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c i n c o • (d)

♠nc-17 ♠ tema religioso (Si eres sensible al tema, aborta la misión); 1.5k

Dogma
↪En teoría del conocimiento, un dogma es un
conjunto de creencias que no admite réplica;
Aquí, se aplica al tema religioso

Kyungsoo, recuerda usar ropa recatada.

Kyungsoo ¿Ya fuiste a la casa del pastor? Me preguntó por ti esta mañana.

Kyungsoo ¿Puedes tener la oración por los alimentos?

Kyungsoo te toca cantar hoy en el servicio nocturno.

Kyungsoo ¿Asistirás hoy a la primera vigilia?

Kyungsoo, ¿dónde está tu biblia?

Desde pequeño la vida de Kyungsoo ha estado debidamente planificada, nacer, ser el niño prodigio de los instrumentos que aprendió a cantar antes que hablar, creer y servir en la iglesia donde el pastor alababa su buen corazón y la vocación que tenía, cantar los coros dominicales, recoger el dinero de la ofrenda, guardarlo, entregárselo a la tesorera; comer, no sin antes orar por la comida, dormir, no sin antes orar para que los ángeles velasen por sus sueños.

De esta manera creció, siendo el hijo perfecto de los Do, teniendo pensamientos puros acerca de vida y las personas y arraigándose a la teoría creacionista en la escuela como ningún otro niño jamás lo hubiese hecho.

Kyungsoo de diecinueve años, el modelo perfecto ante los ojos de sus padres, servicial y entregado. Apasionado. Kyungsoo, el mismo muchacho inestable que tuvo una erección inexplicable en el momento en que Kim Jongin se presentó ante él porque «Estoy buscando un libro de educación sexual, ¿Podrías ayudarme?» Kyungsoo nunca sabrá explicar qué fue lo que pasó con su cuerpo porque ni los más vastos conocimientos teóricos extraídos de los libros de educación sexual le pudieron prever de sus erráticos síntomas de calor y sudoración en su piel. Las advertencias de peligro comenzaron a fulgurar cuando, dentro de su mente inestable, Jongin se quitó sus prendas una a una, moviendo sus caderas a un ritmo parsimonioso que se acompasaba con el sonido de la música desconocida, inexistente e irreal rebotando en la cabeza del muchacho.

—No entiendo qué tanto debemos saber los estudiantes de danza de estos temas, pero se trata del profesor Bang y ese viejo es mañoso —dijo Jongin, pero Kyungsoo no prestó atención a las palabras más allá del movimientos de sus labios.

Labios rosas.

«No seas codicioso»

Piel morena.

«No hay cabida para la lujuria dentro de tu humanidad»

Piernas tonificados, brazos fuertes, manos cinceladas.

«Bajo ninguna ley de Dios, un hombre puede desear a otro»

Y las señalizaciones que durante años recibió cual dogmas inquebrantables se fueron diluyendo entre las risas de Jongin, entre sus palabras llenas de comicidad, el toqueteo de sus dedos contra los lomos de los libros, y entre las venas que sobresalían de sus brazos al llevar tantos tomos pesados entre las manos. Las leyes que regían la vida de Kyungsoo, que lo hacían caminar cual robot por la vías y senderos desaparecieron al término de un «Nos vemos luego, hyung...» de Jongin seguido de una mirada que escurría deseo en borbotones.