Capítulo 1.Golpes de suerte.

1.6K 67 6
                                    

ARIA.

365 días. Solo 365 días y se acaba este martirio llamado instituto. Bueno, realmente no es un martirio, es más bien un camino, tu eliges si quieres pisar por las baldosas amarillas o adentrarte en el bosque espinoso. Creo que leer por las noches esta haciendo que me convierta en una de esas chicas que llenan las paredes de su habitación de posters de las nuevas sagas, jamás mi pared será testigo del torso, obviamente modificado con photoshop de Taylor Lautner, no.

A ver mi instituto no están malo como parece. No es un paseo por un parque pero es soportable, más o menos.

Cuando intento levantarme de la cama mis piernas pesan una tonelada, jamás he estado tan cansada como lo estoy ahora, es como si alguien hubiera colgado una pesa de cada uno de mis pies haciendo que no pueda moverme. Con un último esfuerzo consigo levantarme y llegar hasta mi armario.

Bueno hoy es el único día que se me permite vestir ropa corriente así que me siento tentada a usar la nueva falda que me compré en California en verano, pero no sé si esto dará una mala impresión de mí, ´´ATENCIÓN, MUCHA PIEL A LA VISTA'', mejor no. Me decido por unos vaqueros y una camiseta amarilla con la frase ´´ Las Playas de Europa son mejores'', no creo que al señor Martin, mi profesor de historia, le haga gracia que no alabe la grandiosidad de Estados Unidos, pero, ¿cuándo me ha importado su opinión? Exacto, nunca.

Cuando llego a la cocina no hay nadie, como de costumbre. Mi madre estará en el hospital, hoy hace doble turno ya que tuvo que estar fuera durante dos semanas cuando la abuela murió. Le tengo dicho que no tiene que trabajar tanto, que no necesito ir a la mejor universidad, pero ella insiste en que lo mejor es aspirar lo más alto posible. Si aspirara lo más alto no estaría aquí.

Hoy decido desayunar solo un plátano y un yogur, creo que eso me dará la energía suficiente y si no me la da, pues siempre puedo recurrir a las máquinas oxidadas de la cafetería.

El instituto de Growcity no tiene nada que envidiarle a los que salen en las películas absurdas para adolescentes. No, este instituto es más absurdo si es posible.

-          ¡Tú! –dice una voz detrás de mí –¿No deberías estar saltando de la emoción por haber llegado a último año sanas y salvas? –dice Victoria mirándome con emoción fija en sus iris color miel.

-          Nop, no me emociona volver a madrugar, si es a lo que te refieres. –Vicky bufa y me mira –Pero si te refieres a que nos quedan exactamente 9 meses para ir a la universidad… Pues sí, estoy emocionada –ambas pegamos un gritito y nos abrazamos.

Victoria Garrison es mi mejor amiga. Es mi única amiga realmente. Y así es desde que nos conocimos oficialmente hace cuatro años. Digo oficialmente porque la conozco de toda la vida pero no llegamos a ser amigas hasta que nos vimos afectadas por la peor etapa de nuestras vidas, las muertes de nuestros padres en aquel accidente de coche. No es algo que nos guste hablar a Vicky o a mí así que jamás pisamos ese terreno, aunque la llama sigue encendida poniendo en peligro nuestra amistad constantemente.

Vicky es un metro setenta de belleza y locura.  Es literalmente la chica más guapa que he podido ver con mis ojos, y su belleza no pasa desapercibida entre la población masculina, aunque sorprendentemente aún no ha tenido novio, realmente ni ella ni yo. Nos mantenemos al margen por ahora y eso nos funciona.

-          Estoy estresada –dice enganchando su brazo con el mio y conduciéndome hasta la entrada –Este verano a pasado muy rápido Aria, apenas me ha dado tiempo a terminarme Los Juegos del Hambre, y eso que estoy enamorada de Peeta, siento como que lo he traicionado. –me mira haciendo un puchero y me rio muy fuerte golpeándome el pecho con la mano para no ahogarme.

-          Solo tú dirías que te sientes culpable por traicionar a un personaje inexistente –me paro y la cojo de los hombros –Vicky, Peeta no existe, siento haber estropeado tu burbuja.

-          Disfrutas haciéndome despertar de mi mundo de fantasía, ¿verdad? –asiento y ella me golpea el brazo –Para que lo sepas, seguro que hay algún Peeta en alguna parte, solo hay que ponerse a buscarlo.

-          Hasta que lo encuentres siempre puedes recurrir al porno, dicen que ayuda a que te adentres en el mundo actual.

-          Jamás recurriría a algo tan sucio, y lo sabes –me sonríe con picardía –¿Tú has recurrido a eso?

-          Nop, pero yo no estoy obsesionada por un ser imaginario.

-          Aun. –mueve las cejas sugestivamente y me rio más fuerte aun. –Sigo pensando que el amor va a llamar a tu puerta, tarde o temprano. Es inútil que te resistas pequeña, estas en el mercado del amor y ya te han puesto precio.

-          Cuando eso pase Vicky probablemente estarás casada con Peeta y ni te enterarás. –digo abriendo la puerta de mi taquilla, no recuerdo ni haber llegado hasta allí.

-          Va a llamar, y abrirás.

-          Eso es absurdo. –recojo mi libro de francés y cierro la taquilla –El amor no va a… -Me giro bruscamente hasta empujar algo duro como una roca y caerme, pero no estoy sobre las sucias baldosas del instituto, sino encima de alguien que no había visto detrás. Estoy tumbada en un pecho duro y un aliento me sopla en mi cara, unos ojos azules me examinan y mi corazón se para.

DING DONG.

Quiero morir, vivir contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora