Luego de unas horas, volviste a hablarme.
Te arrepentías.
Me dijiste que tenías la mala costumbre de actuar sin pensar.
Y te acepté de vuelta.
No quería perderte.
No quería perderte por nada del mundo.
Eras valioso para mi, y no podía dejarte ir tan fácilmente.
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Sebastián
Short StoryA veces no hay próxima vez, a veces no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.