Ambos yacíamos tirados en la cama.
Y tu manifestaste tu enojo.
Te levantaste, furioso.
No recuerdo exactamente cuales fueron tus palabras, pero aún recuerdo una frase de oro que te mandaste.
Una que se quedó muy claramente grabada.
¿Cómo fue que me dijiste, Sebastián?
"Eres un asqueroso".
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Sebastián
KurzgeschichtenA veces no hay próxima vez, a veces no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.