Capítulo 20. Necesito seguir avanzando.

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Noah.

No sé si se ha parado el tiempo o soy yo. Estamos sentados en el salón de Aria como una familia feliz, cuando todos estamos llenos de mierda y secretos. Alguien que viera esto por fuera se reiría de nosotros por lo absurdo que es todo, pero nosotros estamos aquí, sonriendo con nuestras mayores sonrisas falsas y pretendiendo que podemos convivir los unos con los otros.

Aria me coge de la mano y me sonríe. Mira a mi padre y luego a mí. Este carraspea y sonríe a su vez a Aria.

-          No sabía, Noah, que tenías una novia. –me mira con diversión –No veo razón para que ocultes a una chica tan bonita como esta. –Aria sonríe pero luego me mira y vuelve a fruncir el ceño, aparta su mano de la mía.

-          ¿No habías hablado a tu padre de mí? ¿Por qué? –miro a mi padre, agradeciéndole con la mirada el facilitarme la vida de esta manera.

-          Papá ya sabes que apenas nos vemos y cuando lo hacemos, no hablamos precisamente. –le doy una mirada y a él se le corrompe la expresión y puedo ver la ira contenida –Iba a presentarte a Aria pronto, supongo que te me has adelantado, es toda una sorpresa.

-          No sabía que tenías novias, pensaba que tú eras un chico al que le gustaba tener muchas relaciones. –me paga mi indiscreción con  la misma moneda –Supongo que me equivocaba. –toma su copa y bebe un sorbito diminuto. Es raro ya que él cuando bebe alcohol suele beber de la botella inclinándola hasta vaciarla. Querrá causar una buena impresión.

-          Aria es especial, llevamos saliendo bastante tiempo y no tengo intenciones de que se acabe. –Aria vuelve a tomar mi mano y me siento más seguro ya que la siento a mi lado.

-          Bueno chicos –la madre de Aria se levanta del sofá color crema y recoge el platito de queso y las copas casi vacías. Hace un gesto a Aria para que la siga. –Aria, ¿te importaría acompañarme a poner la mesa?

-          Claro que no, mamá. –se retiran a la cocina y yo me quedo con mi padre a solas.

Él me está observando, pero no le voy a dar el gusto de devolverle la mirada no se lo merece. Pero supongo que el destino piensa de forma distinta, ya que mi ´´padre'' rompe el silencio.

-          No eres tan gilipollas como pensaba. –lo miro y me da una sonrisita arrogante, yo me cruzo de brazos y lo miro abiertamente –Has cazado a una niñita con pasta, has pensado como yo. Es la única vez en mi vida en la que no me siento completamente avergonzado de ti.

-          Pues el sentimiento de orgullo no te va a durar mucho ya que no estoy con Aria por su dinero. La conocí en el instituto y me gustó, nos conocimos y ahora la quiero, mucho.

-          ¿Qué la quieres? –da una larga carcajada y golpea el sofá con la mano en un intento de calmarse, yo lo miro expectante –Si aún sigues creyendo en el amor es que no has salido muy listo Noah. –se retrepa en el sofá y se rasca la frente – Mira, tú no la quieres, solo quieres acostarte con ella, son las hormonas no puedo culparte. Pero cuando te acuestes con ella no la dejes, intenta obtenerlo todo de ella, su dinero, su inocencia… Todo. Las chicas puritanas son las mejores follando. –me levanto del sofá acercándome a él y le agarro por los hombros, pegándolo al respaldo del sofá. Él esta sorprendido.

-          Mira, sucio hijo de puta, toda mi vida te he aguantado, he aguantado tus golpes y tus insultos, pero no vas a hablar así de ella, nunca. Porque si lo haces no respondo de lo que pueda hacerte, ¿me has entendido?

-          ¿Tú te atreves a amenazarme? –se levanta, empujándome –No sabes con quien estás tratando. –echa un vistazo a la cocina para asegurarse de que no van a molestarnos y luego se gira y me sonríe –Esa chica no tardará en darse cuenta de la mierda que eres y lanzarte al cubo de la basura. Eso es lo que suelen hacer ¿no? ¿Dónde está Kim?

Quiero morir, vivir contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora