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Llegó el fin de semana siguiente, y y otra vez me estabas esperando con tu típica sonrisa.

Vaya que me encantabas.

Todo a tu lado brillaba.

Al igual que tú, Sebastián.

Pero no todo puede ser felicidad.

¿Recuerdas ese sábado?

¿Recuerdas como te enfadaste cuando te hice una broma sobre M?

¿Recuerdas como te levantaste de la cama y saliste disparado hacia el sillón?

¿Recuerdas como te seguí e intente hacer que no me dejaras?

Porque yo si que lo recuerdo.

Y lo recuerdo perfectamente.

Pero, ¿sabes una cosa?

Ese día me di cuenta de cosas muy importantes.

M te había jodido completamente.

Te habías enamorado de él.

Enamorado perdidamente.

Me dolió darme cuenta que jamás te haría sentir lo mismo.

Pero me dolió más saber que aún así, no te quería dejar ir.

Estaba dispuesto a estar a tu lado, aunque jamás me llegaras a querer como yo te quería a ti.

Estaba enamorado de ti, precioso.

Y ni siquiera entendía en que momento había pasado.

SebastiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora