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s i e t e • (f: ii/ii)

Fluff, romance ♣1.9k

Falso, sa
↪adj. Engañoso, fingido. Contrario a la verdad
Que no es real, auténtico o verdadero

-No sé por qué soy tu amiga.

Solang tenía los píes echado sobre el asiento del bus, una posición incómoda si le preguntaban a Kyungsoo. Sonreía, ella siempre lo hacía cuando de las locuras de su amigo se trataba.

Kyungsoo rodó los ojos mirando sólo como las luces nocturnas de la ciudad capturaban su atención a través del vidrio, mareándolo sólo un poco. Eran las siete de la noche y él se dirigía al cine acompañado de Solang, la chica de pelo rojo que había aceptado ser su novia sólo para ayudarlo a estabilizar su mente de todos esos pensamientos confusos que se habían sembrado desde que se suscitó el beso con Jongin.

Del sólo recordarlo cada poro de su piel se erizaba.

No había sido necesario meterle la lengua a Jongin hasta el fondo, y las reglas no decían nada acerca de un tiempo corto o extendido, pero Kyungsoo fue osado, fue duro y deseoso. Excitado. Kyungsoo llevaba mucho tiempo observando a Jongin, ese movimiento de caderas sinuoso en la pista; llevaba tiempo rompiendo su cabeza con cosas confusas, cosas enigmáticas. Entonces actuó por impulso, actuó como un Kyungsoo de dos vasos de soju y curiosidad lo haría. Lo besó, le arrancó el aliento, se quedó sin aliento él mismo, esa noche en aquel acto, se volvió parte de Jongin.

Y fue la mejor cosa que pudo haber hecho en sus años de vida.

-Siempre te compro libros, y te invito a comer. Te convengo como amigo y como falso novio -respondió Kyungsoo, tocando el botón de parada y empujando a Solang para que avanzara.

-Pero ser tu novia es un deporte extremo -dijo infantilmente-. Jongin me ve como si quiera comerme y no de la forma que quiero. ¡Es frustrante!

Kyungsoo le echó otro empujón a Solang mientras ella reía porque cada vez que musitaba el nombre de Jongin con cierta lascivia en el tono de voz a Kyungsoo le hervía la sangre. No obstante ella lo hacía para molestarlo; era una buena amiga que había conocido por casualidad, una amiga que aceptó ser su novia sólo para distraerlo de los pensamientos relacionados a Jongin. «Debería exigirte lugares elegantes para comer» dijo una vez porque no sólo era la amiga que se hacía pasar por novia sino también, la chica que le daba algunos consejos acerca de Jongin y todas esas cosas que le estaban pasando.

Jongin, Jongin, Jongin. Todo se trataba de él.

Se suponía que después del beso las cosas debían ser como antes, ellos llevándose mal y no tratándose, pero en lugar de eso se vio a sí mismo corriendo al encuentro con Jongin, tocándole el cuerpo con fervor, cayendo inevitablemente ante sus besos. Muriendo a los píes de Jongin sin siquiera ejercer alguna objeción. Su cuerpo, cuando se trataba del moreno, actuaba solo. Arma que Solang siempre usaba a su favor para burlarse de él.

-No entiendo cómo es que te pones como un ogro celoso cuando digo cosas como que Jongin es caliente, pero no haces nada para quedarte con él. Yo estoy segura que Jongin es el tipo de chico al que le dices que se quede a tu lado y lo hace ¿No has visto como te ve? Sólo existes tú en el mundo para él.

¿Cuántas veces Solang había salido de su personalidad chispeante para ser una buena y muy sabia amiga? Siempre, siempre lo hacía. Con propiedad y seriedad hablaba de los sentimientos de Jongin como algo seguro y real, que Jongin le miraba diferente, que Jongin tenía la cara de un empedernido enamorado cada que regresaban de sus encuentros a escondidas, que Jongin esto, que Jongin lo otro. Kyungsoo sabía que Solang no lo hacía por mal, pero detestaba escucharla porque cada vez que sus palabras cesaban en su boca, en su cabeza comenzaba esa tormenta de pensamientos que tendían a confundirle, cada vez le resultaba más difícil sostener esa coartada falsa en la que él era un feliz novio totalmente hetero, y que Jongin no era más que un experimento por su curiosa adolecencia.