Capítulo 25. Te odio.

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NOAH.

-          ¿Mi qué? –digo con el shock instalado en mi voz.

Ella se seca las lágrimas que siguen saliendo de sus ojos con la manga de su jersey azul y me sonríe sin ganas.

-          No quería decírtelo, ¿sabes? –se sienta en la silla y pone sus manos sobre su cara, bufa –No quería porque no es tu responsabilidad, es la mía por ser estúpida y yo solo, solo… No-no sabía que hacer, luego me enteré de que habías tenido un accidente y yo… me dio miedo Noah. –dice atropelladamente, yo frunzo el ceño.

-          Pero es imposible, yo supuestamente tengo novia y por lo que tengo entendido esa no eres tú. –su cara adopta una expresión de asco y niega.

-          ¿Aria? –pregunta con expresión hosca. Asiento –No es tu novia Noah, es una chica que se ha obsesionado contigo, no te deja en paz y ha aprovechado tu confusión para engañarte como le ha dado la gana. –se acerca y me acaricia la cara con su pequeña mano –Yo soy tu novia Noah, nos peleamos hace poco y tú dijiste que necesitabas tiempo para pensar y yo, yo te lo di porque te quiero y quiero que seas feliz. –se agacha hasta que sus labios rozan los míos y susurra –Te quiero.

Y de repente su boca está junto a la mía y nos fundimos en un ardiente beso. Su lengua busca la mía y yo sin problemas le ofrezco lo que tanto anhela, y creo que yo lo anhelo igual  porque me sorprende la rapidez de mi boca en encontrar la suya. Sus manos se colocan alrededor de mi cuello y me impide moverme mientras ella se encarga de controlar ese beso, y por mí no hay problema.

Bebé. Recuerda mi mente y me aparto bruscamente de ella dejándola descolocada y confusa. Antes de que a ella le dé tiempo a preguntarme el porqué de haberme alejado cuando esto se estaba poniendo interesante, le pregunto:

-          ¿Estás embarazada?

Ella se sonroja y no se atreve a mirarme a los ojos por lo que le acabo de preguntar, pero debía esperar que lo hiciera ya que… ¿¡Voy a ser padre!? No, no, no, no, no me puede pasar esto, no debería pasarme esto.

-          ¡Contéstame! –grito enfurecido, ella se encoge y asiente con la cabeza aún sin mirarme -¿Y me entero ahora? ¿Antes no me lo habías dicho?

Levanta la cabeza y su mirada es fría cuando se encuentra con la mía, pero supongo que la mía también debe ser escalofriante porque su expresión cambia rápidamente a una más dócil y me coge de la mano. Intento separarme de ella pero se niega a soltarme y yo desisto para animarla a continuar. Ella suspira.

-          Mira, cortamos hace un mes más o menos y esa tal Aria no te dejaba en paz, recuerdo que muchas veces te quejabas de ella y yo un día no lo soporté más y te recriminé su presencia.  Recuerdo que me dijiste que no la querías, que ella te daba asco y no te creí.  –una solitaria lágrima se desliza por su mejilla pero ella la deja correr –Te dije que si querías tiempo te lo daría, y tú me dijiste que me amabas y que necesitabas pensar, así que lo dejamos. Esa misma noche me hice la prueba y dio positivo. Me dio miedo contártelo ya que no sabía como ibas a reaccionar y me callé y así he estado durante este tiempo, callada. Pero luego me enteré de que por culpa de esa niñata tuviste un accidente y no lo soporté más, y vine a verte pero ella me echó. –la miro desconcertado y ella asiente –Le dije que eras mi novio y ella simplemente me dijo ´´No por mucho tiempo, tranquila que de eso me ocupo yo'' así que me fui porque tenía miedo, y cuando la he visto marchar no he tardado en acercarme a tu habitación.

Tanta información me ha dado dolor de cabeza y necesito tranquilizarme. Le pido a Kim que me traiga un vaso de agua y una aspirina porque necesito algo que calme este dolor que no me deja respirar. Ella va corriendo y en un momento está de vuelta con una pastillita de color blanco y un vaso de papel azul con agua dentro. Me la tomo sin más ceremonias y dejo el vaso vacío en la mesa que está al lado de mi cama.

Quiero morir, vivir contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora