Capitulo XXI Segundo Año

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Esperé a tener clases con ella nuevamente y al hacerlo, le conté todo lo que había visto y presentido en ella. Su expresión fue de susto y aquellos ojos negros oscuros me miraban aterrados.

-¿Ha visto alguno de sus hijos actuando extraño últimamente?- le pregunté, conociendo la situación de su hijo del medio, solo quería asegurarme de que ella lo sabía

-No... Bueno solo José. Él ha estado saliendo de casa casi todas las noches y no me dirige la palabra- me dijo dudosa

-Le pregunté porque puede que alguno esté haciendo algo que no debería y eso le está influenciando en su familia, incluyéndola a usted- le dije, dejándola más asustada y sin palabras

-Bueno, yo me voy profesora porque mi mamá me está esperando. Dios le bendiga y que pase una buenas noches porque ya son las 6:00pm- le dije con una sonrisa y besando su frente para luego irme

Me sentía victoriosa, como si hubiese cumplido una misión en ese año, la más grande quizás pero lo cierto es que sentía que ahora nada se podía entrometer en mi camino.

Ese año les pedí permiso a mis padres para irme primero a Caracas a casa de mi abuelo apenas saliera, mi padre aceptó ya que sería él quien me llevaría. El último día de clases yo ya tenía mi maleta preparada y apenas salí, me fui a casa para arreglarme, ya que en la noche me iría en el autobús para viajar nueve horas a Caracas.

Cuando llegué, Joice aún estaba en clase, ella aun estudiaba en la primaria a pesar de ser mayor que yo por seis meses. Iba con ella hasta la escuela, ya que en casa me aburriría y como era su último año para pasar a la secundaria la acompañé. Lo que no me esperaba es que fuera una especie de diva y su grupo, todas era falsas, estaban con ellas por simplemente el hecho de que ella tenía novio, algo que me sorprendió, pues no había llegado a la secundaria y ya tenía una molestia al lado, pero al parecer, ese era el requisito que le pedían para estar en el grupo.

-"Joice sí que es tonta y eso que es mi tía, se supone que sea ella la que me aconseje no yo a ella. Estar con alguien que ni siquiera amas de verdad sino que solo te gusta nunca es buena idea y más sabiendo que es el más mujeriego de la clase. ¿En qué manicomio me metí? Estos se creen adultos y ni siquiera saben cómo bañarse"- pensé mientras ella me hablaba, presentándome a todas sus amigas y a su novio, sin notar que cuando sus supuestas amigas me preguntaron que si tenía novio, me fulminaron con la mirada y su sonrisa se les borró de la cara.

-"Lo siento pero no voy a mentir y menos para caerles bien a un montón de tontas"- pensé después de responderles y bajé las escaleras. Prefería ayudar a mi tía Mireya que trabajaba en la cocina de la escuela a quedarme cinco minutos más con ese grupo

Como se esperaba, en la graduación ninguna de las amigas de Joice de acercó a cualquiera de ellas mismas, solo hubo una se llamaba Angélica. La verdad es que tampoco me caía bien, pero si fue la única en acercarse a felicitar a Joice, entonces por mi está bien, yo ya había hablado con mi querida tía menor y la aconsejé para que dejara de pensar con los pies y usara la cabeza, todo lo demás dependía de ella. Sin embargo la relación de ambas no cambio en nada, ella seguía siendo la misma conmigo al igual que yo con ella.

Compartíamos y jugábamos como siempre, primero a las princesas y modelos, a mí no me gustaba ese juego, era muy aburrido, pero tenía que jugarlo para que después jugáramos a las vaqueras que era mi juego, no era tan brusco para ella y a las dos nos justaba. Le conté sobre aquella vez que estaba en el patio disfrutando del aire libre en frente de algunos árboles que mi padre había sembrado y colocado una pequeña cerca de alambre de púas, pero de pronto mi hermano me empujó y caí encima de la cerca, haciéndome una enorme cicatriz, fui a contarles a mis padres, pero César le dijo que yo lo había golpeado y por eso me empujó, provocando que me azotasen con la correa y me castigaran. También le hablé sobre Elí y como ella tenía un pensamiento diferente al mío dijo que yo le gustaba a él, algo que negué, él era mi mejor amigo y nunca podría ocurrir algo entre nosotros. Esa fue la única conversación extraña para mí que tuvimos, era la primera vez que hablábamos sobre algo como eso

Historia de una GuerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora