Los nombres de los protagonistas han sido modificados deliberadamente para preservar su intimidad.
A excepción de un huerto solar de 178.000 metros cuadrados inundado de paneles solares fotovoltáicos, cuya energía generada por el sol es transferida a una empresa suministradora de electricidad, José vendió la totalidad de su patrimonio obteniendo un gran capital, parte del cuál, donó a diferentes asociaciones de carácter benéfico. Actualmente, desde mayo a octubre, José vive felizmente con Isabel y Raulito a bordo del "Blue Ice", un precioso velero de dos mástiles amarrado en un hermoso puerto del principado de Asturias, mientras desde noviembre a abril, fondean en un tranquilo y apacible atraque de un pequeño y romántico puerto situado en algún hermoso lugar de las Islas Canarias, donde los días con sus noches son eterna primavera, y los atardeceres un regalo para el alma. Sobre la mesa del salón del velero, siempre hay un ramo de siete frescas rosas rojas envueltas en un cucurucho de plástico transparente con un pequeño lazo color verde, idéntico al ramo que Emilio le entregara cuando la conoció. Hoy Raulito tiene ocho años y demuestra pese a su corta edad, un innato don comercial. Cada mes, José hace una importante contribución económica a diferentes comedores sociales, tanto en Asturias como en Canarias, en los que además colabora prestando su desinteresada ayuda en la cocina repartiendo ranchos a los desfavorecidos que acuden al comedor, donde el arroz con bogavante, es primer plato cada primer domingo de cada mes, siendo el segundo calamares a la romana. Así mismo y en sempiterna compañía de Isabel, dirige con gran dedicación una asociación de recogida de ropa usada que después de ser desinfectada, lavada y clasificada, reparten entre la gente necesitada. Cada día en su cartera de bolsillo, introduce ciento cincuenta euros con los que realiza pequeñas obras altruistas en sus paseos al atardecer. Su cuello no luce gargantilla, no hay reloj en su muñeca ni anillo en su dedo. Se desplaza en un modesto utilitario eléctrico y su vida en resumidas cuentas, es tan sencilla que lejos de la complejidad del hombre, encontró la sencillez de la felicidad. Actualmente Isabel espera su primer hijo. Antonio y Manuel (fruto del matrimonio de José con Clara), recuperaron la confianza en su padre. El arroz con bogavante sigue siendo su bocado predilecto.
Raúl se estableció por su cuenta abriendo una empresa con dos negocios paralelos: embellecimiento y conservación de entornos medioambientales y mantenimiento integral de huertos solares con las que ha alcanzado notorio éxito. Su mejor cliente es el huerto solar de José. Vive dichoso con Silvia en su apacible y coqueto adosado. Recientemente ha comprado un huerto cercano donde emplea a cinco trabajadores humildes todos ellos, a los que reclutó mientras pedían limosna en la calle. Uno de ellos es Hans, quien se ocupa de transportar la cosecha recogida para ser entregada a diferentes comedores sociales en los que José colabora.
El brillante clarinetista de la esquina, fue descubierto por un cazatalentos inglés que casualmente pasaba por allí cuando se encontraba de vacaciones en nuestro país. En la actualidad, el clarinetista vive en Nueva York y es miembro de una conocida banda de jazz. La chaqueta de sus actuaciones..., es la de José.
Emilio ocupa un destacado lugar en el consejo de administración de las empresas que José vendió a un holding empresarial sueco. Su hermano ya no vende golosinas y sus padres viven despreocupados en un pequeño apartamento frente al mar que Emilio compró para ellos. Nunca empeñó el mechero de oro que José le regaló y que celosamente guardó durante años, con la esperanza de ser devuelto algún día a su legítimo propietario, como así espera hacerlo por decisión propia cuando de nuevo regrese el próximo otoño. Su ilusión es hacerlo en compañía de Raúl y Silvia, brindando con cava en la cena de bienvenida que será, como no podía ser de otra forma, a base de arroz con bogavante.
A día de hoy, todos conocen la verdaderagrandeza de la vida; la que reside en las cosas y detalles más pequeños, lejosde buscar la felicidad en las grandes cosas artificiales que el hombre hadiseñado para satisfacer su ego.
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No te duermas..., aún.
Short StoryEl título de esta obra podría inducir al lector a lo que el propio enunciado sugiere: proponer una amena lectura que retrase sucumbir al placentero sueño. Sin embargo la intención de este manuscrito es provocar justo lo contrario; es decir, invitar...