- Pero pronto comprendieron que habían rebasado un punto sin retorno que ni siquiera el mismísimo creador podría enmendar. El cambio de mentalidad, después de haber sembrado el caos, había llegado demasiado tarde.
Aquella civilización presa de la manipulación de su mente por el dios Dinero, había cometido el fatal error de permanecer impasible a las muchas voces que vaticinaron el grave deterioro inflingido al planeta por la acción depredadora de aquellos seres contra el medio natural. Voces que fueron ignoradas, rechazadas, desprestigiadas, ridiculizadas e incluso silenciadas por el ego de quienes creyéndose seres superiores, habían causado estragos irreversibles a la biodiversidad de un mundo dominado por la muerte de ecosistemas del todo fundamentales para la vida. La traición cometida contra la madre naturaleza, terminó por arruinar el sustento de aquella civilización amenazada por sus propios actos.
- ¿Madre les echó de su planeta?
- La devastación ocasionada fue tan grande, que el planeta ardió en fiebre cuando los valores climáticos sufrieron alteraciones irreparables con resultado desastroso, entre ellos el deshielo de sus polos, provocando un éxodo masivo de magnitud incalculable cuando mucho suelo útil, quedó sumergido bajo las aguas de los estériles océanos convertidos en vertedero del planeta. Las tierras; infectadas por los desechos de sus fábricas y sin agua dulce que no estuviera intoxicada por el uso descontrolado de fertilizantes, abonos y pesticidas, habían quedado infértiles, sin capacidad de producir alimento.El veneno fue tan extendido y mortífero, que el clima cambió arrasando los bosques y con ellos el oxígeno ante el imparable avance de la desertización. Su mundo, herido de muerte, agonizaba lentamente debido a un insaciable extracción y consumo de materias diseñadas para usar y tirar, y que incombustiblemente había que fabricar con una energía del todo insuficiente para complacer la exagerada demanda de una sociedad que en su conjunto consumía los recursos planetarios a mayor velocidad que la regeneración natural. Y todo, para satisfacer al dios Dinero que ellos habían inventado y después destronado cuando el oro negro llegó a su fin.
- ¿Que es el oro negro? - Preguntaron varias voces al unísono.
- El oro negro era un elixir mágico extraído de las entrañas del planeta entorno al cual, giraba toda su sociedad. Con él se movían, con él producían alimento, con él la noche se hacía día, con él se arropaban en invierno y con él..., unos pocos se enriquecían empobreciendo al resto. Y aunque había otras formas mucho más limpias y respetuosas de producir el mismo resultado, los señores "artificiales" no permitieron que los "naturales" accedieran a una energía alternativa limpia, mucho más asequible, mientras hubiera una sola gota de oro negro alojada en las extrañas del planeta.- Ahora sabemos que abandonaron su planeta después de haberlo destruido. Ese fue el castigo del divino dios eterno que todo lo ve.
- ¡El destierro por ingratitud! - Clamó alguien desde lejos...
- ¡El día del juicio final! - Gritaron otros.
- ¡No! - Increpó el anciano con severidad. - Esa fue su propia sentencia tras el juicio sumario creado únicamente por aquellos seres contra sí mismos, pues el todo que nos contempla, no influye ni interviene en cuestiones ajenas a su propia creación, ya que para ello aquellos seres fueron dotados del libre albedrío. Ellos, fruto de la obra divina nacían perfectos pero se hacían perversos en un mundo inventado no natural. No culpéis a la divina inteligencia suprema que nada tiene que ver con la artificialidad impuesta. Recordad que los asuntos del hombre, tan solo al hombre competen y no al "todo" como os han hecho creer.- Maestro: ¿como abandonaron el planeta?
- Podían volar porque dominaban los secretos de la ciencia gracias a su ingenio. De esta forma, acudiendo a su innato talento, construyeron mil nubes de hierro impulsadas por la partícula de dios en un esfuerzo digno de su inteligencia, cuyo plan consistía en salvar a unos pocos para perpetuar su especie en algún otro lugar del universo.
- ¿Aún sabiendo que iban a morir?
- Aquella civilización de un modo u otro pese a la certeza de la muerte, colaboró en el empeño hasta conseguir ver partir a la expedición hacia el espacio, poco tiempo antes de que el último reducto de vida en su planeta se apagara para siempre. Para ese entonces los elegidos se encontrarían cruzando de lado a lado el universo, rebotando de lugar en lugar, hasta encontrar un sitio donde comenzar de nuevo para salvaguardar su estirpe.La generosidad de los que murieron para que otros vivieran, sería recordada por largo tiempo en esta leyenda que realmente ahora empieza y yo os cuento.
N. del A. véase bosón de Higgs.
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No te duermas..., aún.
Short StoryEl título de esta obra podría inducir al lector a lo que el propio enunciado sugiere: proponer una amena lectura que retrase sucumbir al placentero sueño. Sin embargo la intención de este manuscrito es provocar justo lo contrario; es decir, invitar...