Inazuma Eleven Go {COMO TÚ NO HAY DOS}

CAPÍTULO 1

Narra Miyu:

Hoy me levanté pronto porque estaba de los nervios por como encajaría en mi nuevo instituto. Así que estaba echada en el sofá esperando a que los demás se despertaran.

Shawn Frost, mi padre adoptivo, fue el primero en despertarse, y mientras bajaba por las escaleras me miró extrañado ya que no es propio de mí despertarme tan pronto.

Shawn: buenos días Miyu, ¿Estás nerviosa? - Me preguntó con un tono divertido.

Miyu: buenos días papá, ¿yo nerviosa? ¡qué va! - le respondí haciéndome la chica dura.

Shawn: Miyu qué te parece si vas a despertar a tu hermano. - yo sonreí con maldad y no dudé en subir las escaleras rápidamente hacía la habitación de mi hermano. Este era, sin duda, el mejor momento del día.

Pero antes de retomar la historia os voy a presentar al idiota de mi hermano, es Gabriel García, o Gaby para los amigos. Shawn Frost nos adoptó desde muy pequeños y a día de hoy, no seremos una familia normal, pero os puedo jurar que amo con locura a estas dos personitas.

Encendí la luz de su habitación.

Miyu: ¡buenos días! - Dije todo lo alto que pude.

Al ver que no le despertaba, sonreí todavía más, este era el momento de coger el cubo que hay en su baño, llenarlo de agua fría y tirarlo encima de él.

Le eché el agua encima y saltó de la cama sobresaltado.

Me miró analizándome de arriba a bajo y cuando se dió cuenta de lo que había pasado al verse mojado y yo riéndome a carcajadas, se levantó muy enfadado y empezó a perseguirme por toda la habitación.

Gaby: ¡te vas a enterar!

Yo era más rápida que él, pero en un descuido, me tiró a su cama empapada, me quitó el cubo de las manos y se encerró en el baño de su cuarto.

Miyu: uf, pensaba que iba a ser peor. - resoplé aliviada.

Gaby salió cuidadosamente del baño, y sin que me enterase, me tiró el cubo de agua ardiendo.

Miyu: ¡eres un idiota! - Grité enfadada.

Gaby me sacó la lengua y bajó las escaleras corriendo, a lo que yo fui tras él, hasta que paró en seco al ver a Shawn, que casi choca con él y que encima llevaba nuestro desayuno, provocando así, que ambos acabáramos en el suelo. Shawn, obviamente, se rió de nosotros.

Después de esto, nos sentamos en la mesa, donde como siempre, había un vaso de leche y un delicioso plato de tortitas con chocolate para cada uno, que el asqueroso de Gaby casi desperdicia.

Al acabar esta bendición de desayuno, subí a mi habitación e hice lo que una persona normal haría antes de ir a clase: ducharme, lavarme los dientes, ponerme el horrible uniforme del instituto, peinar mi pelo azul dejándolo suelto, ponerme las lentillas en mis ojos azules, que ahora estaban hinchados del insomnio, y echarme tres kilos de colonia. Después, sonó el timbre y se escuchó a un chico gritar...

Persona desconocida: ¡Gaby baja!

Así que Gaby y yo bajamos rápidamente y Shawn se despidió de nosotros.