Esa mañana tenía que volver a mi casa.
Y fueron muy pocas las palabras que intercambiamos.
No entendía que pasaba.
La noche anterior irradiabas felicidad.
Y ahora no irradiabas nada.
Absolutamente nada.
Era como si al mirarte, no encontrara nada.
No te encontraba, Sebastián.
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Sebastián
Short StoryA veces no hay próxima vez, a veces no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.