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El sonido de un pájaro me despertó. El suelo duro me indicó que no estaba en mi cama. Aunque mi cuerpo estaba apoyado en el piso, mi cabeza estaba sobre algo más blando. Cuando miré, me di cuentas que estaba sobre el hombro de Max.

-¡Max! - grité- ¡Max! Nos hemos quedado dormidos.

-¡¿Qué?!

- ¡Corre flojo, levántate ! ¡Tengo que ir a casa! - ayudé a Max a levantarse y me fui corriendo a casa. Abrí la puerta silenciosamente y me dirigí a mi habitación con los pies descalzos.

Al parecer no se habían levantado. Gracias a Dios era sábado. La madera crujía debajo de mis pies. Cuando llegué a mi habitación me tiré en la cama.

-¿Dónde estabas May?

- ¡Aaaaaa!

-Soy yo, tranquila - me dijo Alice levantándose.

- Yo estaba en ... Eso no importa.

-¡Claro que importa! , tuve que cubrirte toda la noche.

- Lo siento, me quedé dormida en el bosque. - Alice se levantó de su cama y le envió una mirada de "está bien" uno de sus camisones colgados en la cabecera de su cama cayó y yo se la pasé. Dudó en tomarla unos momentos.

-Gracias- dijo para después tirarlo en la ropa sucia.

-Pero ¿qué haces? Ese camisón está limpio.

- Yo Amm... Claro que no , lo llevo usando toda la semana, además ¿qué interés tienes en mis camisones? Primero me haces cubrirte toda la noche y después esto, uno ya no puede hacer nada. Mira estas bolsas debajo de mis ojos ¿crees que le gustaran a John cuando vayamos a la heladería ? Obviamente no. Así que gracias May.

- Un minuto ¿John? ¿Te invitó a salir?

- Llamó a la casa ayer por la noche.

-¡No puedo creerlo !-dije emocionada , me acerqué para abrazar a Alice pero repentinamente se apartó.

-¿Qué , qué sucede Alice?

- Solo, creo que debemos... conservar nuestro espacio personal ¿sabes? . Me voy a cambiar- Alice se comportaba muy raro últimamente, era más distante y alejada.

Después de darme una ducha , me dirigí a la cocina donde mamá cocinaba el desayuno mientras Alice esperaba sentada en la mesa.

- Mamá ¿me llevarás a la heladería hoy por la tarde? Quede con John a las 4.

- Si querida, por enésima vez , siete llevaré .

-Bien.

Fue un día muy común, mamá llevó a Alice a la heladería prometiéndome traerme un poco de helado para cenar. Las tardes eran las más aburridas desde mi opinión, siempre me he creído una criatura de la noche.

Alice le tiene mucho miedo a la oscuridad pero no entiendo el por qué de su trauma. Cuando la luz se va, la diversión comienza, porque todo lo bueno del mudo está escondido, dentro de donde las personas con falta de perspectiva no se atreven a mirar.

Las personas creen en el rumor de que la maldad siempre significa oscuridad, desesperación. Pero un ladrón, un asesino o secuestrador actúa de día y noche, aunque se escuche raro son personas con perspectiva , ¿a qué me refiero? no le temen a la oscuridad , tampoco se aprovechan de ella, se aprovechan del miedo que le inflige a la gente, del temor a lo desconocido.

Yo les puedo asegurar, que hasta ahora , he encontrado todo y nada dentro de lo oscuro, sin embargo, temerle no es un error, porque si el temor no existiera ¿dónde estaría lo divertido?

*
-¡Alice! ¿Qué tal te ha ido ? - le pregunté entusiasta parándome de la mesa.

-De maravilla.

-Me alegro tanto Alice, ¿me acompañas a jugar hoy? Quiero presentarte a alguien que creo que te caerá bien, se llama Max. - le dije. Alice sonrió.

-Aunque tiene un nombre muy bonito, no me apetece jugar ahora con tus amigos imaginarios.

-Pero Max no es imaginario Alice, es real. Ven te lo mostraré-dije tomándola del brazo, el cuál retiró rápidamente. La mira desconcertada, ¿qué sucedía con Alice?

-Alice ¿qué sucede?

-Por favor...no me toques.

-¿Qué?

-Qué no quiero que me toques May ¿entendido?

-Pero...¿por qué?

-Yo...no...

-¡Dilo malditasea!

-¡No quiero enfermarme May! No quiero que me pases cualquier tipo de enfermedad que gente como tú pueda tener.

-¿Gente cómo yo?

-Gente...Negra.

Silencio.

No podía ser.

-¿Por qué me dices todo esto Alice?-dije con lágrimas en los ojos. -¿por qué ya no me quieres?

- Escucha May, todo parece muy lógico. En la escuela nos hablaron de esto. Por algo no separan en los autobuses, en el cine. Mamá y papá no te dejan salir durante el día para que la gente no vea que tengo una hermana así. ¿Por qué crees que nunca has ido al cine con nosotros May?

No...

-Eso no es cierto Alice...- dije chillando de la impotencia. ¿Por qué tenía que ser tan mala? Salí corriendo de la casa a toda velocidad hacia el bosque. Me escondí entre lo más profundo y trepé sobre un árbol, escondiéndome en el profundo follaje.

Las lágrimas mojaban mis oscuras mejillas. Guardé silencio al escuchar pasos acercándose debajo de mi.

-¿May? ¿Estás aquí? - escuché la voz de Max. Guardé silencio, no quería estar con nadie en estos momentos.

-Puedo escuchar tus sollozos May, dime dónde estás.

- Estoy aquí Max- dije casi en un susurro. Poco después pude oír a Max trepar al árbol y colocarse al lado mío.

-¿Hoy no hay luciérnagas? - preguntó dulcemente. Negué con la cabeza.

- ¿Qué sucede May? - dijo. No respondí. -Puedes contármelo. - dijo mientras frotaba mi cabello.

Suspiré pesadamente antes de hablar.
- Max...tú...¿me tienes asco?

-¿Qué?

- El día en que le soplaste a esa extraña hierba , tú dijiste que en la escuela les contaron que la gente como yo tenía enfermedades. No entendí tu punto hasta hoy...- una lágrima corrió por mi mejilla- Alice ya no me quiere Max, ya no.

-Claro que te quiere May, por supuesto que sí. Solo está confundida. Además , no la necesitas May.

- Claro que si, es mi hermana.

-Escucha May, eres una persona ...especial. Tengo un don May, reconocer a las personas especiales, y tú eres una de ellas. No te avergüences de quién eres ,jamás. Y limpia esas lágrimas- dijo pasando sus dedos por mis mejillas limpiándolas .- Eres muy linda como para mojar tu rostro- sonreí .

-Gracias Max. Por cierto  ¿cuando me llevarás a ver las luciérnagas?

-Todo a su tiempo May, todo a su tiempo.

Debajo de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora