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Habían pasado cuatro días, y ninguna señal de Camila, esta chica si que sabía ser orgullosa, o no sabía que decir, en realidad yo supe cambiar el juego, me sentía algo lista y a la vez un poco mal. Todas las mañanas antes de entrar a mi trabajo miraba al tienda de disco y quería dar ese paso, pero que clase de personas somos si vamos en contra de nuestras propias palabras? Las que dicen que no y mañana si, no me fió mucho de ellas y trato de no ser una, así que hacía caso miso todos los días..

Después de varios clientes, entró por la puerta su jefe, Carlos, al mirarme me sonrió, se quedó viendo un momento el menú y alzó su vista para solicitar su café, hoy estaba en la barra preparando las órdenes, se movió hacia donde yo estaba, me dio su ticket.

—No sabía que trabajas aquí —Asentí, buscando el vaso mediano para preparar la orden.

—Ya ves que si —Reímos un poco.

—Que ha pasado con Karla? —Pregunto con algo de miedo, pero decido a saber.

—Ah.. —dude un poco —Bueno, estos días la pude ver, pero no me dejo decirle nada como tal, solo fue una conversación de, no des mas que yo, que te puedo vencer, y yo solo me defendí—Paso las manos por su cara.

—Ella es así, siempre intentando ser la fuerte y aunque lo es, no lo niego, solo es que el tiempo va con ella y ella trata de sujetarlo, me explico, nunca te dirá que si o no, sus respuestas serán tal vez, puede ser, quizás, teme que si confirma algo, no pueda llegar hacerlo.—coloque su bebida en mostrador.

—Es muy insegura de si misma? —Probó el liquido caliente y asintió.

—Demasiado diría yo, pero entiendo dejando atrás todo lo que pasó, esa semana que nunca apareciste ella estuvo muy estresada, del punto que creí que otra escena como la anterior iba a pasar.

—Por mi? —ladeó la cabeza pensando en que responder.

—Ni idea, no lo menciono, pero creo que si —Arregle mi cabello con mi cabeza gacha.

—No lo sé Carlos, la verdad no sé, que hacer, yo sólo quería disculparme, pero ahora se ha vuelto algo.. —Pensé que decir —No lo se, no sé!!! —dije con molestia en mi voz.

—Vale tranquila, déjalo así, ya está todo bien, no ha pasado nada —dijo con desanimo en su voz, retirándose. Tal vez solo por ahora yo tendría que ir, en contra de la corriente y mis principios.

**
Narra Camila

No no no podría, osea quería, pero no sabía como, un lápiz daba seguidos golpes en la mesa, pensando en que hacer, oí la muerte y levante mi cabeza, era Carlos.

—Tranquila oh le harás un agujero —lo dejé a un lado.

—Y ese café? Lo compraste al frente verdad? La viste? —El alzó una de sus cejas.

—No sabia tanto interés, y tanto conocimiento de los trabajadores del frente.

—Carlos! —dije en un pequeño grito, el rió. —Solo que ahora me siento mal soy yo, con mi actitud tan atravesada arruinó todo, no sé que hacer!?

—Tal vez, la que debe cruzar la calle eres tu —Me quedé mirando la nada —Y por favor no pienses, que al cruzar la calle te puede atropellar un coche, y no me digas tampoco, uno nunca sabe, ten certeza de que las cosas puedan ir bien! —se retiró, pero si, tiene razón.

Unas horas después, me miré en un pequeño espejo, sonreí, y abrí la puerta principal de la tienda, cuando miré al frente, Lauren tambien salió, nos miramos y ella tenía dos cafés en su mano, sonreímos, me hizo un gesto que no caminara más, miro hacia los lados y llegó a hasta a mi.

—Parece que he tenido.. — la interrumpí, y tome unos de los cafés.

—Hola, Soy Camila Cabello — Sonrió.

—Así esta mucho mejor, Soy Lauren Jauregui — Entramos a la tienda, volteé el letrero de Abierto a Cerrado, fuimos a la oficina, y nos sentamos en el sofá. —Algo extraño, pero me gusta. —Negué bajando la cabeza. 

—Algo tan fácil como ir a tomarse un café se nos hizo complicado. —Le dije volviendo a mirarla.

—Creo que nosotras somos complicadas —Tome un poco. —Te gusta? —Asentí. —Me dejé guiar, por tu preferencia la ultima vez que fuiste con tu amiga —Alcé una ceja.

  —Así que, eres muy atenta no? —Alzó su hombros, en señal de algo así como "Que te puedo decir soy genial" —Le di una mirada calmada con una leve sonrisa.

— Bien, ya estamos aquí, cuéntame de ti... —Mi semblante cambió rápidamente.

—Lauren, lo que paso esa vez, es algo que no estoy dispuesta hablar, y si por eso fue tanta insistencia entonces.. —Me quedé callada, ya que ella me miraba con una leve risa —Que?

—El auto-control no está en tus cosas de hacer mejor no? y te dije cuéntame de ti, no te mencione "Hey Camila, vine aquí para saber de tu locura del otro día, quiero hacer una investigación contigo, que se va llamar como enloquecer en tres simples pasos con Camila Cabello" —Reí algo fuerte,  que al impulsarme hacia delante, choque con su hombro y al darme cuenta, me alejé. —Esta bien, puedes hacerlo —Dijo suavemente.

—Esta bien, pero no estoy acostumbrada hacerlo —Enfoque mi mirada en el vaso que tenía en las manos.

—Bien, ya te acostumbraras... —Cruzó sus piernas.

—Así? Y como estas tan segura? —Se acercó a mi, y con un pequeño toque, alzó mi cara, haciendo que la mirara, se coloco a centímetros de mi, colocando sus ojos que viajaran con los míos.

—Porque si, ya te dije que la locura no me aleja, y tan segura estoy, que sujeto una pequeñita parte de ti, y no me has alejado, mas bien te erizas y relajas al mismo tiempo, eres una caja de secretos y sorpresas, que estoy dispuesta a esperar que salgan por si solas —Me fui alejando poco a poco, ella hizo un gesto de acordarse de algo.

—Tengo algo para ti!   —Busco algo en su mochila de lado. —Creo que ya tienes todo esto pero, hace algunos días mi vecino hizo una venta de garaje, y un pajarito me dio un dato de unos de tus gustos —Sacó un disco de vinil de Tchaikovsky —Lo tomé y lo miré con gran adoración. —Es bonito el brillo de tus ojos.

—Me gusta mucho! Gracias.. Tengo un montón de discos así, lo que tendré que comprar es el toca-discos, bueno tengo uno, pero no sirve —Hice un puchero.

— Tal vez yo pueda ayudar en eso —Negué.

—No, es algo muy complicado, son muchas cosas, es una linda decoración en mi casa —Sonreí en forma de agradecimiento.

—Camila, cuando compras un libro, eres de esas personas que se quedan leyendo la parte de atrás, a ver si le convence?   —Negué.  

—No, no los juzgo por su portada, como dicen por allí, solo con el titulo me conformo, para saber que algo bueno deben tener.. —Asintió varias veces, y tomo su bolso y se lo guindo. 

— Exacto, tu solo conoces mi nombre que ese es mi titulo, y créeme que algo bueno debo tener —Miró su reloj —Tengo que ir a trabajar nuevamente, pero te veré a las seis de la tarde en la salida de la tienda bien?.

— Vale, puede ser —Noté como negó.

—Te veré a esa hora Camila —Afirmando aun mas.

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Clásicos Encontrados. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora