La Teoría De White Y Price

Una pizca de valentía

Narra Emily

Emily....Emily.... Emily

-¡Emily!-grita Melanie haciendo que reaccione.
-¿Que te ocurre?- dice Lu.
-Nada- contestó tratando de ser conveniente.
-Es no es cierto- contesta Brenda- Durante la película estabas en la Luna y en el spa ni siquiera nos prestabas atención-
-No es sólo que... no lo se- dije nerviosa.

Tomé un sorbo de mi café. Años atrás mis cumpleaños habían sido un asco total. Mis padres siempre estaban trabajando así que me pasaba el día sola. Cuando cumplí los once años me di cuenta que al resto del mundo le valía que fuese mi cumpleaños.
Este año me vi envuelta en popularidad, me felicitaron y han sido buenos conmigo. Entonces ¿por que me siento tan mal?

-El sábado habrá un fiesta en casa de Marlene- dijo Melanie- ¿Vienen?
Todas asintieron.

-¡White!- volvió a decir Melanie- ¿Estas bien?-

No, no lo estaba. Acababa de entrar a la cafetería Will y se dirigía a nuestra mesa.

-Miren quienes están aqui- dijo galantemente.
-¿Que se te ofrece?- contestó indiferente Brenda.
-Nada sólo pasaba por aquí y me encuentre con cuatro chicas lindas... ah y White- dijo mirandome. Solar Bridget se sonrojo.

-Mira... ¿podrías dejarnos en paz?- dijo Lu.
-Mmm no lo creo- se sentó a mi lado- ¿Que te sucede White? ¿Acaso te comió la lengua el gato? ¿O sólo no te atreves a decirme nada por que no está tu perro guardián?-

-Cierra la boca- dijo Melanie -No te metas con ella.
-¿O que? ¿Tu hermanito me golpeara?- le dijo dándole un golpe en la frente- El simplemente es un gatito que se cree tigre. Un pajarito me dijo que ya no le interesa White.

-Cierra tu maldita boca- dije enojada. Todos se me quedaron mirando. El se paró y al hacerlo me tomo del cuello de mi abrigo y me levanto.
-¿Que dijiste... pequeña bruja?- me contestó de forma amenazadora. El me levanto varios centímetros del suelo. El media casi un metro noventa y yo solamente un metro cincuenta y dos. Mis piernas quedaron colgando.

Pero yo ya no lo aguantaba más. Ya no más miedo. Ahora tu tememe.
😤

Balanceo mis pierna y ... le doy un rodillazo en los bajos.
Me suelta repentinamente al tirarse de dolor al suelo. Hábilmente me incorporo, mientras todos los clientes me observan atónitos.

-¡Ya no te tengo miedo!- le grito- ¡Y si te metes conmigo o con Theo juro que te haré la vida imposible como tú me la hiciste a mi!-

Y sin más salgo corriendo, pensando solamente en Theo.