Debajo de tu piel

Impulsos

Narra May.
-¡Caspian! ¡Suéltame de una vez imbécil! - le grité enojada.
-¡Casi la matas idiota!
-¡Solo era hierba !
-¡Hierba venenosa! - me gritó. La vena de su frente estaba fuera de lugar , lo que significaba que estaba muy enojado.
-No puedes matar a nadie May, por lo menos no hoy. Necesitamos que pases por la ceremonia, y no puedes hacerlo si tienes sangre en tus manos.
-¡Oh cierra la boca! - dije mientras me daba la vuelta en dirección a casa. Sentí como Caspian se aproximaba a correr junto a mí.
-Trata de controlarte , no puedes actuar impulsivamente. Si Mar te dejó salir, fue porque te necesitaba calmada para hoy. Pero lo que tú haces es tratar de matar a tu hermana.
-Cállate necesito caminar. - le dije mientras me dirigía al bosque.
-Nos veremos por la noche. - me gritó. Ignoré sus llamados, la furia me recorría de los pies a la cabeza. Me cubrí con la capucha de capa.
Decidí caminar por la parte del bosque a la que solía ir de pequeña. Las hojas crujían bajo mis pies mientras caminaba.
-¡Hey! ¡Qué haces aquí! - me gritó una voz masculina. Volteé mi mirada y me encontré con una cara que yo conocía a la perfección, que me había preguntado qué sería de ella durante años.
-¿Quién eres? - me preguntó dudoso el muchacho.
Tomé con ambas manos la capucha y la retiré con lentitud.
-¿Max?
-¿Cómo sabes mi nombre?
-¿No me recuerdas ? Jugábamos de niños.
-Lo siento. No recuerdo haber sido amiga de ninguna...- interrumpió su propia frase.
-Si, dejamos de vernos en cierto momento . Has cambiado mucho...
-Oh vaya. Bueno ¿me dirías tú nombre?
-May- digo con suavidad más calmada.
-May- dice para sí mismo.
-Lo siento pero mi mente está en blanco, por completo. Perdona pero ¿por qué vienes vestida de esa manera?
-Los vientos fríos me enferman con facilidad- digo la respuesta que tanto he ensayado.
-Es primavera.
-Si lo sé.- dije mirándolo fijamente. Es mucho más apuesto que antes.
-Dime ¿Qué haces tú por aquí?
-Corto leña para mi tío- mentía , lo veía en sus ojos.
Un viento frío me recorrió de pies a cabeza. Algo pasaba, el viento me lo susurraba.
Miré a Max con atención buscando alguna marca extraña o señal que me indicara que algo no iba bien , su comportamiento no era del todo extraño y al parecer estaba igual de confundido que yo.
-Gusto en verte Max. - le dije mientras me alejaba.
-Igual.
Caminé con paso rápido hacia casa , llegaría tarde y debía empezar a prepararme. El sol se estaba ocultando.
Era hora.
Caminé a paso rápido y entré a la puerta oculta dentro de la colina.
Después de descubrir el potencial de mis poderes, me encargué de utilizarlos al máximo para velar por mi protección y la de María.
Cerré con sumo cuidado la puerta y colgué mi capa.
-Por fin llegas- la voz de María me sobresaltó haciéndome dar un salto hacia atrás.
-Lo siento.
-Te dije que no llegaras tarde. Ve a alistarte. - me dijo seriamente.
Caminé a mi cuarto y cambié mi ropa a un vestido blanco y liso que cubría todas mis piernas. Lo cubría encaje blanco y había una cola hecha del mismo material.
Tomé la Corona de flores blancas que me había encargado de hacer con anticipación.
Me miré en el espejo y parecía una novia, me pareció de lo más gracioso.
-¿Estás lista?- me dijo María entregándome una capa que a diferencia de la otra esta era de un color blanco puro.
Me la puse con delicadeza sobre el vestido.
-Vamos.
-Luces preciosa. - Me dijo María con lágrimas en los ojos.
-Todas las iniciadas estarán igual. -le dije indiferente.
Salimos de casa y caminamos por el espeso bosque. El sol estaba por meterse y solo quedaba una luz anaranjada que nos iluminaba el camino.
Pasamos por detrás de la granja del viejo Mc Grumpy , recorrimos aún más metros caminando. Tuve que levantar el vestido para no ensuciarlo.
Por fin llegamos a un verde Valle.
El viejo roble se erguía en el centro del mismo, tomando protagonismo.
Una fogata ardía en frente del mismo y un grupo de personas la rodeaba.
Adelante unas chicas vestidas igual a mí esperaban a que comenzara la ceremonia.
Atrás esperaban sus madrinas o institutrices.
Caminamos hasta ellas y tomé mi lugar en el círculo. A la espera del inicio de la ceremonia.
Por fin el círculo se completó y la anciana bruja pasó al centro de la fogata.
-Hermanas...
Narra Alice
Después de conducir durante un tiempo por fin llegué al bosque.
Sabía dónde quedaba el viejo roble pues era casi una atracción turística anteriormente.
Papá me llevaba una o dos veces al mes para hacer un picnic.
Los grillos comenzaban a cantar y el silencio era desesperante de camino al roble. Cuando estuve más cerca por fin pude verlo, sin embrago había un pequeño grupo de personas ahí. Las conté y resultaron 24 personas, venían vestidos de una manera muy extraña.
Una de ellas pasó al venir del círculo.
Me acerqué más para escuchar.
-Hermanas...Estamos aquí reunidas ante la memoria más grande y antigua que tenemos. Recordamos la muerte de aquellas que hemos perdido en el transcurso del tiempo y damos la bienvenida a las iniciadas a nuestro círculo.
Con la muerte de la última bruja de las 12 pasadas, debemos crear una nueva generación que se encargue de proteger al círculo. - La anciana se colocó junto a la fogata.
-Agua.- pronunció y dos chicas pasaron al frente. Tenían una capa color Aqua.
-Viento.- Otras dos chicas. Sus capas eran amarillo claro.
-Fuego .- Otras dos. Sus capas
-Tierra .-Dos más.
-Luz.
-Sombra. - Cada vez que pronunciaba una palabra dos chicas daban un paso al frente.
Un ruido de una rama partiéndose al lado mío me desconcertó. Un chico de cabello castaño y tez pálida se encontraba al lado mío.
-¿Quién eres?- le dije en un susurro.
-La pregunta aquí es ¿quién ere tú y qué haces aquí? - el chico era bastante apuesto, aún más que John.
-No es asunto tuyo.- le dije gritando/ susurrando.
-Ni tuyo tampoco. - me respondió de igual manera. Lo mire mejor y noté que traía un hacha detrás suyo.
-¿Eres leñador ? - le dije curiosa. Pareció algo desconcertado , después pareció que las piezas hicieron clic en su cabeza.
-Si, y esta parte del bosque es muy peligrosa, deberías irte ya. Hay monstruos.- me dijo haciendo un gesto extraño con sus manos.
-No les tengo miedo. Ahora vete , interrumpes mis asuntos.
-¿Qué hacen ustedes dos aquí? - dijo una voz a nuestras espaldas.

Rayos.