Capitulo XVI Unas Experiencias Significativas de Terror (Parte 1)

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La maestra Liseth venía con unos mapas y dibujos del municipio con su gran sonrisa como siempre, pero al vernos, fuera del salón y escuchar a mis compañeros decir que no volviéramos con aquella maestra. La maestra Liseth soltó lo que tenía en mano y su sonrisa se borró, ella corrió hacia mí y me preguntó qué había pasado, pero no pude responder, ya que mis compañeros lo hicieron por mí. Ella pidió que le levantasen los mapas que dejó caer y que nos dejaran un momento a solas. Todos obedecieron y ella me empezó a hablar

-Maukari, perdóname, esto es mi culpa, no las debí dejarlas solas en ese salón, pero quiero que entiendas de que te necesito. Nuestro salón debe defender algo o por lo menos uno de ustedes, sé que las otras no lo harán, pero eres la más fuerte e inteligente de las tres, por eso te necesito-

-Yo no lo haré, no pisaré ese salón de nuevo. La fantasma quiere matarnos así que no volveré, sin importar cuanto me alabe yo no iré, además sé que no es verdad, solo lo dice para que vuelva- le respondí entre sollozos y molestia

-Tú eres cristiana y una de las cosas que ustedes siempre dicen es que no debemos tener miedo porque Dios está con nosotros, que no tienen un espíritu de cobardía sino de domino propio, así que vamos- me dijo ella de forma suave, dulce y reconfortándome un poco

-Aish, está bien, pero prométame que no le volveré a ver la cara al fantasma, solo deme lo que me voy a estudiar y presentar. Después ese día me dicen que es lo que voy a explicar y detrás de quien voy- le dije un poco convencida, cruzándome de brazos y haciendo pucheros, ya que no podía discutir con lo que me acababa de decir

-Por hoy no lo harás, pero pasado mañana, nos reuniremos con ella para que ensayemos y depende de cómo salgan en los ensayos, nos tardaremos, pero te prometo que no te dejaré sola-

-Gracias... Maestra ¿Cómo sabía que los cristianos decimos eso?- le dije dándole un abrazo al cual me respondió

-Mi tío es cristiano- me dijo ella con una sonrisa, ayudándome a pararme del suelo y regresando al salón

Ese día salimos temprano por lo que mi madre me fue a buscar y cuando llegó, la maestra habló con ella, contándole un poco lo ocurrido. Cuando salimos del salón, yo le conté todo con detalles

-...Por eso es una completa bruja, no, una bruja no un fantasma, ya que los fantasmas son los que mandan en las brujas, ella es un fantasma horripilante, no quiero verla de nuevo y voy a tener que hacerlo yo...- le venía diciendo a mi madre, mientras caminábamos, bajábamos las escaleras, mi madre venía sorprendida de la manera en que yo me expresaba de aquella maestra, pero no pude terminar de hablar cuando la susodicha venía subiendo las escaleras, yo me paralicé y me asusté aún más cuando aquella mujer me sonrió de manera malévola

-Ay ¿usted es la mamá?- dijo aquella maestra

-Sí, yo soy su mamá- dijo mi madre molesta y fulminándola con la mirada a tal grado que bajó la cabeza de golpe y siguió caminando. Mi madre era mi heroína, no la cambiaría por nada, podría pegarme o castigarme muy seguido con o sin razón, pero a la hora de defenderme siempre sería la mejor

-Mami, no te dejaré sola ¿entendiste? Voy a resolver esto lo más pronto posible- me dijo mi madre colocándose en cuclillas, tomándome por los hombros y luego abrazándome para que yo me sintiera más segura y así fue, sus palabras y abrazo me relajaron

Llegamos a casa con mi hermano y le conté a mi padre, él se molestó con la mujer, pero luego conmigo por haber aceptado seguir, así que tuve que pensar lo que diría y hablar para defenderme

-Tengo que enfrentarla, porque si no lo hago, entonces haré lo que ella quiere y Dios nos dice que debemos confiar en él, así que tranquilo, estaré bien. Además mi mamá y la maestra no me dejaran sola con la fantasma ¿verdad?- le dije a mi padre para luego referirme a mi madre

Historia de una GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora