1

21.6K 669 149
                                    

Narra Camila.

"Tal vez nunca fui yo, o simplemente me deje llevar, eres como esa droga que no te deja continuar, pero te hace sentir mejor y quieres seguir adicto a ella"...

*

La muerte eso era, no era mi rutina era mi muerte, que poco a poco dejaba que las señales de tránsito al salir, me dieran distracción, no se me gustaba hacerles caso, aunque para eso estaban allí no? me rodeaba de personas que no lo hacían, después veían a un ciclista arroyado, o un niño arroyado por un ciclista, o peor...

Me fui de casa hace unos 2 años atrás, dejé aquella hacienda y la vida en el campo, no quería seguir envejeciendo a mi madre, hartando a mi hermana y las miradas de compasión de mi padre, por tener Trastorno Obsesivo Compulsivo, al decirlo siempre me catalogan de la higiénica y que nadie puede tocar, pero ese trastorno tiene otras cosas... Se basa en dos partes de Obsesiones y Compulsiones como su mismo nombre lo dice, pero en los tipos que tenía, en ese pequeño paquete, estaba que soy... Repetidora, tengo que hacer las cosas varias veces, hasta que yo misma este conforme de que esta bien. Mantener las cosas en perfecto orden, en mi lugar de estar, todo tiene que tener una simetría. Atormentada, pensamientos negativos me atacan varias veces al día, en mi cuello siempre guinda un pequeña cruz, tengo que estar aferrada a algo, para que eso no pase, por ultimo verifico mucho las cosas para evitar catástrofes y tengo algo con lo del toque, pero no por la contaminación, al esa persona no darme la confianza, aunque la conozca, su toque para mi seria algo incómodo, con mi familia eso fue unas de las polémicas, mi propio núcleo familiar no me daba la confianza suficiente.

Entonces al cumplir veinte años decidí irme a un pequeño apartamento tipo estudio en San Francisco, una pequeña sala- cuarto, un diminuto baño, junto a una cocina y una ventana que me daba una linda vista del puente Golden Gates, me gustaba ver como todas las luces de la ciudad se dirigían a el, trabaja en una tienda de discos, al dueño le gustaba tenerme allí, sabia de mi "condición" y se aprovechaba un poco, gracias a eso, los estantes siempre están ordenados, en orden alfabético, por lo mas nuevo hasta clásicos, por año, por género etc... Me pagaba un poco más y con eso me bastaba, en estudios no era la mas fan de hacerlo y tener un título no me iba a calificar como persona, eso es solo para tener de que hablar en la sociedad, y eso no me interesaba mucho.

-Llegas temprano! -Me dijo Carlos, mi jefe, un chico no muy alto, de piel bronceada, cabello negro y una sonrisa muy contagiosa.

-Si, no tenia que hacer nada en casa que digamos, iba a comprar unos libros pero la librería del frente está cerrada -Alzando una cajas colocándolas en el mostrador, me respondió.

-Si? Es extraño.. -Se asomó y echó un vistazo, Asentí, sabía que era un local muy mañanero, ya que dentro también estaba una cafetería y que mejor que un libro y un buen café. -Abran quebrado?! - dijo con juego en su voz, le di un leve golpe y reímos.

-No creo, a lo mejor, estarán remodelando quien sabe -Él alzo sus hombros sin darle importancia y empezó abrir las cajas.

-Estos discos llegaron ayer en la noche, te ayudaré un poco, pero a las diez tengo que estar en el médico, hoy es el segundo eco de mi bella esposa -Abrí algo mis ojos en sorpresa.

Clásicos Encontrados. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora