Diferencias insignificantemente importantes

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-¿Cepillaste tu cabello?

-Si mamá.

-¿Guardaste tu almuerzo en la lonchera?

- Si mamá.

- Entonces caminando.

Mamá y yo caminamos hasta la parada como todos los días.  Era una rutina diaria y necesaria, por supuesto. Como siempre, la destartalada máquina esperaba por los alumnos.

Cuando subí al autobús me sorprendió al ver a Alice sentada en su asiento.

-¡Alice! - la saludé mientras caminaba al fondo del autobús. Alice me miró seria .

- ¡Hasta al fondo negra!- dijo uno de sus molestos amigos. Lo ignoré por completo siguiendo mi camino.

Mientras caminaba noté la presencia de alguien más en el autobús: Max.
El también notó que me encontraba ahí , porque me dedicó una mirada cómplice y un asentimiento de cabeza.

Como siempre me senté al lado de Emma, mi mejor amiga.

- ¿Qué cuentas Em?

- Hola May.

-¿Lista para otra gloriosa semana?

- Ja ja muy graciosa, nótese el sarcasmo, tenemos examen de matemáticas el viernes.

- ¿Y? Es lunes. - Afirmé restándole importancia.

- Si pero mamá me presionará toda la semana para que estudie. No puedo dejar la escuela May, no ahora.

- No lo harás Em. Tú eres muy lista.

- No lo suficiente. - Emma era muy bonita. Era delgada y alta , su cabello era lacio y castaño que llegaba hasta la cintura. Igual que yo, su tono de piel era muy oscuro. Siempre decía que era una persona porco inteligente, cuando en realidad, era de las mejores de la clase.

Después de que los chicos de instituto de Alice bajaran, llegamos a nuestro instituto.

El día pasó muy aburrido, a decir verdad. Lo único divertido de la escuela era jugar futbol soccer durante el recreo. Mi mejor amigo , Ronald, es un experto en ese deporte y me enseñaba a jugar.

La escuela terminó y me dirigí al autobús junto con Emma. Algo muy raro en el autobús era que los chicos de la escuela de Alice siempre bajaban primero en la parada.

-¿Cómo te ha ido hoy Alice?

- Muy bien May, gracias. Siento lo de la mañana, muchos compañeros pueden ser muy malos.

-No te preocupes. ¿Algo nuevo hoy?

- Oh a decir verdad creo que n... ¡Si! Pero ¿me prometes no contarle a nadie?

- Lo prometo.

- Llegó un nuevo compañero a la escuela el día de hoy. Es muy guapo pero la mayoría de los niños lo molestan.

- ¡Oh por Dios!

- Y ¿cómo se llama?

- Se llama...

-¡Alice ! - gritó mamá desde casa interrumpiendo a Alice la cual corrió a abrazar a mamá.

-¿Cómo te ha ido mi niña? ¿Qué tal tu pijamada?

- Muy bien mami. La mamá de Gina es muy amable.

- Me alegro. Y ¿qué tal tu día May?

- Bien mamá gracias.

- La comida ya está lista , quítense los zapatos y pasen.

Alice nos contó lo divertido que la pasó en su pijamada mientras mamá y yo escuchábamos con atención.

Después de comer Alice se fue a dormir y yo hice mis deberes. Todo el día intenté en no pensar en Max. Nunca había tenido un amigo cerca de casa , y era nuevo para mí.
El día siempre se me hacía aburrido. No hacía más que esperar la noche y ver a María limpiar.

- Mamá, hoy un niño me dijo negra.

- Ya te  dije que hacer querida, ignóralos.

- Si lo hago pero ¿por qué soy de este color si tú y papá son pálidos?

- Que preguntas más tontas haces May. No digas cosas así. Eres hermosa y ya te lo he dicho .

-Pero yo solo quiero saber ...

- La curiosidad mató al gato.

- Pero yo no soy un gato.

- Aquí  termina esta conversación May. Estoy muy ocupada , tu padre no tarda en llegar a casa y no tengo tiempo para preguntas tontas como estas. Ya está oscureciendo y sabes lo que significa.

-¡Puedo salir! -dije emocionada.

-Puedes salir. Por cierto ¿has visto donde dejo los frascos de la mermelada? No los encuentro por ningún lado.

-Amm...no.

- Oh vaya soy tan descuidada. Bueno tu ya sal y diviértete.

Salí corriendo de la casa hacia el árbol de hojas de Rojas . Lo descubrí un día en el que jugaba a explorar. Me impresionó como el imponente árbol se erguía entre todos los demás. Debía de tener años pues su tronco era muy grueso y según María, mientras más grueso es el tronco, más viejo es el árbol.

Esperé alrededor de 20 minutos.
-

¿Hoy no hay luciérnaga ? - me preguntó una voz que me hizo volverme asustada.

- ¡Por Dios! ¡Me has asustado! 

- Lo sé , soy como un soldado sigiloso.

- No sabía que ibas en mi autobús Max.

- Hay muchas cosas que no sabes de mi May. Pero hay una cosa que yo me pregunto de ti ...

- ¿Qué?

-¿Por qué tú no eres pálida?

- Oh eso no me lo preguntes a mi Max, porque ni yo lo sé . ¿Por qué me preguntas eso?

- No lo sé, simplemente me da curiosidad el saber por qué los niños de hoy los molestan tanto.

-¿A quiénes ?

- ¿Pues a quién va a ser? A la gente de color May.

-¿En serio?

-¿No lo notaste? Nos separan en el autobús por el color de piel, nos separan en las escuelas, toda la servidumbre está formada por gente color, no nos permiten intercambiar libros entre razas y ¿no has notado el trato distinto?

- Nunca lo había pensado así.- Jamás me había detenido a pensar en aspectos como esos. ¿Toda mi vida viví de esa manera? ¿Por qué mamá y papá me lo ocultaban ? Miré a Max fijamente y noté un moretón debajo de su ojo.

- ¿Qué te pasó Max? - dije señalando su ojo.

- Oh , esto , si Amm... Así jugamos los niños, ya sabes, cosas de hombres.

- ¿Te fue mal hoy en la escuela?

-Ser el nuevo nunca es fácil. Pero no sientas lástima por mi May, odio la lástima.

- Eres muy orgulloso Max.

-Olvídalo.Dime ¿qué materias llevan en tu escuela?

- Las mismas que en la tuya, de hecho el viernes hay una prueba de matemáticas. Creo que reprobaré.

- Si, tienes cara de burra.

-¿Disculpa?

- Te diré algo. Si sacas más de una C , te llevaré a un lugar repleto de luciérnagas.

- Trato hecho. Tengo que volver.

-Hasta el viernes May.

-Hasta luego, Max.

Debajo de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora