Invadir a una persona

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¿Alguien de aquí conoce al señor de la tienda? El de la imagen de arriba hasta abajo.

Alice
-¡¿Alice?! ¡¿Qué has hecho ahora?!-repitió Finn enojado palapando la pared de piedra con enredaderas.

¿Qué había hecho? No lo sé.

-Yo no he hecho nada Finn en absoluto. La roca estaba ahí cuando la he tocado.

-¡Claro! Yo supongo que la roca dijo "creo que me moveré para impedir que Alice entre" ¿suena lógico?

-Mejor dime si es lógico que yo pueda mover una roca de 140 kilos solo con los ojos. -dije enojada mientras pateba el piso.

Un fría brisa nos envolvió a ambos haciéndome estremecer, lo cuál era extraño porque siempre estábamos a más de 35 grados.

Finn guardó silencio, al parecee notaba lo mismo que yo. Algo no estaba bien.

¿Por qué sentiría frío en medio de una selva tropical? Húmeda ya era, pero fría para nada. Y la falta de luz solar no ayudaba mucho.

-Hace...hace algo de...

-Frío-dijo Finn terminando mi oración. Una mueca irónica se formó en su rostro.

-¿Qué sucede?-pregunté asustada. ¿Por qué todo se sentía tan raro?

-Ahora vuelvo-dijo Finn mientras corría a desaparecer entre la maleza.

Ni siquiera pude detenerlo. Algo me pedía que me quedara.  Era extraño, pero a la vez placentero. Como la lluvia cayendo, pero no estaba lloviendo.

No. De hecho, jamás me sentí tan seca, pero a la vez tan fresca. El viento era frío, sí, pero era placentero. La hierba abrazaba mis pies descalzos, y el susurro de las hojas de los árboles era precioso ante mis oídos.

Una voz venía del bosque. Cálida, susurrante, me llamaba a su encuentro. Venía detrás de la cueva. ¿Qué haría una cueva en un lugar como este? 

Que tranquilidad tan repentina. Nunca me había sentido tan fresca, sin siquiera tocar el agua.

Caminé casi inconcienemente. El silencio era tan abrumador pero a la vez placentero.

De repenete una punzada se hizo presente en mi estómago. Comenzó como algo insignifocante y débil, pero se fue haciendo más grande, provocandome un dolor intenso.

Me tiré al piso revolcándome de dolor.

-¡Alice!- escuché como gritaba la voz proveniente del bosque. Me seguía llamando, tenía que ir con ella.

Pero no podía levantarme, el dolor me consumía, ahora en todo mi cuerpo. No podía pensar, tenía mucho frío y mis manos temblaban.

Finn apareció en mi campo de visión. Me miraba desde arriba, estaba asustado. Sostenía algo en su mano, un objeto de madera: era una lanza.

Mis ojos suplicaban auxilio, que me ayudara, que me matara incluso pero qur parara.

Levantó la lanza con decisión, apuntando hacia mi estómago.

Eso, iba a matarme.

Bajó la lanza con fuerza y sentí como la madera atravesaba mi piel, infringiendo aún más dolor. A pesar de lo que había hecho, sentí como un gran peso abandonó mi cuerpo. 

Sacó la lanza con rapidez , un líquido escarlata la había manchado, al igual que el piso. Cada vez me sentía mas débil, y el bosque parecía mas oscuro que nunca.

Finn se colocó a mi lado y acercó un frasco con un líquido amarillo a mi boca.

-Bebélo - me dijo. Tomé el líquido y con gran esfuerzo lo bebí y pasé por mi gargantam Justo depués, todo se volvió negro.

Debajo de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora