Capítulo 18. Y... a la mañana siguiente.

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Aria.

Nunca me he sentido más viva en mi vida. Nunca. En el momento en el que Noah me besó todos mis nervios se activaron y me reclamaron en busca de más, aunque no puedo culparlos, yo quería más.

Noah paró y aunque una parte de mí estaba aliviada, otra estaba rogando por ser escuchada, y no me habría importado darle algo de atención.

Estoy sentada en la moto con mis brazos agarrando la cintura de Noah. Apoyo mi cabeza en su espalda e inspiro recogiendo su aroma y su calidez. Vamos muy rápido y eso me aviva, me hace gritar de felicidad ya que nunca he podido hacerlo, quizá porque nunca he sido feliz, pero ahora puedo decir que los soy, al menos por el momento.

Diez minutos después, Noah estaciona frente a una pequeña casa de un piso de un color gris apagado, con dos ventanas en la parte delantera y un pequeño jardín bastante descuidado. Noah me agarra la mano y gira mi cuerpo para que esté frente al suyo. Me mira avergonzado.

-          Ya sé que esta casa es horrible y que parece una mierda, pero… -niega con la cabeza, al parecer aclarándola y me mira con decisión. –Mira, te llevaré a tu casa y le explicaré a tu madre lo que ha pasado, eso es mejor que pasar tu noche en un basurero. Siento haber tenido una idea tan estúpida. –empieza a caminar hacia su moto pero yo me quedo parada en el sitio. No pienso irme de aquí. –Sube.

-          No. –me da igual como sea su casa, si está limpia o sucia, o si es pequeña o grande, solo me importa estar con él y me duele que no lo sepa ya a estas alturas.

-          ¿Qué? –baja de la moto y camina hacía mí con las manos en los bolsillos peludos de su disfraz.

-          Que no voy a irme.

-          ¿Por qué querrías estar en un lugar como este? No tiene sentido Aria.

-          Porque estás tú. –automáticamente lo digo siento que me sonrojo, mi cara debería parar de hacer eso, lo ha hecho ya numerosas veces esta noche. –Me da igual la casa, ¿vale? Solo quiero estar contigo, poder dormir una noche sin problemas, sin los recuerdos que me atrapan la mente, sentir que estás cerca y que no tengo por qué preocuparme de nada. –sonríe y me atrae hacia él para rodearme con sus brazos. Este es mi lugar favorito en el mundo. Escondo mi cara en el hueco de su cuello.

-          Yo también quiero tenerte para mí toda la noche. –se acerca a mis labios y me besa. No he tardado a acostumbrarme a la sensación de sus carnosos labios sobre los míos. No quiero que desaparezca nunca.

Se separa de mi con una sonrisa y entrelaza sus dedos con los míos conduciéndome al interior de la casa.

Dentro es incluso peor que fuera. La mayoría de los muebles del salón están rotos y el suelo está lleno de polvo y las paredes de moho. Hay un extraño olor que me revuelve el estómago, pero me obligo a sonreír para que Noah no se sienta avergonzado como se sintió cuando llegamos. Él me conduce por un largo y estrecho pasillo hasta una puerta de color marrón con un cartel de un grupo de música que no conozco.  Abre y me quedo sorprendida.

Su habitación no tiene nada que ver con el resto de la casa. Las paredes están pintadas de un tono claro de un azul luminoso y vivo , también decoradas con otros posters y fotos de jugadores de fútbol y de baloncesto, los muebles son todos de color marrón oscuro y se ven muy cuidados, no hay suciedad en ninguna parte y se puede respirar  olor a colonia de chico.

Paso y me siento encima de la cama, Noah se sienta a mi lado y me besa suavemente. Se aparta demasiado pronto para mi gusto pero no me quejo, tener aunque sea un suave contacto de Noah, es todo lo que necesito para volar. Estoy pensando como una yonki, pero pensándolo bien sí lo soy, Noah es mi droga y yo soy adicta a ella.

Quiero morir, vivir contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora