ¡Ese chico siempre te ha amado sinceramente! Ahora vienes aquí como si nada a presentarnos a tu nuevo novio, un tipo que se dedica a matar por diversión y no tanto por necesidad. No esperes mi aprobación. Sé que no soy tu madre para autorizar o no algo sobre tu vida, pero sé muy bien cuando algo o alguien no te conviene. Aún así no te preocupes, no pienso interponerme. Has lo que quieras con tu vida.
    Mi prima se ha ido muy molesta de vuelta a su habitación. Me siento culpable, sucia y como una auténtica corrompida. Me siento en parte sola, lo único bueno que aún tengo es Zein, bueno relativamente.

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