v e i n t i t r e s • (t)

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Demasiado extraño para caracterizar ♠ 1.8k

Trastorno
Alteración en el funcionamiento de un
organismo o de una parte de él o en el
equilibrio psíquico o mental de una persona.

—A base de estudios psicológicos realizados, hemos descubierto que experimenta un tipo de amor enfermizo —expone el Doctor Kim, su pelo rubio huele a champú de frutas, de ese que venden a unas cuadras de Sangmoe; siempre hay descuentos—. Se comporta como una persona sumisa, tierna, pequeña pero de repente tiene tendencias esquizofrénicas, en ese estado es sumamente agresivo. Todo por esa persona; esa que lo hace vivir en medio de estos dos patrones, como dije, Doctor Wu, un amor enfermizo.

Jongin se ríe, sus labios gruesos y contoneados pero resecos y hoscos, tiran hacia arriba, él más que nadie sabe que es la máxima gota de sinceridad que puede mostrar porque le parece bastante gracioso, como monos danzantes sobre los cráteres rocosos de la luna, Jongin lo imagina y se ríe, por los monos y porque el amor no puede llegar a ser nunca enfermizo, el amor es puro. Quizá el Doctor Kim no puede percibir el olor que mana de aquel sentimiento porque su jodido champú de rebajas está impregnando todo el lugar.

A la fuerza, Jongin se aferra a huestes de fragancias que se desprenden de labios de corazones, de pelo negro azabache, de manos de un pianista de notas fúnebres, del silencio de ojos grandes, nutridos en blancura ocular.

—¿Qué dice la familia? —Como robot computarizado, pregunta el más alto de los doctores presente, Wu Yifan; Jongin se vuelve a reír recordando que una vez lo vio pintando monifatos sobre su tabla de observaciones, en lugar de observaciones—. ¿Es hereditario o comenzó este patrón con el tiempo?

Este patrón.

¿Qué patrón?

Jongin no conoce de condiciones o patrones, Jongin conoce de personalidades, de formas de ser, incluso si son dos personas distintas: Jongin sabe quién es, sabe que a veces es bueno y puro como la nieve, dadivoso, cándido, es como el sonido de un ruiseñor cantando en el filo de su ventana, pero también sabe que en otras instancias puede llegar a ser duro, demasiado frívolo y cruel, círculos purpuras sobre piel lechosa y chupetes sobre cuello suave dan fe de eso. Pero incluso si es así, incluso si es Jongin, o si es otra persona distinta, él sabe que goza y disfruta y no es una condición o una enfermedad, simplemente es.

Y el patético dúo de doctores debería comenzar a entenderlo.

—Sus familiares comenzaron a notar estas actitudes cuando cumplió los diecisiete —explica el Doctor Kim, mira atentamente sus anotaciones y Jongin rueda los ojos porque sabe que ese tipo desearía estar en el desierto de Sahara antes que ahí, con él—. Cambió radicalmente y el único punto de partida o hecho común, es que desde entonces no ha dejado de mencionar a un tal Do Kyungsoo. Su madre dice que Kyungsoo cambió su vida.

Y Ding Ding Ding, Ring Ding Dong. ¡Tenemos un ganador!

Al menos logran atinar en una.

Jongin suspira, su pecho se llena de amor; suspira porque con el cuerpo atado es lo único que puede hacer, está ceñido en una camisa blanca aunque con el tiempo se ha vuelto algo sucia, tiene cerrojos por todos lados, no lo dejan moverse, y él quisiera hacerlo, al menos para usar sus manos y explicar con sus dedos el por qué desde que conoció a Do Kyungsoo su vida cambio radicalmente.

Ese tipo pequeño, altanero y ceñudo robó sin esperas cada parte de su cuerpo, se adueñó de sus huesos, esos doscientos seis que componen su humanidad; Kyungsoo es dueño y señor de sus arterias y venas, de su pulso, mente y ridículamente de su corazón. Jongin hizo pacto con Kyungsoo para pertenecerle enteramente, se dejó llevar por el negro que manó de esa alma impoluta, de esas manos que le acariciaron con fervor los espacios prohibidos de su cuerpo, se dejó ahogar en el vestigio de aquel ser.

ABC; 30 Universos  → KaiSoo/Top!SooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora