Habían pasado algunas semanas desde que no te veía.
Y te extrañaba.
Te había visto solo una vez, pero necesitaba de ti.
Lo único que me reconfortaba era que ese día era sábado y por fin te iría a ver.
Pero había una gran diferencia.
No era cualquier sábado.
Era el primer sábado en el que me quedaría contigo.
Me costó mucho tomar la decisión de hacerlo.
Madre jamás sería capaz de aceptar que me fuera a otra ciudad da dormir con un chico que a penas conocía.
Por lo que mentí.
Mentí descaradamente.
Y eso me tenía los nervios de punta.
Cosa que olvidé por completo al ver tu hermosa sonrisa esperándome en la estación de buses.
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Sebastián
Historia CortaA veces no hay próxima vez, a veces no hay segundas oportunidades, a veces es ahora o nunca.