8

14.2K 1.2K 45
                                    

Fuimos hasta la para del autobús y nos subimos en uno para encaminarnos hasta tu apartamento.

Todo el camino me hiciste sentir cómodo con las tonterías que salían desde tu boca.

Lo agradecí.

En cosa de veinte minutos llegamos a destino.

Me hiciste pasar a tu habitación.

Y como buen chico de diecisiete años con nula experiencia en todo, no tuve idea como actuar.

Aún río al recordar como me quedé apoyado sobre el marco de la puerta sin saber que hacer.

Como si hubieras leído mi mente, dijiste que me lanzara en tu cama.

Que me sintiera comodo.

Te hice caso.

Y tu te sentaste a mis pies para comenzar la charla.

Jamás había fluido en una conversación tan bien como lo logré contigo, Sebastián.

SebastiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora