Capitulo IX La Mentira y Mi Decisión

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Después de ese día, me sentía completamente renovada, como si me hubiese cambiado algo, pero no pasó mucho cuando lo olvidé por completo y no le presté atención.

El 28 de septiembre, al levantarme, mis padres por tanto apuro se les olvidó mi cumpleaños, yo me sentía mal por eso así que me comporté lo más mal que pude en casa, solo para demostrar que algo me molestaba, llegue a la escuela y nadie recordó nada, solo la psicóloga que me pasó por un lado y solo dijo

-Feliz Cumpleaños- mientras seguía caminado a su oficina

Quería llegar a mi casa, encerrarme en mi habitación y no salir de allí, pero cuando llegué mi madre me estaba esperando y me deseo un feliz cumpleaños, se sentó conmigo en su habitación y yo pensé rápido en el momento que dijo

-¿Cómo te fue? Cuéntame ¿Qué hiciste hoy?-

-Si le cuento una historia de lo que realmente quería para este cumpleaños como si en verdad ocurrió de seguro se sentirá muy mal por haberme regañado antes de salir y olvidar mi cumpleaños- pensé en un momento

Y de pronto yo ya me encontraba contándole una historia, como si en la escuela me hubiesen hecho una fiesta sorpresa y hubiese recibido muchos regalos. Cuando terminé ella parecía haberse creído todo, me levante y me fui a dormir, realmente no quería que nadie me molestase. De pronto un azote de la correa de cuero en mis piernas me despierta, ya eran las 6:00pm y mi madre me veía con furia

-Levántate- me dijo en un tono seco y cortante, yo obedecí su orden, sentía como las piernas me ardían del azote

-¿Por qué me mentiste? ¿Acaso no sabes cuándo decir la verdad? Dime ¿Cuándo inventaste esa historia? ¿Fue cuando venias en el transporte? O ¿antes de que llegara a buscarte? Responde- me dijo ella completamente enojada

-Yo...- fue lo que alcancé a decir con furia en mis ojos y tono de voz

-No me respondas. Malcriada- me gritó

Ella me volvió azotar y comencé a llorar de dolor, esta vez no eran por los azotes si no de la rabia, estaba completamente enojada, tanto que mi lloro era cerrado, me mordía los labios y la miraba con reproche

-No me gusta pegarte, pero siempre te comportas mal y mientes todo el tiempo ¿Por qué? Quiero que me digas la razón ¿acaso me odias?- volvió a decir ella pero esta vez la rabia era tanta que empezó a soltar dos lágrimas de sus ojos y yo no respondí por lo que me dio otro azote, se colocó las manos en la cabeza y se dio la vuelta para salir

-Estás castigada por tres semanas- fue lo ella me dijo y se fue

Yo no la odiaba, realmente la amaba y mucho al igual que ella a mí, lo entendí cuando empezó a soltar las lágrimas, pero tenía razón todas la veces que me regañaba, yo era la mayor y debía ser fuerte, comportarme como Dios lo decía, el cariño y la comprensión era para los menores, por eso a César no lo azotaban como a mí, yo debía tomar el control y si iba a mentir era para proteger a mi hermano o para hacerme responsables de las cosas que no había hecho.

02 de Abril de 2006 los pastores programaron un cine callejero para ese día, ellos prepararon todo el video beam, el telón blanco, la película, el audio, sonido, las sillas, un pequeño puesto de comida chatarra. Yo estaba muy emocionada, pero antes de irme había discutido con mi padre, no recuerdo por qué pero sé que era insignificante, nada impediría que viera y disfrutara esta película. Cuando llegamos, había suficientes personas, yo me senté por mi lado casi en frente de la gran pantalla y mi familia se sentó cerca. Cuando inició la película, me sorprendió el nombre de la misma "La Pasión de Cristo", empecé a verla y a medida que iba pasando, cada golpe que recibía Jesús en la película, yo solo veía cada cosa que había hecho mal en mi vida, comencé a llorar en silencio mientras seguía viendo, yo podía sentir como mi corazón latía fuerte y rápido, algo me quemaba por dentro y los pensamientos y recuerdos se me acumulaban en la cabeza. Después de terminar, yo sentía como mi cuerpo no reaccionaba, sino que seguía en el mismo estado, me habían hablado del amor de Jesús, me explicaron su historia y enseñanza, me sabía casi todas las parábolas, pero nunca había sentido el amor de verdad.

Historia de una GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora