Al llegar el sábado vaya que me sentía nervioso.
Peor fue la sensación al subirme al bus.
Preguntas como: ¿Y que pasa si no le gusto? invadían mi cabeza y me acompañaron durante la hora y treinta minutos de viaje.
Cuando puse el primer pie fuera del bus, sentí mi estómago retorcer.
Intenté ignorarlo y caminé directamente a comprar un pasaje para volver a mi ciudad por la noche.
Mientras esperaba que la chica me entregara mi pasaje, te envié un mensaje preguntándote donde estabas, ¿recuerdas?
"Detrás de ti" - respondiste.
Y ahí fue cuando ya se me hizo imposible ignorar los nervios que atacaban mi cuerpo.
Mi corazón paró por un segundo.
Mis manos temblaban y sudaban frío.
Pero bajo cualquier pronóstico, mi boca formó una sonrisa.
Termine fugazmente la compra del pasaje, y me giré sin pensarlo dos veces.
Fue ahí cuando mis ojos chocaron con los tuyos.
Aun puedo recordarte observándome con una sonrisa en la cara.
Jeans azules.
Chaqueta café.
Cabello corto.
Y dientes con bracket
Eras perfecto como solo tú podías serlo, Sebastián.
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Sebastián
Short StoryA veces no hay próxima vez, a veces no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.