v e i n t i c i n c o • (v)

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Angst, AU, slight smut, 1.4k

Vena
Conducto o vaso sanguíneo que se
encarga de llevar la sangre de los
capilares sanguíneos hacia el corazón↩

Por algo el odio se siente en el corazón, fluye como sangre en las venas directo a ese lugar palpitante. A veces podemos disimular los incesantes latidos del corazón, pero no lo verdes y abstractas que se tornan las venas frente a las emociones, más si eres Kim Jongin y tienes la piel morena aunado a un profundo odio que no se va, que no desaparece, y que cada día se entremezcla con amor como si fuesen sabores de coctel con cubos de hielo sobre una barra.

La música ensordece de una forma familiar, el sonido de alguna manera no es lejano para Jongin, está acostumbrado a este ambiente disparatado y loco, con olor a colillas de cigarro, drogas, alcohol, y perfumes cruzándose a mitad de camino. Suele codearse con esto la mayoría de su tiempo, y aunque hoy no es realmente necesario él está ahí, mirando a Minseok cubrir el turno que suele ser de él, a Sehun como camarero, a Luhan en lo alto del podio, mezclando música a diestra y siniestra, y al dueño de MAMA en su zona V.I.P monitoreando su lugar.

Todo parece en orden, incluso cuando Jongin no trabaja ese día, siente que unas cuantas sacudidas en la pista no le hacen mal a nadie, ni siquiera le molesta que nadie le ha invitado una tonada, bueno, no es necesario, él incluso sabe que puede moverse solo y aún así llamar la atención de todos.

—Sírveme un Brandy, hyung —le dice a Minseok, este lo mira prolongados segundos antes de acatar sus órdenes, moviéndose con gracia por la zona de licores.

—Jongin, sigo preguntándome ¿qué haces aquí? —espeta Minseok, pero no suena como reclamo, Jongin lo sabe, es más bien como una verdadera duda porque Minseok no entiende, porque sus días libres él los suele aprovechar al máximo en casa, en cambio, Jongin está en su lugar de trabajo, en su día libre. Casual.

—No tenía nada que hacer, mis perros están con Soojung en Daegu, estaba aburrido, ¿tiene algo de malo querer tomar y bailar un rato?

Minseok niega con una sonrisa pícara porque quizá sabe más de lo que demuestra, de hecho, los dos saben qué clase de mentira está diciendo Jongin. Porque sí, sus perros están con su mejor amiga en una ciudad distinta, y él estaba aburrido, pero hay más motivos de peso que lo hacen salir de su zona de confort y mudarse a la pequeña réplica de Las Vegas en Corea, ahí en Seúl, ese lugar lleno de ostentosidades, de lujos, música buena, tragos agradables y cliente. Peculiares clientes.

Cuando diligentemente Minseok deja el Brandy en su poder, Jongin esboza esa típica sonrisa de ganador y tomando el pequeño vaso de cristal se mueve hacia la pista. Allí no sólo degusta del sabor del trago ardiendo en su garganta, también la sensación que la música causa en su cuerpo. Demasiadas emociones fluyendo con rigor por su ser, su corazón coordinado con el bajo, con el bum, bum, bum, sus pies moviéndose con libertad, sus caderas cual serpiente zigzagueante de forma seductora, el licor y las ansias quemándole las cuerdas que van debajo de su piel, esas que osa llamar venas.

Jongin odia como sus venas lo delatan, justo ahora como un vestido verde sobre su piel morena, no hay forma de mentir. No hay forma de decir odio esto porque sus venas gritan sus mentiras. Malditas.

A las tantas de la noche, a las tantas pistas musicales, al tanto trago, Jongin siente como pequeño pulsos empiezan a latir en sus caderas; dedos suaves y lechosos resbalan por aquí y aquí y en segundos su torso está siendo amasado, como siempre, como cuando se descuida. Y aunque odia quién le produce esa potente corriente, no puede negar que le gusta al punto de echar su cabeza hacia atrás, gemir, y pegar su espalda a un torso ajeno no tan desconocido; respira profundo, respira como si estuviese aprendiendo. Es tan candente que abruma de alguna forma.

ABC; 30 Universos  → KaiSoo/Top!SooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora