Alice POV
-¿De qué estás hablando? - pregunté confundida.
¿Robar magia?
Que ridículo.
-Justamente eso. Mira, la magia es algo más...psicológico que físico. Solo necesitas dos cosas para hacerlo, y si sales victoriosa, podrás quedarte aquí y estudiar para mejorar el manejo de la misma.
-Espera espera espera, ¿dónde está el truco en esto?
El chico me sonrió burlescamente, como si hubiera algo que no comprendiera.
No me gustó.
-Puedes verlo como un truco, o puedes verlo como una prueba. Todo depende de como lo tomes- recalcó mirándome a los ojos. Desvié la mirada en busca de claridad para mis pensamientos.
Algo estaba mal.
-¿A qué te refieres con una prueba?-no me importaba lo que pensara de mí si preguntaba demasiado. Necesitaba saber.
-Vaya, creo que no entiendes la magnitud del asunto.
-¡Me estás confundiendo!
-No te desesperes. Primero, debes saber que una vez que tienes magia hay algo en ti que sabe que eso te hace, de cierta forma, especial. Cada una de las personas que ves aquí, son el resultado del precio que ellas mismas o que alguien cercano a ellas tuvo que pagar...y tu vas a quitárselos como arrebatarle un dulce a un bebé.
Su sonrisa, su cínica sonrisa.
-Les...les voy a hacer algo horrible...
-Para tu beneficio, exactamente. ¿Quieres salvarte? Ese es el precio.
-Aún no me explicas como lo haré. Además de todo, no entiendo porque sonries tanto.
No me molestaba mirar su sonrisa (era muy bonita y sus dientes eran blancos como perlas pulidas) , sino la sensación de burla que esta provocaba en mi. Me hacía sentir que había algo qud no veía, un engaño, trampa o situación enfrente de mis narices.
El chico se apresuró a sacar de su chaleco un frasco con corcho. Dentro contenía un líquido espeso extraño, tenía un color rojo brillante en la base del contenido, y por la mitad, parecía dividirse en un rojo más opaco. No era sangre, definitivamente no, pero sí que era llamativo.
-¿Qué opinas chica blanca?
-No lo sé, ¿qué es esa mierda?
Solo quería largarme, darme un baño y comer un plato de sopa caliente.
¿Era mucho pedir?
-Pon atención, porque esto es importante. Esta bebida extraña se llama Azuzilos. Es muy difícil de crear y conseguir, solo puede usarse en casos excluisvos como este. El verso dice "si la magia de otro quieres robar, es mejor mente que cuerpo, agua que daga y viento que fuego".
-¿Y eso significa?
-Bebe su contenido hasta la mitad, cuando el color opaco sea el único en en el frasco, dáselo a alguien más. Toca a la persona que bebió el resto 60 segundos y el trabajo está hecho.
-¿Eso es todo?
-Claro que si. Fácil ¿no lo crees?
Seguro. Era fácil...tal ve demasiado.
Tomé la botella entre mis manos, sintiendo el frío del vidrio contra mi piel.
Quería qudarme, eso era seguro.
-¿Alice? - la voz de May llamándome me distrajo de mis pensamientos. La primera vez que la vi, quedé soprendida:ella estaba preciosa,tan limpia y con la piel brillante...y yo era un completo asco.
Me hizo una seña para acercarme a ella. Con una mirada de duda, observé por última vez al chico del chaleco, tan misterioso y con esa aura tan engañosa, antes de ir hacia May.
-Te he conseguido un poco de ropa para después de que te duches, también una cama por si quieres descansar un rato antes de volver. - Me indicó guíandome a través de extensos pasillos con amplias ventanas.
-¿Volver?
-A casa, obviamente. Conseguiremos una forma de que regreses, ya he hablado con algunas personaa sobre ello, y podríamos preparar un barco especialmente para ti. Mi amiga Hanna es muy buena con eso del movimiento de las aguas, viene una isla y está acostumbrada a ello, y con un buen mapa podrá guiarte sin contratiempos casa en unos días. - Habló secamente y sin escrúpulos.
-Espera...¿no tienes preguntas?-me sorprendía que no intentara cuestinarme a diestra y siniestra.
- Lo tengo estrictamente prohibido. -Sentenció con firmeza.
-Nunca se te ha dado eso de obedecer reglas.
-Esta vez tengo mis motivos.
Los pasillos se extendieron hasta llegar a un corredor con varias puertas. Nos dirigimos hasta al fondo de este, donde una puerta doble esperaba para nosotras.
Detrás de ella, podía oírse el sonido del agua cayendo.
-Esta es la laguna, donde solemos ducharnos. Puedes limpiarte, me encargaré de traerte ropa cuando termines, pero primero debo resolver algunos asuntos. ¿Podrás guiarte quince minutos sin mi?
-Creo que sí.- Por supuesto que sí. Quince minutos era mucho tiempo, demasiado tal vez.
-Bien. No entres a estos cuartos. Acaban de traer gente...incapacitada y preferiría que no los molestases.
¿Incapacitada?
- ¿A qué te refieres con...?
-No es de tu incumbencia. Por favor obedece. - ¿Dónde estaba la tierna chica que recordaba en el pasado?
-Okey, me daré la ducha. -Dije con desición.
May se dio la vuelta, y tuve que esperar unos segundos a que se alejara por los pasillos.
Mi señal
Me apresuré en lo que tenía que hacer. Solo sabía que había un frasco con líquido del que debía deshacerme en cualquier criatura con magia del lugar, lo que significaba que todos eran posibles víctimas.
Tome la puerta que se encontraba a mi derecha, una muy distinta a la que guíaba a la laguna.
Miré en ambas direcciones del pasillo, buscando indicios de gente que pudiera recriminarme, y al percatarme de que estaba técnicamente sola, me apresuré a entrar en la habitación.
Era una sala amplia y fresca, con enredaderas creciendo por el techo y bellas flores adornando todo el lugar. Había una amplia ventana con vista a un jardín extenso, y una cama matrimonial al centro de la estancia.
No había nadie en la habitación, salvo una chica morena de cabellos rizados. Estaba dormida, sino es aue estaba muerta. Parecía sumida en un sueño tan profundo, que si no fuera que tomé su brazo y confirmé su pulso, que supe que estaba viva.
-Bien.- Susurré para mis adentros.
Saqué el pequeño frasco con líquido extraño y lo mirécon detenimiento, para despues observar a la chica.
-Hola...- un letrero se alzaba en la cabecera de la cama, con el nombre de la chica dormida. -Hola Shay. Te prometo que esto lo hago por un bien común, no quiero lastimarte, de hecho, ni siquiera te dolerá.
Miré a la chica una vez más: tenía una expresión dulce y tranquila.
¿Qué tan difícil pudo haber sido la vida de una bruja?
El baño que me di más tarde, fue como disfrutar de la gloria misma.
ESTÁS LEYENDO
Debajo de tu piel
General FictionDos hermanas. Una amor prohibido. Muy cliché ¿no creen? Agreguémosle racismo, una hermana es el aceite y la otra el agua. ¿Qué más falta ? Ya recuerdo. La época, pero bueno, esa ustedes la descubrirán . ¿Mencioné que hablaríamos de brujas?