Serás una bruja

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Callos.

Miles de ellos en mis manos. Tres semanas trabajando en el campo habían ocasionado daños .

-Apresúrate - me dijo una chica al lado mío mientras recogía el trigo. Suspiré de manera pesada.

La noche ya había caído, y estaba agotada. Pero una semana más, una más .
Me habían golpeado dos veces, ambas en la primera semana. Todas fueron porque "no hacía bien las cosas".

Que se jodan.

*

-Bien, cuando nos pidan que nos reunamos en los camiones iremos a la parte trasera donde se encuentran los árboles grandes con enredaderas. Ahí hay que correr. Hay que internarnos lo más posible hasta que amanezca. Después caminaremos ¿entendido?-los otros chicos y yo asentimos.

Primero escaparíamos 7, después los demás lo harían, claro solo si el plan funcionaba.

El día había llegado, después de lo que me pareció una eternidad.
Nos encontrábamos dentro del camión que nos transportaba.
Cuando bajamos traté de actuar lo más normal posible en cuanto a la escapada, no quería llamar la atención. Mis manos temblaban , no podía negar que estaba nerviosa.

Llegó la noche, y lo más difícil fue escabullirme con los otros niños pues tuvimos que evadir a los vigilantes.
Nos arrastramos hasta los árboles del fondo. Las enredaderas colgaban dando un bello aspecto al lugar.

-Ahora ¡corran!

Corrimos entre los árboles , pero fue cuando me di cuenta de que fue lo más estúpido que se nos pudo ocurrir.
Las hojas secas hacían demasiado ruido junto a nuestros pies, y los gritos de los guardias no tardaron en oírse.

-¡Chicos! ¡Ya vienen! - gritó un muchacho de los que venía al último. En un ataque de pánico, todos se dispersaron corriendo. El disparo de un rifle se escuchó a la lejanía, provocando que muchas niñas gritaran.

Corrí siguiendo a un chico hacia el lugar donde había más luz del bosque, tratando de escondernos entre las enredaderas. Sin embargo los sentía cada vez más cerca, más y más.

-¡¿Qué hacemos?! - le pregunte en susurros. Solo negó con la cabeza.
Todo había terminado. El miedo me consumía , hacía que todo mi cuerpo temblara. La desesperación me asfixiaba y dificultaba mi respiración. Cerré mis ojos , en un intento de deformar la realidad, de volver a aquel lugar tranquilo que alguna vez fue mi hogar.

Sin embargo algo extraño pasó.
Volé. No. Me levantaron.
Alto y más alto, alguien me subía con un agarre fuerte. No alguien, algo. No eran manos las que me sostenían.
Abrí mis ojos y noté como las enredaderas que antes nos rodeaban, se habían enroscado a mi cuerpo y me subían.
Miré hacia arriba tratando descubrir alguna razón lógica que explicara esto, pero de nada sirvió.

Por algún motivo no estaba asustada, algo me impedía que lo estuviera.
Cuando llegue a una rama lo suficientemente alta, me paré sobre y ella y las enredaderas se soltaron volviendo a su estado original.
Miré al suelo y pude ver cómo corrían los guardias del lugar en nuestra busca.
Jamás me encontrarían. Una parte de mi estaba segura de ello.

*
Después de caminar por horas cojeando, ya que al bajar del árbol me había caído lastimando mi tobillo, por fin encontré la carretera , el pueblo no debía de estar tan lejos. Cuando por fin pude ver las casas, apresuré el paso.

Las ventajas de tener una casa a las afueras de la ciudad era que no tardaría en llegar.

Cuando por fin la vi, no me lo podía creer. Estaba igual que antes , era hermosa . Mi hogar me parecía más bello que nunca ahora.

Me acerqué a la puerta y di algunos golpes insegura.

Nada.

Toqué más fuerte.

Nada aún.

El coche no estaba, el césped parecía no haber sido cortado en mucho tiempo.

¿Y si...?

Caminé hacia la puerta trasera que siempre dejaban abierta y entré.
No había muebles.

-¿Hola? -Grité hacia la casa. Estaba vacía. -¡Mamá!¡Papá!¡Alice! ¡Volví! - grité aún más fuerte . Me tiré al piso y comencé a sollozar.

Otra vez flores.

Se habían ido, los desgraciados se habían ido.

Después algo cambió, pasos. Venían de abajo de la casa. Eran ligeros.

María.

Estaba aquí. Me miró y presencié como su mirada se iluminó de un momento a otro.

-¡May! -me gritó mientras no me abrazaba. Se desplomó conmigo en el piso, llorando.

-¿Qué pasó María? ¿Dónde están papá y mamá?

-Se han ido May, se han mudado.

¡Crac! Mi corazón se rompió en pedazos.

-¿Sin ti ? Pero ¿por qué ? Eres parte de la familia.

-No May, no lo soy y jamás lo seré . Y lamento ser tan dura contigo pero para ellos jamás lo fuiste querida.

-¿De qué hablas? - dije
separándome de ella.

-Verás, no quiero agobiarte en estos momentos cielo , deben ser muy duros para ti. ¿Quieres hablar de lo que sucedió? - me dijo tiernamente. Negué con la cabeza, ahora que había escapado, trataría de olvidar lo sucedido y seguir.

-Bien ¿cómo te sientes cielo?

- Yo...-suspiré- solo ha sido un día muy largo, y han pasado cosas extrañas.

-Tranquila, te prepararé una buena sopa de tomat...espera, ¿cosas extrañas? -Me preguntó curiosa con un brillo en su mirada.

-Si , demasiado raras. Descubrí que hay árboles embrujados en el bosque, que ayudan a los niños.

-¿Qué? May, ¿qué sucedió?

-Solo árboles María, con enredaderas mágicas. Suena loco pero...

-Oh no puedo creerlo, después todos estos años por fin la siguiente generación se ha presentado.

-¿María ?

-May, debemos prepararte. Debes aprender a controlarla.

-¿Controlar que?

-La naturaleza May, la naturaleza.

-No sé de qué me hablas.

-May, tú eres una de las seleccionadas May. Hay muy pocas en el mundo y créeme que has sido muy afortunada.

-Aún no logro entender.

-May, serás una bruja.

Debajo de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora