Roonie sube sin pensárselo demasiado. Artemis cierra la puerta y luego sube en el espacio del conductor. Es muy bonita, ahora desde cerca puede ver el puente de su nariz, los labios carnosos todavía pintados y sus brillantes ojos verdes, parece modelo, pensó Roonie, pero no se atrevió a pronunciar palabra hasta que ella lo hiciera.
-¿Vives en las mansiones del oriente?-la profesora pone en marcha el coche, saliendo del estacionamiento.
-Sí- Roonie desvía la mirada, esta mujer de largas piernas y hermosa sonrisa es tu profesora, al igual que la de francés... no, no hay que recordar el pasado. Aún duele el pasado.
-Dime Roonie ¿cómo aprendiste a pintar tan bien? Digo, las demás no lo hacen mal, pero tu trabajo parecía la de un verdadero artista- Roonie se encoje, está acostumbrada a los halagos y demás porquerías, pero viniendo de Artemis de algún modo significaba más para ella.
-Desde niña siempre me ha gustado, mi padre me llevaba a grandes exposiciones de diferentes artistas y allí comencé a sentir amor por el arte-se atreve a mirar a la profesora- gracias por el cumplido.
Artemis sonríe, dentro de si está echa un manojo de nervios ¿por qué esta rubia adinerada le llamaba tanto la atención?
-oh bueno, la mayoría comienza así, pero al menos a mi no me llego el amor hasta cuando ya estaba bastante grande- ladea una sonrisa- tu pintura ahora está en mi despacho.
Roonie le sonríe esta vez sin intentar provocarla, su profesora guardo su pintura, en su despacho ¿es simple amabilidad o hay algo más? Por el momento no importaba, no quería volver a cometer el error de antes. Sin querer se pone tensa y la conversación declina hasta que ya van llegando a la zona de mansiones.
-¿cuál es la tuya?- Artemis pregunta rígida, una idea le comenzaba a surgir en su cabeza ¿y si besaba a la rubia? ¿por qué no?
-La del final- Roonie miraba por la ventana, aparentemente distraída. No, no podía hacerlo ¿por qué esas ideas tan estúpidas venían a su mente?
Continuaba avanzando por entre grandes mansiones, la profesora absorta en el viaje nunca había pasado por aquel lugar, solo en sus sueños podía haber gente con tanto dinero y además que lo desperdiciaba así.Llegaron al final y una de las más lujosas y grandes, completamente de blanco y con un enorme jardín ladeaba la curva.
-Es aquí- Roonie suspira- muchas gracias profesora Artemis. La rubia desabrocha su cinturón y gira su cuerpo hacia la profesora. No había notado los grandes ojos grises que tenía, nuevamente la admiración le llenaba el pecho.
-No es nada, Roonie- le gustaba decir su nombre. ¿y si lo hacía? ¿qué iba a perder? Estaba perdiendo el tiempo, sabía que la rubia pronto se iba a bajar.
Alargó su rostro hacia el de Roonie, la rubia abrió sus preciosos ojos al momento en que la profesora juntaba su boca con la suya. Roonie no se lo esperaba, aún con los ojos abiertos separó a Artemis de sus labios, solo salió de el coche corriendo entre la calle, dejando a su profesora con el alma en los pies.
Corrió hasta llegar frente la enorme puerta, jadeando tocó el timbre y la mucama asustada abrió. Roonie la saludo con la poca voz que tenía y subió rápido la escalera hasta su cuarto. Cuando cerró la puerta tras de sí y echó el cerrojo pudo tranquilizarse. ¿por qué volvía a suceder esto? ¿no bastó con su profesora de francés? Roonie se recostó en la enorme cama rosa, puso el almohadón sobre su cabeza e intentó no pensar. Pero su mente la traicionó y recordó la suavidad de los labios de Artemis, como sus ojos se cerraron y presionó contra ella dulcemente. Es como si fuese un deja vú, solo que esta vez era en el coche de su profesora y no el salón de clases. Roonie se sentía atraída por la profesora, también en algún momento quiso besarla, pero la experiencia anterior le impedía continuar el beso.
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Roonie(Temática Lésbica)
Historia Corta¿Quién pensaría que la chica tímida de la escuela, la admirada y delicada flor que nunca se trae problemas con nadie es... lesbiana? #40 en historia corta el 14/08/2018 #1 en lesbiana el 20/07/2020