¿Quién es Tony Stark?

2.2K 195 72
                                    

Descripción del capítulo: Los deseos de Steve por acercarse a Tony aumenta con el paso de los días, y Tony recibe una proposición que podría cambiar su vida.


Como todos los sábados por la mañana, Steve fue al gimnasio. Rutina normal: calentamiento, pesas, una larga sesión con la bolsa de box y varias vueltas a la cancha, para luego estirarse y terminar con una ducha. Cada dos días seguía ese ritual al pie de la letra, si quería mantener su cuerpo en forma y deseable, algo cansado, pero necesario si quería mantenerse vigente en el gusto tanto de productores como del público.

Se quitó su ropa deportiva y vio su físico sudoroso. Sentía que pecaba de egocéntrico al verse en los espejos, pero no lo podía evitar. Como buen actor que era, tenía que cuidarse, e incluso cambiar su apariencia física para meterse de lleno en el personaje que estuviera interpretando. Se sabía atractivo y eso le gustaba.

Se metió en la ducha y dejó que el agua recorriera su cuerpo. Cerró sus hermosos ojos azules, que le daban a su aspecto una dosis extra de seducción para quien deseara conquistar, mientras el agua le caía por la cabeza y resbalaba por toda su anatomía. Se enjabonó pensando en un solo hombre. Tony. Era totalmente opuesto a él, le había dicho que le despreciaba, pero Steve no le creyó. Era... extraño. No tenía nada especial en realidad. Su físico era normal. No muy delgado, pero tampoco obeso, su piel era algo pálido, pensó que debía broncearse un poco. Su rostro se veía algo cansado ahora que recordaba, con unas ojeras que sobresalían en su pálida piel. Bien peinado, eso sí, con un candado muy bien afeitado. Le interesaba muchísimo, algo en su prepotencia al hablarle le cautivo. No era feo, pero tampoco era tan atractivo como los hombres con los que había estado antes. Era... común, sin nada particular. Pero igual, le gustaba, hasta el punto de que la noche anterior había soñado con él. En aquel sueño, como era de esperarse en alguien tan ardiente como Steve, lo follaba con fuerza, tomándole de las nalgas y haciéndole gritar con pasión. A la misma velocidad que su mente repasaba esas escenas, su miembro se puso firme y terminó corriéndose con un suspiro.

Mientras recuperaba el aire y se limpiaba, recordó aquellas palabras, "Ni en sueños me atrevería a quedar contigo, Steven Rogers. Eres una celebridad repugnante y me das asco". El rubio sonrió. ¿Cómo se atrevía ese hombre a despreciarlo de esa manera? Por eso, estaba decidido a llevarlo a la cama, follarlo de las mil formas que quisiera y darle una lección. Lo tendría a sus pies, como fuera.

Al terminar, se tapó con una toalla blanca que se ató a la cintura, y y salió de la ducha para terminar de vestirse, pero su móvil estaba vibrando y lo cogió. Era un WhattsApp de Natasha.

"Tengo el informe completo que me pediste sobre Tony Stark. Paso por ti en 15."

Otra sonrisa de las suyas se le dibujó en su boca. Ahora Steve sabría todo lo que ansiaba saber sobre Tony para poder conquistarlo.

En el Edificio Lancaster, la gerente de innovaciones, Maria Hill escuchaba atenta la presentación de Tony sobre las modificaciones hechas al motor. Al igual que los otros presentes, quedó complacida con los cambios propuestos. Al terminar, le pidió a Tony que le diera unos minutos mientras conversaba con el comité.

El joven se sentó y esperó. Mientras lo hacía, pensaba en Steve. Se maldecía así mismo por eso. Después de cuatro días, no podía sacarlo de su cabeza.

-¡Hey , guapo! ¿Por qué no me dices tu nombre, me pasas tu número de móvil y quedamos otro día?

"Estúpido arrogante", pensó el castaño. Sin embargo, debía admitir que era realmente hermoso. Su cabello, sus ojos, su cuerpo... y esa sonrisa. Cada vez que cerraba sus ojos, recordaba esa linda mueca. En un momento, como le iba sucediendo desde hacía días, se entristeció. ¿Cómo podía un hombre de Steve Rogers fijarse en alguien tan absurdo como él? Volvió a verse su traje. No era nada fuera del otro mundo. Un traje formal, un poco viejo ya. Sin corbata –las detestaba-, sus zapatos un poco gastados –no quería gastar, no era el momento, menos en ropa –y sobre todo su rostro. Vio su reflejo en una de las ventanas. Pepper tenía razón, estaba desmejorado. Recordaba cuando era apenas un chico y su única preocupación, era el estudio y caerle bien a su padre. Con su madre no había problema, ella lo aceptada por quien era, pero Howard siempre atinó a recordarle lo vago y frívolo que era. Cuando ellos murieron, su vida se partió en dos. La vagancia y frivolidad terminó para siempre. Y se concentró en su trabajo. Lamentablemente, no pudo hacer nada para salvar la compañía de su padre, pero ahora, después de varios años, haber madurado y conseguir hacerse de un nombre dentro del gremio de ingenieros, podía ir haciéndose del capital necesario, aunque eso lo obligara a pasar noches sin dormir y días sin comer. Por eso, desechó por completo la idea de Steve Rogers, porque era imposible que alguien así se fijara en él y porque ahora, lo más importante, era honrar el legado de lo Stark.

El RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora